
Acabamos de terminar el año 2021, quedó en el pasado con toda la incertidumbre, el temor, la enfermedad y la muerte que fueron tema para muchos; pero entramos al 2022 y así como en el año anterior, en este debemos seguir dependiendo de Dios. Es necesario seguir ejercitando la fe porque sólo así podremos marcar la diferencia.
¿Alguna vez te has sentido estancado? ¿Ves que caminas y caminas y no pasas del mismo lugar? Es muy importante crecer, avanzar y no quedarte siempre en el mismo sitio.
Permítanme compartirles la siguiente historia:
Se dice que hace mucho tiempo, cientos de personas se le acercaban a un hombre muy sabio para contarle sus problemas, el sabio anciano los aconsejaba, ellos lo escuchaban pero nunca ponían en práctica lo que el hombre les decía y esto se repetía siempre.
Esta situación se convirtió en un círculo vicioso, pues el anciano ya cansado de la misma actitud de la gente, los reunió a todos y les contó un chiste, el chiste era tan divertido que todos estallaron de la risa, luego volvió a contárselos y se rieron nuevamente, continuó haciéndolo por un par de horas.
Ya desesperada la gente le dijeron al anciano: ¡Oye, pero porque siempre nos cuentas el mismo chiste, avanza hombre, cuéntanos otro mejor! Entonces el anciano aprovechó la oportunidad y les dijo: ¡Oigan, ustedes por qué no pueden reírse varias veces del mismo chiste, pero si pueden recordar, vivir y llorar mil veces el mismo problema! Esta historia nos lleva a una muy buena reflexión y es que nos acostumbramos tanto a los problemas que hacemos cambios o ajustes sólo en aquellas cosas que no cuestan ningún esfuerzo y eso claro, evita que avancemos.
En la Palabra encontramos un mensaje que Dios le dio al pueblo de Israel; este mensaje se los recuerda por medio de Moisés en Deuteronomio 1:6-8; voy a parafrasear este mensaje. Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, lugar en el que fueron esclavos por muchos años, Dios les abrió paso de una manera milagrosa, abrió el mar rojo en dos y los libro de la mano del Faraón.
El propósito de Dios al sacarlos de Egipto, era que ellos llegaran a un lugar que Él ya les tenía reservado desde hace mucho tiempo, ese lugar era llamado la “Tierra Prometida”, pero Dios antes de llevarlos allí necesitaba poner en orden algunas cosas y enseñarles e instruirles en otras muy importantes; era necesario que Dios confirmara Su Pacto con ellos.
Dios necesitaba que ellos se hicieran conscientes que eran un pueblo diferente y que estaban llamados a marcar la diferencia, por eso los lleva a un lugar llamado Horeb, este era el Monte Sinaí, y allí Dios se manifiesta de una manera poderosa. Los corrigió, les dio instrucciones, les entrego los mandamientos y los ratificó como personas especiales y Dios manifestó Su Gloria en este lugar.
Israel tenía la bendición a tan sólo once días de camino, pero ¿Sabes qué pasó? Ellos se acomodaron en Horeb, en lugar de levantarse y seguir el camino, se quedaron en allí por cuarenta años. Dios tenía más para ellos pero no avanzaron y tardaron más tiempo del que Él tenía preparado. Este Monte fue parte del Plan de Dios, por lo tanto el propósito para ellos ahí, se había cumplido.
Él necesitaba que ellos se movieran y salieran a conquistar la Tierra Prometida, pero no lo hicieron, por eso llegó un momento en que Dios le dice al pueblo: ¡Oigan, ustedes han estado bastante tiempo en este Monte, levántense y vayan a conquistar la Tierra! Esto fue lo que Dios les dijo aquí en estos dos versículos por medio de Moisés.
Muchas veces a nosotros nos pasa igual, nos quedamos mucho tiempo dando vueltas en la misma situación; lo que Dios quiere es que usted y yo nos levantemos y avancemos, porque Él tiene algo mejor para nosotros. ¿Cuántas veces vivimos de triunfos y de glorias pasadas? ¿Cuántas veces nos pasamos diciendo: ¡es que yo fui esto! ¡Es que yo logré aquello!? todo esto fue pasado y la pregunta es: ¿Y hoy? ¿Estamos viendo la Gloria que Dios tiene para nosotros, o estamos viviendo de glorias pasadas? Y si eso está sucediendo es porque nos quedamos en Horeb y estamos perdiendo lo mejor de Dios.
¿Recuerdan la historia que les conté al principio? El anciano aconsejaba a la gente según su sabiduría y estas personas volvían y cometían los mismos errores, nunca ponían en práctica los consejos del sabio. La Palabra nos habla que nosotros no debemos ser solamente oidores sino hacedores, cuando la ponemos en práctica nos da libertad y recibimos bendición Santiago 1:22-25.
¿Cuánto más te vas a quedar en el monte dolor, en el monte amargura, en el monte resentimiento, sin avanzar? o mejor aún cuantas veces hemos enseñado acerca de las deudas, porque las deudas son una maldición, pero no ponen en práctica lo aprendido, sabiendo que la Palabra nos dice “no le debas nada a nadie” Romanos 13:8.
La idea es que usted y yo no cometamos los mismos errores que el pueblo de Israel, debemos caminar y avanzar hacia lo mejor que Dios tiene para nosotros, debemos recordar que todas estas cosas fueron escritas como ejemplo para nosotros.
“Esas cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Se pusieron por escrito para que nos sirvieran de advertencia a los que vivimos en el fin de los tiempos” 1 Corintios 10:11 (NTV)
Que no nos pase como a la gente de la historia inicial, que escuchaban los consejos del sabio anciano pero no los ponían en práctica; avancemos conforme al propósito de Dios. Déjame hacerte unas preguntas: ¿En qué lugar has estado últimamente? ¿Es el propósito de Dios para ti? ¿Qué tantas cosas has permitido que se mantengan en tu vida? ¿Cuál es el monte de donde necesitas salir? No te pierdas lo mejor de Dios, por quedarte demasiado tiempo en un lugar que no es Su Propósito.
Dios quiere que pongas en orden tu vida. Instruirte a través de Su Palabra y practicarla es la manera de lograrlo para que puedas disfrutar todo lo que tiene preparado para ti. Pídele a Dios que te dé sabiduría y revelación en el conocimiento de Él, para que abra tu entendimiento y puedas ver mucho más allá de lo que tus ojos naturales pueden captar, Efesios 1:17.
Y de este modo puedas ver su propósito, su plan perfecto; para que sepas en que áreas puedes fluir. Él te ayudara a salir de ese monte llamado pasado que te ancla y no te permite continuar, y así puedas ver las bendiciones sobre tu vida y tu familia; sólo en Él puedes disfrutar de la Tierra Prometida que tiene para ti. ¡No te quedes estancado, es hora de avanzar!.
“Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante” Filipenses 3:13 (NVI)