- 15 abril, 2024
- Rafael Lemes
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SALMOS 115:16 (RVR) “Los cielos son los cielos de Jehová; y ha dado la tierra a los hijos de los hombres”
¿Sabían que este versículo, donde se menciona la palabra cielos en plural, no se está refiriendo únicamente a la expansión que Dios estableció en el planeta tierra luego de separar las aguas? La verdad es que si estudiamos a fondo las Escrituras, podemos encontrar la descripción de tres diferentes cielos:
1. El CIELO ATMOSFÉRICO: que es lo que conocemos como el manto atmosférico de nuestro planeta tierra, en cuya primera capa llamada troposfera tenemos, tanto los seres humanos como toda la diversidad de animales que Dios creó, el ambiente indicado para habitar:
GÉNESIS 1:8,20 (RVR) “Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo… Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos”
2. EL CIELO ESTELAR O SIDERAL: que es toda la inmensidad del universo que limita con nuestro cielo atmosférico, donde se encuentran todas las galaxias. Nuestro planeta tierra está ubicado en una de esas galaxias llamada vía láctea:
GÉNESIS 1:14-17 (LBLA) “Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años; y sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominio del día y la lumbrera menor para dominio de la noche; hizo también las estrellas. Y Dios las puso en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra”
3. EL TERCER CIELO: es la morada de Dios, el lugar donde Dios ha establecido Su Trono. El mismo lugar desde el que Descendió el Cristo Eterno para rescatarnos y luego Ascendió como Jesucristo para sentarse a la diestra de Dios Padre:
SALMOS 103:19 (RVR) “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”
Cuando la Palabra habla del Tercer Cielo no se refiere a un Cielo imaginario, con una descripción figurada; es un lugar real descrito con calles de oro y puertas de perla (Apocalipsis 21:21). Muchos estudiosos creían y declaraban que el universo era infinito, pero pasado el tiempo se ha recolectado la suficiente evidencia para comprobar que en realidad es finito, así que podríamos concluir que donde termina el segundo cielo está ubicado el Tercer Cielo, muy al extremo norte, como nos lo sugiere el Profeta Isaías, por inspiración del Espíritu Santo, al referirse al plan que tenía Lucifer de cómo pretendía ocupar el lugar de Dios:
ISAÍAS 14:13 (LBLA) “Pero tú dijiste en tu corazón: «Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte”
Ya saben que las estrellas están en el segundo cielo, por lo que no es descabellado pensar que el Tercer Cielo pueda estar en el extremo norte por encima del segundo cielo. Algunas personas podrían argumentar que no es un lugar real, sino una descripción figurativa, pero pregúntense: ¿El infierno es imaginario o figurativo? Sabemos que no, que es un lugar que existe y que la Palabra nos dice que está en el centro de la tierra (Mateo 12:40; Efesios 4:9). Si podemos creer que el infierno es real, ¿cómo se nos puede hacer difícil creer que el Tercer Cielo también es real, y no figurativo, y tiene una ubicación exacta, que según la descripción está subiendo muy al extremo norte de los 2 primeros cielos?
Ahora, a lo largo de la historia de la humanidad, el ser humano ha ambicionado conocer las profundidades de lo que no puede ver, esperando descubrir algo más allá. El hombre ha utilizado su inteligencia para crear vehículos y aparatos que le han permitido explorar el primer cielo, e incluso salir, sin invitación alguna, del primer cielo al segundo cielo, hasta cierto límite, pero es imposible que el ser humano pueda entrar al Tercer Cielo sin la invitación de Dios.
¿Lo han pensado? El hombre ha explorado el primer y segundo cielo sin invitación, pero no podrá entrar ni explorar jamás el Tercer Cielo sin invitación. Incluso, ningún hombre, aunque sea justo, puede entrar al Tercer Cielo sin invitación, siempre esta invitación tiene que venir de parte de Dios. Veamos algunas Escrituras al respecto:
•ENOC: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Génesis 5:24 [RVR]).
•ELÍAS: “Si me ves en el momento en que sea llevado de tu lado, recibirás lo que pediste; pero si no me ves, no lo recibirás. Mientras iban caminando y conversando, de pronto apareció un carro de fuego, tirado por caballos de fuego. Pasó entre los dos hombres y los separó, y Elías fue llevado al cielo por un torbellino” (2 Reyes 2:10-11 [NTV]).
•APÓSTOL PABLO: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo” (2 Corintios 12:2 [RVR]).
•APÓSTOL JUAN: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado” (Apocalipsis 4:1-2 [RVR]).
¿Lo vieron? Recordemos algunos apuntes que resalté: “Le llevó Dios (Génesis 5:24), fue llevado al Cielo (2 Reyes 2:10-11), fue arrebatado hasta el Tercer Cielo (2 Corintios 12:2), sube acá (Apocalipsis 4:1-2)”. Vimos que ninguno pudo entrar al Tercer Cielo sin una invitación motivada por el mismo Dios. Quizás el ser humano ha logrado traspasar 2 cielos, pero nunca logrará traspasar el Tercer Cielo sin permiso de Dios.
Ahora, aunque hay una gran parte de personas que creen que el Tercer Cielo es un invento, hay otra gran parte que sí cree en su existencia, pero que también están equivocados respecto a cómo entrar allí; porque creen que ellos abren el acceso a través de sus buenas intenciones y acciones humanas; sin embargo, la Palabra nos dice que para entrar se requiere hacerlo sólo a través de la puerta, y esa Puerta es Jesucristo.
Jesús cuando estuvo en la tierra no sólo se identificó como la Luz del mundo (Juan 8:12), el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:16), además, se identificó como la Puerta:
JUAN 10:9 (RVR) “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”
Lo que significa que sólo aquellos que reciban a Jesucristo como Señor y Salvador van a ser invitados y recibidos en el Tercer Cielo. Dios no va admitir a alguien que no entre por Su Hijo.
Recuerden que aquellos que murieron, antes de que Jesucristo se manifestara en la tierra, confiando en el rescate oportuno del Mesías prometido, no pudieron entrar al Tercer Cielo; por el contrario, tuvieron que esperar en una parte del Hades llamada Seno de Abraham (Lucas 16:19-31). Aunque no estaban en el infierno como tal, tan sólo una sima los apartaba de él. Pero cuando Jesucristo murió en la cruz, Él como Puerta al Tercer Cielo, se llevó con Él a todos los cautivos que esperaban esta Gloriosa Puerta de entrada:
EFESIOS 4:8 (NBV) “… Cuando el Señor subió a lo alto, llevó consigo a los cautivos…”
¡Esta es una seguridad maravillosa que tenemos todos los nacidos de nuevo! Aquellos que han muerto en Cristo, como han entrado por la Puerta legal al Tercer Cielo, en el preciso momento en el que dejan su cuerpo en la tierra ¡son subidos al Tercer Cielo inmediatamente!
2 CORINTIOS 5:8 (LBLA) “pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor”
¡Qué maravillosa Verdad! Nosotros, los nacidos de nuevo no tenemos que perder el tiempo tratando de buscar cómo entrar al Tercer Cielo, sólo tenemos que entrar por la Puerta y esperar a que el mismo Jesús nos suba allí. Todos los que entramos por esa Puerta tenemos entrada al Tercer Cielo, tanto los que ya murieron en Cristo, que ya están allá, como los que aún estemos vivos cuando Jesús descienda para llevarnos en las nubes. ¡Se aproxima! ¡Pronto oiremos la Gloriosa voz que dirá: “Suban Aquí”! ¡Gloria!