El 1 de Septiembre de 1983, ocurrió una tragedia aérea, que dejó un reporte de 246 pasajeros y 23 tripulantes de cabina muertos. El avión había salido desde Estados Unidos con destino final a Seúl (Corea del Sur), pero el comandante de la nave hizo una errónea programación del piloto automático que desvió la nave hacia territorio Soviético.

Dos aviones de caza de la Unión Soviética salieron a interceptar el avión comercial, y uno de ellos se posicionó justo al lado para enviarle una alerta, en código internacional, de que estaba violando su espacio aéreo. Sin embargo, el comandante ni se dio por enterado del peligro en el que se encontraba por su error. Finalmente, dos misiles destrozaron el avión comercial, ninguno de los pasajeros y tripulantes sobrevivió.

En ese momento los aviones no contaban con la herramienta imprescindible hoy en día: el GPS. Por lo que el Presidente Ronald Reagan tomó la decisión de poner a disposición del público esta herramienta que antes de 1983 sólo era para uso de las fuerzas militares. Si el avión que se dirigía a Seúl hubiera tenido GPS, el comandante de la nave hubiera podido evidenciar el desvío, y corregirlo antes de ingresar a territorio prohibido.

JEREMÍAS 17:5-8 (RVR) “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”

Los seres humanos somos limitados, aún siendo hijos de Dios, no podemos confiar en nuestra propia opinión, no podemos confiar en nuestros propios cálculos, eso es actuar de forma imprudente ante la vida.

PROVERBIOS 3:5-6 (RVR) “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”

Si hacemos una búsqueda rápida por Google sobre lo que significa prudencia, encontramos la siguiente definición: “Capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan, y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios”. Así que contrastando esta definición con Proverbios 3:5-6, nos queda claro que es una actitud totalmente de necios, pensar que podemos hacer planes por mucho tiempo y con gran detalle basados exclusivamente en lo que nosotros podemos ver e interpretar de las circunstancias, creyendo que no hay nada que pueda salir mal; ya que a menos de que contemos con el apruebo y la ayuda de Dios no podemos tener asegurada la victoria.

Muchas veces veo cristianos que actúan como el comandante del avión comercial de esta triste historia. Me hablan de planes, de sueños, de proyectos, pero cuando los escucho, me doy cuenta de que sus planes son totalmente humanos, basados en sus percepciones y emociones naturales, incluso en contra de lo que Escrito está, y piensan que a pesar de que nunca han pedido la dirección de Dios para marcar la ruta hacia el destino que desean llegar, Dios simplemente los va a respaldar.

Como Pastor no me permito decirle a una persona exactamente qué dirección debe tomar, siempre llevo a las personas a las Escrituras, para que guiados por el GPS espiritual, el Espíritu Santo, puedan darse cuenta qué tan ajustados o desajustados están de la ruta en sus vidas. Pero lo más triste es que aunque muchas veces les muestro las alertas que les está enviando la Palabra, prefieren darle más valor a sus planes humanos, carnales, que a la voz de Dios disponible para ellos.

David planeó en sus fuerzas trasladar el Arca del Pacto hacia Jerusalem, todo lo planeó con detalle, pero con el gravísimo error de que no consultó la guía de Dios, lo cual terminó en un fracaso total. Sólo cuando se dio cuenta de que la instrucción dictada por Dios era que los levitas debían llevar el Arca en sus hombros, y aceptó la corrección,  pudo cumplir su objetivo: trasladar el Arca del Pacto a Jerusalem (2 Samuel 6; 2 Crónicas 15).

Antes de que el Espíritu Santo descendiera en Pentecostés, ningún ser humano tenía al Espíritu Santo habitando dentro de él; cuando vemos que hombres y mujeres profetizaban antes de este evento glorioso, era porque el Espíritu Santo descendía sobre esa persona, pero salía rápidamente. No obstante, con la victoria de Jesucristo en la cruz, Su Sangre limpia a toda aquella persona que le reconozca como Señor y Salvador, y ocurre un nuevo nacimiento para esa persona, que le permite recibir al Espíritu Santo permanentemente; por lo tanto, el Espíritu Santo nos guía a cada uno de nosotros para no salirnos de lo que Escrito está, Él es nuestro guía GPS espiritual, Él calcula perfectamente la ruta a nuestro destino.

Antes de esto, las personas debían ir a un Profeta para que les dijera qué decía Dios respecto a sus planes; ahora, no necesitamos ir a una fila para que otra persona nos diga al oído cuál es la voluntad y guía de Dios para nuestro caso específico.

Podemos ser tentados a buscar la ayuda natural y apoyarnos en nuestras predicciones, pero este es el camino más inseguro, y para ser más Escriturales: este es el camino maldito (Jeremías 17:5), al poner nuestra confianza en el hombre.

Los GPS naturales funcionan con la información que arrojan los satélites que rodean la tierra. Aunque útiles, jamás se podrán comparar a Aquel que no sólo tiene información, sino que con Su Sabiduría formó el universo, Él es Omnipresente y Omnisciente, conoce el pasado, presente y futuro, Él es totalmente confiable.

El Espíritu Santo está para guiarte. No ignores Su guía este 2023. Haz planes basados en Su dirección. No expongas tu vida por actuar como un necio.

JUAN 16:13 (RVR) “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”