FUI SANADA DE LUPUS

A Camila Gómez, a la edad de 14 años, le diagnosticaron lupus eritematoso sistémico. El Lupus es una enfermedad que hasta ahora los médicos consideran incurable. Esta enfermedad se caracteriza porque las defensas atacan el cuerpo de la persona que la padece. En el caso de Camila los órganos que fueron inmediatamente afectados fueron los riñones, lo cual trajo como consecuencia que se ‘hinchara’ rápidamente.

Fue internada de urgencia en el hospital cuando los síntomas del lupus empezaron a manifestarse, hospitalización que se prolongó por 2 meses, pasando por la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) debido al deterioro de cada vez más órganos de su cuerpo.

Camila nos cuenta:

“Yo asistía a una Iglesia Cristiana. En esa Iglesia me habían dicho que Dios enfermaba a las personas con el propósito de glorificarse al sanarlas, sin embargo, me aferré a que Dios me sanaría del lupus.

Salí muy débil del hospital con una receta de alrededor de 60 pastillas al día. Desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche me la pasaba tomando pastillas cada 2 horas.

A pesar de que en la Iglesia que asistía me habían dicho que Dios enfermaba, había asistido a una cruzada de sanidad donde me afiancé en que ya Dios me había sanado. Pasé por quimioterapias, y debía tomarme aún todos los medicamentos que me recetaban los médicos, pero yo estaba convencida de que Dios me había sanado del lupus, por eso no quise tomar más medicamentos. En esta parte quiero hacer una aclaración: aunque yo dejé de tomarme los medicamentos, porque estaba totalmente segura de mi sanidad total, sólo lo narro porque hace parte de mi testimonio, más no invito a alguna persona, ni mucho menos a un menor de edad, a que deje de tomar medicamentos de manera abrupta, movida por mi testimonio. Ya que Dios nos alcanza en nuestros niveles de fe, y Dios puede manifestar la sanidad, aunque sigamos tomando los medicamentos que se nos han recetado.

Cuando mis padres se dieron cuenta de que yo no me estaba tomando las pastillas, por supuesto me llamaron la atención, y me hicieron revelarle la verdad al médico que me atendía. El médico me dijo que por mi imprudencia me iba a morir, pero para sorpresa de todos, menos la mía, los exámenes médicos empezaron a salir con resultados cada vez más satisfactorios, hasta que simplemente, uno de los médicos que me chequeó dijo: “Si no es porque veo el historial médico, podría decir que nunca tuviste lupus”.

¡Gloria a Dios, la sanidad se había manifestado! Yo lo creí hasta ver la manifestación. A veces las voces de “te vas a morir” venían y me atacaban, pero estaba tan segura en que Dios me quería sana que seguía firme esperando ver la manifestación.

Después de varios años, de muchos altibajos en mi vida espiritual y  transitar por múltiples Iglesias, a las que iba y dejaba de asistir, me hablaron de Iglesia Palabra Pura. Cuando asistí por primera vez a uno de los Servicios de Iglesia Palabra Pura, sentí en mi corazón que había llegado al lugar que siempre estuve buscando. Empecé a escuchar los Audios y llegué a comprender más detalladamente la Sanidad y la Santa Cena.

Precisamente la Enseñanza de la Santa Cena fue de gran bendición para mi vida, porque después de varios años llegué a pensar que volvería a recaer en la enfermedad, pero comprendí que debía seguir firme en la voluntad de Dios de sanar y no salirme de esta verdad espiritual.

Ahora sirvo como Maestra de niños en Iglesia Palabra Pura, estoy feliz con la Enseñanza que he recibido, y cada vez que me hacen un control médico soy motivo de asombro de muchos doctores, al ver mi caso de cómo ante un diagnostico de lupus, no quede ningún rastro de esa enfermedad en mi cuerpo. FUI SANADA DE LUPUS, y sigo firme en mi sanidad.