
“EL AMOR NO ES ACEPTACIÓN”
No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado” (Levítico 19:17 [RVR])
Estamos en tiempos donde hablar y actuar en línea con la Palabra es políticamente incorrecto, porque no se ajusta al estándar moral que rige al mundo, de modo que a lo bueno llaman lo malo, y a lo malo lo llaman bueno, y lo justifican con Escrituras como: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros” (Juan 13:34 [RVR]). Descontextualizando las Escrituras para construir una cultura cuyas formas de pensamiento, a todas luces, se opone a todo lo que Dios representa.
Este es el caso de Mónica Monsalve, quien tuvo que luchar con la problemática actual de la diversidad de género, desde su propia casa. Una lucha emprendida desde la oración y la confrontación directa contra esta fortaleza que pretendía menoscabar la identidad de su hija y la fe de Mónica en Jesucristo.
“Inicio este testimonio con este encabezado de una predica de la Pastora Adriana Lemes, del año 2016, pues, definitivamente le viene como anillo al dedo. Pero démosle contexto a este maravilloso testimonio, donde es evidente que la mano de Dios se mostró. Este testimonio es sobre liberación.
Llegué a Iglesia Palabra Pura un Domingo, después de haber orado y pedirle a Dios que me llevara al sitio que tenía preparado para mí, y así un Domingo llegué. Tengo un par de hijos maravillosos, niño y niña. Este testimonio es sobre mi hija Yesica, y cómo fue liberada de las garras del lesbianismo:
Su infancia transcurrió normal, en mi concepto, pero ya en su adolescencia noté algunos cambios en su vestir, gustos y comportamientos. El enemigo me susurraba al oído “Tu hija es gay”; yo respondía: “Mi hija es un regalo de Dios, y mi Dios no hace malos regalos”.
Ella se ha caracterizado por tener una forma de ser fuerte y defensora de muchas causas, y en los tiempos que empecé a ver esos cambios, cuando nos reuníamos siempre le decía (como quien no quiere la cosa) qué mala vida llevaban las personas que se iban contra los designios de Dios; ella escuchaba y no pronunciaba nada.
Mónica estaba haciendo lo que la Palabra enseña, estaba confrontando las mentiras del enemigo cuando intenta hacernos creer que está bien lo que ven nuestros ojos, sin embargo, había división al interior del hogar, porque Mónica no tenía el apoyo de su cónyuge, respecto a esta situación, lo que hacía más difícil la batalla.
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. Eclesiastés 4:9 (RVR)
El padre de mi hija estaba al tanto de las inclinaciones de mi hija y la apoyaba. Un día, mientras íbamos en el carro, lo estacionó y me dijo: “La niña tiene algo que decirte y si no lo hace ella, lo haré yo”. Interviene mi hija diciendo: “Mami, soy lesbiana”. Mi reacción fue agresiva, le di una bofetada y le repetí que no lo era, que no apoyaba ese despropósito, y que además Dios no hace malos regalos. Allí, las cosas empezaron a ponerse más tensas en casa, y ella decidió irse, pues previamente yo le había dicho: “MI CASA, MIS COSTUMBRES”.
Pasaron meses, años, y yo nunca solté a mi hija de mis oraciones, y siempre le decía a Dios que permitiera ese encuentro cercano entre ellos dos. Se le presentó un viaje a España, y muy a mi pesar viajó con “una amiga” (ante la cual no pude disimular mi descontento), pero previo a ese viaje y sólo por darme gusto, me acompañó a la Iglesia un Domingo que la Pastora Adriana Lemes daba el mensaje. De allí ella salió con una semilla sembrada que daría fruto más adelante.
No recuerdo exactamente cómo fue, pero ella empezó a escucharse los Audios y a mirar las prédicas de la Iglesia que estaban en Youtube. Llegó la Plandemia, y aunque mi corazón de madre se agitaba a ratos, sabía a qué Dios le servía.
Un día ese encuentro que yo llevaba años pidiendo, se dio, y hoy puedo decir que la vida de mi hija dio un giro de 180 grados; abrió sus ojos, se dio cuenta de su pecado y recibió a nuestro señor Jesús en su corazón.
“La oración del justo es poderosa y eficaz” Santiago 5:16 (NVI)
Ya es conocido por nosotros que donde Él llega, todo es transformado. Hoy mi hija ama Su palabra, acaba de terminar su primer año de CHARIS BIBLE COLLEGE del Reverendo Andrew Wommack, y sólo puedo sentir gozo y agradecimiento con mi Dios porque ha sido Fiel, Misericordioso y Amoroso, conmigo y con mis hijos.
A los padres les recuerdo, no suelten a sus hijos de sus oraciones, Dios es bueno, nos ama inmensamente, pero no acepta nuestros pecados, y Él tampoco nos hace malos regalos, y nuestros hijos son un regalo. Soy una madre feliz y agradecida.
“Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22 [LBLA])
Que testimonio para tantos padres que pasan por esta situación.
Si, Dios es bueno todo el tiempo
Gloria a Dios por la vida de Yésica y su transformación. Bendiciones