
LE DIJE A LA MUERTE: “NO TIENES AUTORIDAD SOBRE MÍ, NI MI FAMILIA”
No cabe duda de que una de las áreas en la que más le cuesta creer al cristiano, a la luz de la Palabra, es la sanidad. Con frecuencia caemos en el error de dejarnos afectar por lo que ven nuestros ojos; a pesar de estar convencidos de que oramos con fe por aquello que nos aqueja.
Janeth Cariel nos comparte su testimonio, donde pudo ver en el plano natural lo que primero vio en su espíritu. Su mamá tuvo problemas de salud, su corazón empezó a fallar. “Es un testimonio tremendo, inesperadamente mi mamá sufrió un infarto en el miocardio agudo, recuerdo que ese fue el diagnóstico”.
Janeth llevó a su mamá, esa noche, al hospital. “… Cuando llegué al hospital, por emergencias, los médicos me recomiendan que ella debe entrar en coma inducido; pero yo no quería. Esa noche llamé a la hermana Zoe (servidora de la Iglesia), y le conté. Esa noche comenzaron a orar por mi mamá”.
Santiago 5:16 (RVR)“… orad unos por otros para que seáis sanados…”
Cualquier otra persona pudo haberse derrumbado y dar todo por perdido; pero este no fue el caso de Janeth. “Esa noche me comuniqué con mis hermanos en Venezuela, y me dijeron que si mi mamá debía estar en coma inducido, que firmara, así que en última instancia firmé, y trasladaron a mi mamá de Dosquebradas a Pereira, y esa noche empezó mi lucha en fe… aunque muchos pensamientos llegaron a mí, como <<Mi mamá va a partir>>, le dije a mi mamá: <<Mamá, que de tu boca y tu pensamiento nunca se aparte Dios>>, y ella me respondía que Dios la iba a sacar de eso”.
Su mamá fue inducida en estado de coma. “Yo en ese entonces llevaba tres años en la Iglesia, había adquirido unos audios en la librería y escuchado las enseñanzas de los pastores. Y si algo tenía siempre en mente, es que nosotros somos la última generación, que nosotros no veremos muerte, que nosotros nos vamos en el Rapto”
Janeth estaba convencida, sin importar lo que vieron sus ojos, de lo que la Palabra dice, y sobrepuso su convicción en la Palabra, a los pensamientos que en ese momento invadían su mente. “Yo le decía a mi mamá: <<Nosotros no vamos a ver la muerte, nosotros nos vamos en el Rapto>>. Entonces confié en que eso es así.
La hermana Zoe me compartió unos audios del Reverendo Kenneth E. Hagin, que yo ya conocía por los pastores; pero nunca lo había escuchado a él. Estos audios hablaban sobre la autoridad del creyente con base en el libro de Efesios”.
Lo peor que un cristiano puede hacer en los momentos difíciles, es apartarse de Dios y sumergirse en los problemas. Janeth decide hacer todo lo contrario, y empieza a escuchar la Palabra de Dios.
Romanos 10:17 (RVR) “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”
“Yo procuraba por ir todas las noches a ver a mi mamá, después de salir del trabajo. Ya me había escuchado los audios que me habían compartido, y empecé a citar la Palabra en mi casa. La visita a mi mamá estaba restringida porque ella estaba en la UCI. Mi mamá estaba ubicada en la entrada de la puerta principal, y como yo no podía llegar hasta ella, yo le imponía las manos a la pared donde sabía que estaba mi mamá, y citaba Efesios Capítulo 1, 2 y 3, citando el nombre de ella, y yo lo hice por tres días”.
Janeth no desistió en su oración porque en su corazón estaba segura de que vería los resultados que esperaba. El haber escuchado los audios que le compartieron, la fortaleció de tal manera, que sin importar la presión que pudiera estar sintiendo, empezó a declarar la Palabra con determinación. “Después del primer día de estar declarando la Palabra, me llamaron para decirme que podía verla. Entonces yo al otro día, entro, y ¡ya no estaba al otro lado de la pared! Cuando entré, yo no sé, lo primero que hice, fue algo que salió dentro de mí… Le dije a la muerte: <<No tienes autoridad sobre mí, ni mi familia>>”.
“Cuando entré y me acerqué a mi mamá, empecé a citar Efesios en voz alta. Los médicos estaban escuchando, pero para mí, ellos no estaban; ahí sólo estaba Dios, mi mamá y yo, y empecé a ungirla con aceite; también hice la Santa Cena con ella porque tenía la enseñanza que nos había dado la Pastora”.
Hay una gran diferencia entre quien escucha la Palabra, y quien la escucha, pero además la practica. Janeth estaba poniendo en práctica la Palabra que había implantado en su corazón, haciendo uso de las herramientas espirituales que sabía tenía en su interior. “En ese momento mi mamá abre los ojos —ahora que estoy contándoles este testimonio, me voy acordando de lo sucedido—. Mi mamá despertó estando en coma, el médico se acercó y dijo: <<Usted no debería estar despierta, tienen que sedarla>>, y mamá intentaba decir algo, pero los tubos en la boca se lo impedían. Recuerdo que le dije: <<Mami, todo está bien, Dios está con nosotros, el poder de resurrección que levantó a Jesús de entre los muertos, está obrando a tu favor”
Esa noche Janeth fue a su casa, y al día siguiente regresó al hospital e impuso sus manos sobre la pared que daba a hacia su mamá, como lo hizo en un principio. Continuaba firme declarando: “Yo creo lo que dice Efesios 1, 2 y 3, y en esa Palabra descanso. Yo salí de allí, y me dije: <<Yo vuelvo cuando mi mamá esté levantada>>”.
Santiago 5:15 (RVR) “… la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará…”
“Yo me fui un día Viernes, yo llamé el Sábado, y el médico me decía: <<Ella sigue igual, y el corazón está funcionando en menos de un 20%, porque tiene las tres arterias principales obstruidas en un 80% 0 90%, y en cualquier momento el corazón de ella se detiene>>. Yo le decía al médico: <<No, doctor, las arterias de mi mamá se van a destapar, y el corazón va a comenzar a funcionar y a regenerarse”.
Janeth confiaba en que tendría respuesta conforme a lo que estuvo declarando todo ese tiempo, porque desde un principio luchó en la posición de victoria.
“Yo ya tenía claro, porque estuve investigando, que el corazón al producir y recibir sangre es un órgano que se regenera. Y yo le dije al doctor: <<Eso va a pasar>>; pero su respuesta fue: <<Bueno, tenga fe>>. El día Domingo me dan el mismo parte sobre su salud, y el día Lunes me llaman y me dicen: <<Vamos a despertar a tu mamá para ver cómo va, porque el corazón ha ido mejorando>>”.
“¡Gloria a Dios, Bendito Dios, porque lo que Él dice es un Sí y un Amén! No fue sino hasta el Miércoles que la despertaron. Me dijeron: <<Su mamá va a pasar a cuarto a piso>>, y yo sólo daba Gloria a Dios, Bendito es el Señor que cumple Su Palabra, que lo que está Escrito en Su Palabra se hace realidad cuando nosotros activamos y decretamos la Palabra Escrita. Yo no sé; pero en los aires sucede algo cuando nosotros declaramos la Palabra”.
“Ese miércoles, cuando yo llego a la habitación, ¡mi mamá estaba sentada! Conversando, y me dice: <<¡Janeth, Dios me operó!>>”. Mientras Janeth nos contaba su testimonio, reía, recordando ese momento en que vio a su mamá despierta y hablando, y no es para menos, después de lo que Dios acababa de hacer en sus vidas. La mamá de Janeth estuvo en coma aproximadamente cuatro días, y salió bien del hospital luego de un diagnóstico de muerte.
“Yo decía: <<Dios mío esto es increíble>>, o mejor dicho, esto es creíble, porque estoy viendo cómo Dios lo hizo, actuando en Su Palabra, haciendo lo que está Escrito, así que fue una alegría tenerla en casa y escucharla decir: <<Yo no me voy a morir, yo me voy con Cristo en el Rapto>>. Y bueno, aquí estamos esperando ese gran momento”.
Bienaventurados todos los que aman la Venida del Señor.
Eres una guerrera, felicitaciones por tan admirable actitud frente a la situación de tu madre. Yo no tuve ese valor, ni entrega en la oración, ni en la fé y mi madre partió a la presencia de Dios hace dos meses. Hoy vivo con el dolor de su partida, pero con la plena seguridad que estaremos pronto con ella. Porque nosotros también partiremos en el rapto para encontrarnos con esos seres amados que se nos adelantaron y durmieron en el amor y en la presencia de Jesucristo
Gloria a Dios. Creer solamente
Sus promesas son en el sí y en el amen.
Gracias al Señor por que te mantuviste firme … como tu hermana ( Zoé una gran intercesora y con una fe que mueve montañas )en un mismo espíritu. Gracias Señor por tu Gracia y favor . Gracias por la sanidad divina que ganaste para y por nosotros por medio de Jesucristo….
Muchas gracias Janeth por este maravilloso testimonio y darle la gloria a Dios por lo que ha hecho en sus vidas. Bendiciones.
Toda la gloria y la honra para TI mi Señor el que tiene el poder para sanar y levantar hasta el que está muerto . Gracias mi buen Dios .
Un testimonio impactante que enseña la importancia de creer en la Palabra y ponerla en práctica, bajo cualquier pronóstico.