
Mateo 24:15 (LBLA)
“Por tanto, cuando veáis la abominación de la desolación, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo (el que lea, que entienda)”
En las partes pasadas de esta Serie, sobre los últimos tiempos, vimos basados en Mateo 24:13-14 detalles del periodo conocido como la Tribulación. Continuamos con Mateo 24:15 donde Jesús nos menciona un evento que marca la mitad del periodo de la Tribulación, es decir, después de que han pasado 3 años y medio, a lo que según el libro de Daniel se le conoce como mitad de la semana. Veamos qué dice Daniel:
Daniel 9:27 (RVR)
“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”
Les recuerdo que a la segunda mitad de la tribulación (la segunda parte de 3 años y medio) se le conoce también como “la Gran Tribulación”. Es en ese momento cuando el Anticristo entra al Templo, se sienta en el trono, y demanda ser adorado. Este evento hará que el Templo sea abominable y, por lo tanto, desolado —estableciendo el Anticristo su imagen en él—. Veamos 2 Tesalonicenses 4:2 (LBLA):
“el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios”
En este post no voy a profundizar mucho sobre este tema. Pero si quisieran profundizar más, les recomiendo estudiar el libro de Daniel —sobre todo los capítulos 9 y 11— y, además, pueden encontrar información sobre estos puntos en la Enseñanza que hice sobre las Cartas de Tesalonicenses (versículo por versículo). Vamos ahora a Mateo 24:16-18 (LBLA):
“16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; 17 el que esté en la azotea, no baje a sacar las cosas de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa”
Jesús fue específico al advertir que cuando la señal de Mateo 24:15 se manifieste todos los que vivan en Judea deben, sin dudar, huir a los montes, sin pensar en algún momento en regresar; aunque sea por provisiones. Además, si vamos al versículo 20 nos damos cuenta que Jesús dijo que debían orar para que esto no suceda en invierno, ni aun en el día de reposo —ya que recuerden que la tradición Judía limita la distancia que una persona puede viajar en el día de reposo—, y si para un adulto esto será terrible, se complicará aún más para aquellos niños pequeños. Jesús resumió toda esta espantosa situación en el versículo v. 21 (LBLA): “porque habrá entonces una gran tribulación…”.
La gran Tribulación es un periodo de tiempo específico, que comienza con la ‘Abominación de la Desolación’ (v. 15) y termina, o se cierra, con la Segunda Venida de Jesucristo. Es importante que no confundamos estos eventos con el tiempo y las señales que hemos visto en los versículos del 4 al 14 (de Mateo 24).
¿Recuerdan que Jesús dio la indicación de que aquellos que estén en Judea deben huir a los montes una vez vean la abominación de la desolación? Mi imagino que se preguntarán a qué montes deben huir. Bueno, una vez más, en el libro de Daniel podemos encontrar la clave. Veamos Daniel 11:41 (LBLA) y les explico:
“También entrará a la Tierra Hermosa, y muchos países caerán; mas estos serán librados de su mano: Edom, Moab y lo más selecto de los hijos de Amón”
Edom, Moab y Ammon son montañas que rodean el Mar Muerto. En estas montañas abundan las cuevas, que serían lugares seguros para esconderse. Así que los creyentes Judíos deben correr a estas montañas una vez inicie la gran Tribulación.
Algo curioso de estas tres montañas, de naciones paganas (Edom, Moab y Ammon), es que son las mismas montañas desde donde Balaam profetizó. Lo que quiere decir que Dios va a convertir la maldición en Bendición.