Iglesia Palabra Pura
  • 30 noviembre, 2022
  • Rafael Lemes
  • 2

LUCAS 5:12 (RVR) “Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme

La declaración de este leproso fue descrita por Mateo (8:1-4), Marcos (1:40-45) y Lucas (5:12-16); pero fue Lucas quien, seguramente por su profesión de médico, nos describe a este hombre como lleno de lepra, lo cual nos indica el estado de deterioro avanzado que tenía este leproso, sin embargo, él tenía fe para creer que ni su diagnóstico de lepra avanzado podía impedir la sanidad a través de Jesucristo, PERO no tenía la certeza de que Jesucristo lo considerara “digno” para otorgarle la sanidad, y por ende la entrada nuevamente a la sociedad que lo veía con espanto.

Los leprosos no podían acercarse a más de 2 metros de una persona, y si el viento soplaba desde ellos hacia otras personas debían alejarse a mínimo 45 metros. Así que imaginen a este hombre con fe y duda al mismo tiempo, nadando en dos aguas, y preguntando desde lejos, quizás gritando un poco para ser escuchado, pero con la mirada hacia el suelo por la vergüenza que tendría si Jesucristo simplemente le decía que no quería hacerlo.

Pero esta fue la respuesta de nuestro Señor:

LUCAS 5:13 (RVR) “Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él”

Jesús se extendió y tocó al hombre repudiado por la sociedad, y manifestó su voluntad: “Quiero; sé limpio”. Jesucristo no le preguntó si había aprendido algo de su enfermedad, no le pidió tiempo para meditarlo, o le dijo que necesitaba una confirmación del Padre para saber si su caso aplicaba para ser limpiado de lepra; Él solamente manifestó la constante perfecta voluntad de Dios respecto a la sanidad: “Quiero”, lo tocó y la sanidad se manifestó.

¿Está diciéndonos entonces la Palabra que debemos postrarnos y preguntarle al Señor si quiere sanarnos? No, creo que más bien este pasaje nos está diciendo que no sólo debemos creer que Jesucristo puede sanar, sino que, además, quiere sanarnos, y el unir esas dos creencias manifestará rápidamente la sanidad en nuestros cuerpos.

El Evangelista Estadounidense F. F. Bosworth, quien escribió el libro “Cristo el Sanador”, dijo: “La fe comienza donde la voluntad de Dios es conocida”. Si nosotros no entendemos que es la voluntad Dios sanarnos no podemos poner fe en lo que Jesucristo ganó para nosotros, y la fe toma lo que la Gracia ofrece. La sanidad es un don, una herencia ganada por Jesucristo en la cruz, pero debe ser tomada por la fe, y la Escritura claramente nos dice qué es la fe:

HEBREOS 11:1 (RVR) “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”

Si no tenemos la certeza de que es la voluntad de Dios sanarnos, a pesar de que a lo largo de las Escrituras encontramos una promesa tras otra de sanidad, que nos confirma el “SÍ QUIERO” de Dios, simplemente estamos poniendo un contrapeso para tomar la sanidad que está disponible para nosotros por Gracia.

El contrapeso de la fe es la incredulidad, y si creemos que Dios puede, pero que quizás no quiere aún, estaremos operando en fe e incredulidad al mismo tiempo. Y es allí donde este género de incredulidad impedirá la manifestación de la sanidad.

Uno de los errores que cometen muchas personas al leer la Palabra, es interpretar el carácter de Dios a través de lo que otras personas dijeron de Él, y no de las mismas palabras de Dios y Su actuar. Por ejemplo, muchas personas creen que Dios está dando y quitando porque Job dijo esas palabras: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21 [RVR]), cuando en realidad las acciones de Dios fueron totalmente diferentes; Dios siempre protegió a Job, y lo restauró a pesar de que Job le había dado legalidad al enemigo para atacarlo. Y en el caso del leproso, no son las palabras que el leproso dijo las que nos muestran el carácter de Dios; son las palabras de Jesús “Sí Quiero” las que confirman el carácter Bondadoso de Dios.

Esto fue lo que el Espíritu Santo inspiró a decir a Lucas sobre el Ministerio de Jesucristo:

HECHOS 10:38 (RVR) “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”

Presten atención a las palabras PORQUE DIOS ESTABA CON ÉL. Esto significa: Porque Jesucristo hacía la voluntad de Dios. La enfermedad es una opresión del diablo, y Jesucristo vino a hacer la voluntad de Dios sanando a los oprimidos. Claramente también la Escritura nos dice que anduvo haciendo; lo cual significa que no fue a pocos, sino a todos los que pusieran fe en Él.

Omitir la sanidad en el mensaje del Evangelio, es dar el mensaje incompleto. La palabra dice:

GÁLATAS 3:13-14 (RVR) “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),  para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”

Dentro de las maldiciones de la Ley descritas en Deuteronomio 28, están las enfermedades, y si Cristo nos redimió, es decir, nos libró de la maldición de la enfermedad, para que la bendición de sanidad nos alcanzara, cómo podemos pensar que la enfermedad no hace parte del mensaje del Evangelio.

Iglesia Palabra Pura cree y proclama el mensaje completo del Evangelio, en que ciertamente Jesucristo vino a traer perdón de pecados por medio de Su Sangre y Sanidad por medio de Su cuerpo herido.

2 comments on “¿ESTÁS DANDO EL MENSAJE INCOMPLETO? – PARTE 2

  1. Pastores Les presento mi gratitud por disponer de su valioso tiempo y enviarne la explicacion de Las Escrituras. Saben estoy muy contenta porque estoy aprendiendo Mucho mas. Me gustan los en Vivo que hace La Pastora Adriana con las actualidades de lo que ha pasado y esta pasando a Nivel Mundial.
    Dios me Los Continue Bendiciendo Grandemente!!!!

    Agradecida y Bendecida.

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