ECLESIASTÉS 1:10 (TLA)

“Cuando alguien llega a decir: «¡Aquí tengo algo nuevo!», resulta que eso ya existía antes de que naciéramos”

La historia le da el crédito a Benjamín Franklin por ser quien descubrió la electricidad en el año 1752, pero a partir de ese momento muchos hombres y mujeres tuvieron que conocer más a fondo de qué se trataba la electricidad y cómo podían sacarle provecho. La electricidad existe desde la fundación del mundo, Dios la estableció como ley física en la tierra, pero sólo miles de años más tarde, diferentes personas empezaron a notarla, estudiarla y aprovecharla, al punto de que un simple corte de energía puede paralizar el comercio de una ciudad.

Quise resaltar esto, porque en el mundo espiritual también hay leyes establecidas por Dios, y estas, a pesar de que no las conozcas a fondo, siguen operando. Muchas personas que no conocen el Evangelio, llaman a las consecuencias que llegan a sus vidas, por sus acciones buenas o malas, como el efecto “Karma”; cuando en realidad es una ley espiritual, donde toda persona cosecha lo que siembra (Gálatas 6:7).

Todo cristiano debe conocer cuáles son esas leyes espirituales que Dios estableció en Su Palabra, para que pueda vivir una vida próspera en todas las áreas. Al ser leyes espirituales no pueden ser comprendidas a través de la lógica humana, ya que muchas veces encontramos que la sabiduría de Dios es inversamente proporcional a la sabiduría humana. Un ejemplo de esto, es que para la lógica humana si quieres tener más dinero debes guardar todo para ti y no debes compartir con nadie. Esto, por supuesto es contrario a la ley espiritual establecida por Dios, donde la persona que da con generosidad es la que prospera (Proverbios 11:25; 2 Corintios 9:7-8). Afortunadamente Dios nos revela cuáles son esas leyes a través de Su Palabra, para que vivamos una vida en abundancia.

Puede ser que no conozcas perfectamente cómo funciona cada ley espiritual, pero si en fe empiezas a aplicarlas, con la luz y el entendimiento que ya tienes, todas ellas empezarán a obrar a tu favor. Si empiezas en fe a humillarte, al contrario de exaltarte para que Dios te promueva (Santiago 4:10); a amar a tus enemigos aunque sea contrario a la lógica humana (Mateo 5:44); a respetar a las autoridades aunque humanamente no lo quieras hacer (Romanos 13:1); a imaginar lo que quieres ver aunque el mundo te diga que es ilógico creer en lo que no ves físicamente (Génesis 15:r5), te sorprenderás de cómo tu vida dará un giro de 180 grados para bien.

Si quieres ver realmente resultados en tu vida, no puedes simplemente pasar por alto las leyes espirituales; no pelees con ellas, mejor conoce más sobre ellas y benefíciate de ellas, pues para eso Dios las estableció (Santiago 1:22).