Cada vez que sientan que un pensamiento de preocupación logró captar su atención, acelerando sus latidos y respiración, recuerden esta pregunta que nos hizo Jesús:

MATEO 6:27 (NTV) “¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?”

Pregúntese cada uno: “¿Lo que necesito es preocuparme? ¿Entre más me preocupe estaré más rápido en paz? ¿Esta preocupación constante cambiará esta situación difícil? ¿Mi futuro está asegurado entre más me preocupe? ¿La preocupación añadirá algo a mi vida, o al contrario me quitará? Estas preguntas son importantes, porque nos quitan la atención del pensamiento invasivo que viene a robarnos la paz y capacidad de dar fruto.

Todos sabemos las respuestas a estas preguntas, pero la verdad es que necesitamos estarlas recordando. La mayoría de preocupaciones vienen por pensamientos de situaciones hipotéticas basadas en el temor, pero que pueden llegar a manifestarse por usar mal el poder que tenemos en nuestra boca, para bendecir o maldecir (Proverbios 18:21), sin embargo, muchas preocupaciones sí son ocasionadas por problemas reales, por situaciones que sí nos toman por sorpresa y vienen a atacar nuestra paz. Ahora, debemos tener en cuenta que nunca la preocupación ha logrado resolver un problema real; son las acciones correctas en los momentos correctos las que solucionan los problemas, es decir, que lo que necesitamos es la Sabiduría de Dios para saber qué paso dar ante una situación difícil. Así que, ahora, veamos la parte práctica de esta Serie sobre LA PREOCUPACIÓN.

FILIPENSES 4:6 (NTV) “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho”

Veamos algunos puntos sobre este versículo tan conocido, pero poco aplicado.

NO SE PREOCUPEN POR NADA: Investigaciones han demostrado que cuando una persona entra en un estado de preocupación, no sólo empieza a hablar de lo mal que terminará todo el asunto que le preocupa, sino que además su cuerpo se tensionará, sus músculos y vasos sanguíneos se contraerán, lo que lleva en muchos casos a que la persona actúe de forma irracional. Un ejemplo de esto, lo tenemos de la plandemia del Covid19, donde vimos videos de personas peleando con furia en los supermercados por unos cuantos rollos de papel higiénico; un comportamiento totalmente irracional producto de la preocupación.  

Pero cuando una persona, a pesar de haber recibido una terrible noticia, maneja la calma, empieza a hablar de la solución y de cómo podrá salir de ese mal estado, su cuerpo entra en una relajación donde su flujo de sangre aumenta, oxigenando su cerebro, lo cual despertará su creatividad, para que pueda pensar de una manera coherente y razonable para salir adelante.

La intención de la declaración “no se preocupen por nada”, no es la de animarnos o sugerirnos no hacerlo, la intención real es darnos una orden ‘militar’. Como hijos de Dios se nos ordena a no caminar en la preocupación, en cualquier área de nuestra vida. No porque a Dios no le importen los problemas que se nos presenten en esta vida, sino porque Él siempre tiene una respuesta para cada situación, pero necesita de nuestra disposición para que escuchemos Su dirección, no obstante, si estamos ansiosos será muy difícil escucharlo, y corremos el peligro de empeorar la situación actuando de forma irracional.

Entonces, lo primero que debemos hacer ante una situación difícil es someter nuestros pensamientos a la calma. No es fácil, por algo la Palabra de Dios no dice que aquel que piensa en Dios es guardado en completa paz, sino aquel que PERSEVERA en pensar en Dios es guardado en completa paz; paz que en Hebreo se define como Shalom Shalom.

ISAÍAS 26:3 (RVR) “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”

Debemos ser insistentes, perseverantes y determinados en enfocar nuestros pensamientos en Dios y Su Palabra, para que la preocupación pierda fuerza en nosotros a medida que le restamos importancia en nuestra mente.

OREN POR TODO: una vez tomamos la decisión de no preocuparnos, podemos ir a Dios en oración. La Palabra nos dice que Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote que comprende nuestras debilidades, por lo tanto, Él ha abierto un camino para que entremos a la cobertura que nos provee el Trono de la Gracia de Dios.

HEBREOS 4:15-16 (NTV) “Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos”

No hay un tema que a Dios no le importe de nosotros, incluso aquello que para los demás sea ridículo que lo compartamos en oración; Dios valora el hecho de que confiemos en Él como nuestro Padre.

DÍGANLE A DIOS LO QUE NECESITAN: uno de los atributos de Dios es que es Omnisciente, Él lo sabe todo, Él conoce el pasado, presente y futuro de cada uno de nosotros. A Dios nada lo toma por sorpresa. Pero Él ha decidido que intervendrá en nuestras vidas de acuerdo a nuestro libre albedrío. Es un don que Dios nos ha entregado, con una gran responsabilidad detrás. Así que cuando le pedimos a Dios, no es porque Él pensará si nos quiere ayudar o no, sino porque cuando le pedimos le estamos diciendo que creemos que sólo Él tiene lo que necesitamos, que confiamos en Su Poder y Buena Voluntad, y que creemos en que recibiremos aquello que nos ha prometido por Gracia.

1 JUAN 5:14-15 (NVI) “Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido”

DENLE GRACIAS A DIOS POR TODO LO QUE ÉL HA HECHO: el agradecimiento es sinónimo de Alabanza, y hay un poder grandísimo cuando exaltamos a nuestro Dios. Noten que Filipenses 4:6 no nos dice que le demos gracias cuando veamos la respuesta de Dios, sino que juntamente con la petición debemos agradecer a nuestro Dios por su respuesta oportuna. Aunque nuestros ojos no vean la respuesta, debemos creer que ya Dios ha hecho lo que le hemos pedido.

Si aplicamos este versículo de la manera correcta, la Palabra nos dice que obtendremos una paz dada por Dios que es díficil de explicar, para guardar nuestros pensamientos y corazones:

FILIPENSES 4:7 (RVR) “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”

Lo que significa que estaremos listos para recibir la guía de Dios mientras reposamos en Él; estaremos actuando como Jesús, quien en medio de la fuerte tormenta podía dormir tranquilo, y cuando fue despertado por los discípulos preocupados, supo qué hacer bajo la guía de la paz de Dios.

LUCAS 8:23-24 (DHH) “y mientras cruzaban el lago, Jesús se durmió. En esto se desató una fuerte tormenta sobre el lago, y la barca empezó a llenarse de agua y corrían peligro de hundirse. Entonces fueron a despertar a Jesús, diciéndole: —¡Maestro! ¡Maestro! ¡Nos estamos hundiendo! Jesús se levantó y dio una orden al viento y a las olas, y todo se calmó y quedó tranquilo”