Hace poco concluí una Serie llamada “¿ESTÁS PREPARADO PARA EL MATRIMONIO?”, donde compartí para los solteros que anhelan vivir en un matrimonio bajo la bendición de Dios, valiosos principios que nos muestra la Palabra respecto a cómo identificar los tiempos y señales para dar ese gran paso. Sin embargo, en uno de los artículos toqué de manera superficial el don de continencia, por lo que hoy me gustaría que viéramos ciertos versículos para traer claridad sobre este valioso don.

Los habitantes de Corinto se caracterizaban por su pervertida mentalidad acerca del sexo. En este lugar el homosexualismo, el incesto, la prostitución y otras perversiones sexuales eran normalizadas como parte de su cultura, pero cuando entró el Evangelio a impactarlos, muchos Corintios se dieron cuenta de que sus concepciones del sexo y el matrimonio estaban totalmente erradas, y debían ir al arrepentimiento para ser limpiados de sus pecados a través de la sangre de Jesucristo. Así que los nacidos de nuevo que se congregaban en Corinto se sentían evidentemente desorientados respecto a si debían casarse o apartarse totalmente de las relaciones sexuales para agradar a Dios; seguramente ellos se sentían tan avergonzados de sus prácticas sexuales pasadas, que creían que el arrepentimiento incluía el abandonar sus matrimonios, abandonar la idea de casarse algún día, abstenerse totalmente de la sexualidad y vivir como célibes.

Es por eso que sólo en la Primera Carta a los Corintos el Apóstol se toma el tiempo para aclarar de qué se trata el Celibato, para quién es y cuáles son sus beneficios. De acuerdo a las Cartas que han estudiado conmigo, se han dado cuenta que el Apóstol Pablo era recurrente en temas como su llamado al Apostolado, la Salvación por Gracia, la Santificación y el Rapto de la Iglesia en las Cartas que escribía a las Iglesias que establecía, pero también se tomaba el tiempo de hacer explicaciones específicas a los destinatarios de las Cartas que eran necesarias para traer corrección y claridad en la doctrina, como en este caso lo requerían los Corintios.

Según los datos que podemos extraer de la Biblia, en contraste con los requerimientos de la tradición Judía, podemos deducir que el Apóstol Pablo estuvo casado, debido a que muy seguramente hizo parte del Sanedrín al mencionar en su testimonio que antes de nacer de nuevo dio su voto ante el Sanedrín, y que su voto contó para el juzgamiento de cristianos (Hechos 26:10). Y uno de los requisitos innegociables para ser miembro del Sanedrín era el estar casado. Por lo que no sabemos exactamente por qué el Apóstol al escribir Corintios estaba sin esposa, aunque muchos eruditos han teorizado a que seguramente era viudo o que su esposa no aceptó su conversión y tuvo el Apóstol Pablo que dejarla ir, ya que no consentía en estar con él. Pero estas son dos teorías, que aunque cuentan con explicaciones lógicas, no pueden ser aseguradas por pruebas más contundentes o declaraciones más directas del Apóstol. Lo que sí sabemos es que para el momento en que el Apóstol escribió en la Primera Carta a los Corintios la respuesta respecto al celibato no estaba casado, pero que además Dios le había dado un don especial llamado: DON DE CONTINENCIA. Así que veamos de acuerdo a las declaraciones del Apóstol Pablo qué es el don de continencia y qué características tiene aquel que posee este don:

1. NO ES PARA TODOS, ES UN TIPO DE DON DENTRO DE VARIOS DONES:

1 CORINTIOS 7:7 (RVR) “Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro”

El Apóstol Pablo reconoció que no todos tenían este don, por lo que todos los nacidos de nuevo no deben ser forzados a caminar o aceptar algo que antes de ayudarles les hará mucho daño, ni tampoco aquel que no posea el don debe sentirse que es un cristiano carnal por no tenerlo, ya que posee otros dones que también son de provecho para la edificación del Cuerpo de Cristo.

2.  EL DON PUEDE MANIFESTARSE TANTO EN PERSONAS SOLTERAS COMO EN PERSONAS VIUDAS:

1 CORINTIOS 7:8 (RVR) “Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo”

Este don no se manifiesta sólo en aquel que nunca se ha casado, sino que las personas viudas de repente pueden notar que Dios les ha otorgado el don de continencia, y pueden seguir su vida sin la necesidad física, emocional y sexual de otro cónyuge.

• AQUEL QUE POSEE EL DON NO TIENE UNA CARGA INTENSA A NIVEL SEXUAL:

1 CORINTIOS 7:9 (RVR) “pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”

La persona que posee el don de continencia notará que no sentirá unos fuertes deseos sexuales que anhelan ser saciados. Podríamos decir que es una inyección extra de dominio propio en el área sexual. Cada nacido de nuevo tiene dominio propio que ejercitar, pero el que posee el don de continencia, lo ejerce sin presión alguna, no siente que se está quemando de pasión.

• NO SIENTE ILUSIÓN O ANSIEDAD RESPECTO AL MATRIMONIO:

1 CORINTIOS 7:28 (RVR) “Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar”

Hay personas que se sienten plenas sirviendo al Señor, sin la necesidad de compartir su vida con un cónyuge. No tienen anhelo de tener hijos y no se sienten frustradas por llamar la atención del sexo opuesto. Esto no significa que estas personas tengan un problema o pecado de identidad sexual, sino que aquellas personas que poseen este don sienten una gran satisfacción al concentrar todo su tiempo y energía exclusivamente en el servicio a Dios. Por lo anterior, aquel que tiene el anhelo de casarse y disfrutar de los beneficios del matrimonio, debe descartar que posee este don, y no puede confundirlo con el dominio propio de cada creyente.

En el próximo Artículo veremos otras características del don de continencia, que poseen aquellos que pueden vivir Célibes.