Iglesia Palabra Pura

El Dr. Andrés Panasiuk, escribió esta frase en uno de sus libros: “Mi carácter es un boomerang: eventualmente volverá a mí para ayudarme o golpearme”. Esta es una frase muy interesante, ya que muchos cristianos suelen apoyarse en una promesa de Dios sacándose de la ecuación, confiando en que, si sólo dicen creer a una promesa y la confiesan constantemente, esta se manifestará. Pero en realidad, siempre nuestro comportamiento hará parte de la ecuación para la manifestación.

Déjame ponerte un ejemplo para que puedas ver claramente a qué me refiero con ser parte de la ecuación: si un cristiano dice que cree que Dios suplirá todas sus necesidades, porque Escrito está en Filipenses 4:19, pero su comportamiento es el de una persona perezosa, que no quiere trabajar, y que ve la deuda como una “ayudita para Dios”, no puede luego reclamar una buena cosecha, porque el boomerang de su comportamiento le estará golpeando, hasta que haga el ajuste necesario. Este cristiano no puede culpar a Dios de ser infiel, sino que tiene que ver que hasta que cambie su siembra, cambiará su cosecha. Dios siempre será fiel a la siembra correcta.

El cristianismo no se basa solamente en nuestra predicación (en lo que decimos creer y hacer), sino también en la forma en como nuestras acciones testifican de aquello que predicamos. En una Iglesia, donde hay un orden para el Servicio, nuestro carácter e integridad, o falta de ella, puede pasar inadvertido. Todos podemos pasar por cristianos ejemplares. Pero es en situaciones donde sentimos que no estamos siendo juzgados, que podemos sacar lo mejor o peor de nosotros.

Uno de esos ambientes en los que se suele pasar por alto prestar atención al buen comportamiento, es al laboral. Pero es allí donde pasamos el mayor tiempo de nuestro día. Es allí donde tenemos más tiempo para testificar de que ahora somos nuevas criaturas en Cristo Jesús. Sin embargo, fácilmente muchos cristianos ceden a amoldarse al comportamiento del mundo en los empleos, al caer en la deshonra a los jefes, involucrarse en chismes y mostrar poca diligencia y responsabilidad en los cargos que asumieron, sólo por el hecho de que sienten que una cosa es su comportamiento en la Iglesia, y otra es su comportamiento en su trabajo. Así que creen que sólo con una oración a Dios pueden ser promocionados. Pero en realidad así no funciona el principio de la promoción.

EFESIOS 6:5-6 (RVR) “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios”

Parecen contradictorios estos versículos frente a la lógica humana, ya que, si nuestro objetivo es buscar promoción, sólo deberían nuestros jefes vernos actuar como ellos lo desean; y esto es real hasta cierto punto, pero la verdad espiritual que nos devela Efesios 6:5-6 es que así como nuestra lucha no es contra carne y sangre, nuestra promoción no depende de carne y sangre, sino de Dios.

Es decir, que delante de los hombres, al saber que somos observados, podemos aparentar con nuestras acciones falsas motivaciones. Pero Dios quiere que entendamos que cuando el ojo humano no está presente para juzgar nuestro comportamiento, Él sí lo ve, y cuenta cada una de nuestras acciones para una promoción o un aplazamiento de la promoción.

GÁLATAS 6:9 (RVR) “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”

No tienes que esperar a que tu jefe te prometa el cargo que sueñas para comportarte como el mejor de los empleados. Cuando empiezas a ser consciente de que Dios te está observando todo el tiempo mientras trabajas, estarás consiente de hacer las cosas no a la manera del mundo, sino a la de Dios, y estas buenas acciones, liberarán en tu vida laboral una impresionante Gracia y Favor de Dios delante de tus autoridades y compañeros.

José, el amado hijo de Jacob, es un excelente ejemplo de cómo Dios promociona a un hombre que se esfuerza por dar lo mejor de sí en lo público y en lo privado. José tuvo la oportunidad de mostrarse delante de su jefe Potifar como un buen empleado, y mientras él no estuviera viéndolo, aprovecharse de las insinuaciones sexuales de su esposa. Sin embargo, José era consciente de la mirada constante de Dios, y contestó ante la tentación:

GÉNESIS 39:8-9 (RVR) “He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?”

José se mantuvo íntegro delante de Dios y fiel a su amo. Por lo que pasó la prueba para una promoción de mayor responsabilidad, hasta llegar a ser el segundo a cargo de la Nación de Egipto. Lo que hizo en lo privado ante Dios, lo catapultó con mayor Gracia y Favor para ser visto como el mejor ante los hombres, incluso recibiendo esta declaración del hombre más importante de Egipto:

GÉNESIS 41:37 (RVR) “¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios?”

Podríamos decir que el boomerang del carácter de José regresó para ayudarlo.

Ahora, pregúntate si tus acciones laborales son coherentes con lo que ven tus jefes en lo público y Dios en lo privado. Será que te sucedería como aquel joven que marcó desde un teléfono público a una empresa, y dijo:

– “Señor, ¿tiene usted algún trabajo para un empleado honesto, capaz  y trabajador? ¿No?… Ah, ¿ya tiene uno? Bien, gracias de todos modos”.

Otra persona estaba escuchando la conversación de este joven y se sorprendió porque vio que este salía sonriendo y silbando de la cabina, cuando  evidentemente había sido rechazado para el empleo que había solicitado. Así que ante la curiosidad, decidió acercarse al joven y decirle: “Joven, no pude evitar oír lo que decía. ¿Estoy en lo correcto al pensar que a usted le acaban de negar un trabajo?

– “Pues sí”, contestó el joven, mientras seguía sonriendo.  Así que incrementando la curiosidad de la persona, le preguntó: “¿Y entonces por qué tiene esa sonrisa y se siente tan contento? A lo que el joven contestó con alegría: “Porque yo soy ese empleado honesto, capaz y trabajador que ellos ya tienen. Sólo estaba comprobando sí hacía bien mi trabajo”.

Este sería un ejercicio muy interesante para realizar. La pregunta sería ¿qué respuesta daría tu jefe si le preguntaran sobre la disponibilidad del puesto que ahora ocupas? Recuerda que lo que se siembra en privado se cosecha en público.

MATEO 6:18 (RVR) “… y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”

7 comments on “PROMOCIÓN LABORAL

    1. Todo es totalmente cierto. Dios nos coloca en un puesto para ser usados y predicar su palabra. Y hacemos todo lo contrario. Pero como lo dijo la pastora en una predica. Si enderezamos el camino y empezamos hacer los bueno, con un arrepentimiento genuino. Hay oportunidad.

  1. Amen, así está en

    Men, que práctico, Pastor, así está escrito y es así como opera Dios, no hay manera de contradecir el raciocinio natural humano caído que heredamos de Adán siempre nos ha hecho creer mal.

  2. Muchas gracias Pastor Rafael por dotarnos del conocimiento en muchas áreas en nuestras vidas a través de la palabra de Dios. Bendiciones

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