HEBREOS 10:25 (NTV) “Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca”

Congregarnos es claramente un mandato de Dios que todos los cristianos debemos obedecer sin cuestionamientos ni excusas. Pero me gustaría hacer énfasis en un punto importante, para traer corrección en algo que con el avance de los años se ha venido pasando por alto, y es que no sólo es importante congregarnos, sino además la actitud que tenemos al congregarnos.

Déjenme ilustrarles con la historia de 2 mujeres cristianas la importancia de la actitud correcta:

Un Domingo, Martha llegó enojada a su casa porque el Servicio no había llenado sus expectativas, ya que había notado 5 errores en él:

• En la Alabanza la cantante cambió el fraseo de una de sus canciones favoritas para adorar al Señor.
• Uno de los ujieres le había pedido que se sentara junto a su esposo unas sillas más adelante, cuando ella quería hacerse donde se sintiera más cómoda.
• El Pastor se extendió más tiempo del estipulado para el Servicio, y eso le había cambiado sus planes Dominicales.
• No se pudo concentrar en la enseñanza, porque de lejos podía ver a dos jovencitas que charlaban, a pesar de que varias veces un ujier les había llamado la atención.
• Cuando fue por su hija en el área kids de la Iglesia, no la dejaron entrar, a pesar de que había hecho una larga fila, hasta que entregara el sticker que tenía el código que se le había asignado a su hija, por lo que tuvo que buscar a su esposo por todo el auditorio de la Iglesia, ya que le había pedido a él que lo guardara.

Ese mismo Domingo Lucy, también tuvo la oportunidad de asistir a la Iglesia donde se congregaba con su familia. Ella llegó emocionada y agradecida con Dios por el maravilloso tiempo que había pasado en su Iglesia:

• La forma en cómo ese día la mujer que cantaba “Cuán Grande es Él…” había cambiado la melodía de la canción para enfatizar en la letra, y que así todos pudieran reflexionar sobre lo que cantaban, la habían hecho conectar de una forma especial con Dios.
• Uno de los ujieres quería ubicarlos de tal forma que ella y su esposo quedaran cerca a otros hermanos en Cristo.
• El Pastor fue inspirado por Dios para hablar de un tema del que ella tenía tantas preguntas, y por fin pudo escuchar la explicación de una forma tan clara, que sintió que el tiempo pasó volando.
• Tres personas que habían ido por primera vez a la Iglesia recibieron a Jesucristo como Señor y Salvador.
• Y uno de los ujieres se había tomado el tiempo para abrirles paso en la carretera mientras se retiraban del parqueadero, para que ellos no tuvieran que salir del auto y abrirse paso solos.

A propósito, Martha y Lucy son dos mujeres cristianas que asisten a la misma Iglesia. Esta es una historia muy interesante y nada fuera de la realidad, ya que considero que actualmente muchos cristianos van a las Congregaciones sólo con la actitud egocéntrica de “Qué tienen para ofrecerme”, “Cómo me van a complacer”, “Cuidado con no agradarme, porque me voy”. Pienso que este egocentrismo ha sido incentivado por muchos predicadores que se han dedicado a enseñar sólo mensajes de: “Dios te ama, y si le recibes tendrás todo lo que necesitas”, dejando de lado que Dios también tiene unas justas demandas sobre nosotros, y que por lo tanto le debemos Obediencia, Honra, Alabanza y Reverencia.

Infortunadamente, muchas Iglesias están centrando sus Servicios sólo en agradar a las personas: alabanzas que muevan las emociones, sin importar si son doctrinalmente correctas, enseñanzas de no más de 25 minutos para supuestamente no “agotar” a los congregantes, programas y shows especiales con él único propósito de sostener el número de personas en la membresía.

Precisamente, el Apóstol Pablo tuvo que corregir este tipo de egocentrismo en la Iglesia que él había establecido en Corinto:

1 CORINTIOS 11:20-22, 27-29 (NVI) “De hecho, cuando se reúnen, ya no es para comer la Cena del Señor, porque cada uno se adelanta a comer su propia cena, de manera que unos se quedan con hambre mientras otros se emborrachan. ¿Acaso no tienen casas donde comer y beber? ¿O es que menosprecian a la iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Voy a elogiarlos por esto? ¡Claro que no!… Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo come y bebe su propia condena”

Según este pasaje, un grupo de creyentes de Corinto tenía una mala actitud a la hora de Congregarse y participar de la Santa Cena. El Apóstol los estaba exhortando, porque al parecer ellos creían que por el hecho de haber comido pan y bebido vino dentro del tiempo de la Santa Cena, ellos estaban actuando de manera correcta, pero en realidad, aunque sí comían del pan y bebían el vino, su actitud estaba en “Quiero comer y beber lo que más pueda, me quiero satisfacer”; perdiendo todo el enfoque principal, que exalta la obra de Jesucristo en la cruz; por lo tanto su actitud estaba deshonrando el propósito real de la Santa Cena.

ISAÍAS 43: 7 (NTV) “… porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé”

Hay personas que sienten que le están haciendo un favor a Dios o a los Pastores de las Iglesias al asistir a la Congregación, y asisten a las Iglesias con la actitud de “bueno, ya estoy aquí, mire que sí vine, pero rápido porque me quiero ir”. Incluso, hay cristianos que llegan a la Iglesia después de la Alabanza, negando que la Alabanza es uno de los momentos más solemnes donde le ofrecemos nuestra Adoración a Dios como Congregación. ¡Esto tiene que parar! Debe parar ese irrespeto a Dios, a Su Palabra y al valor que Dios le da a la Congregación de hermanos.

Te invito a que medites con qué actitud estás asistiendo a la Iglesia. Medita si sales de los Servicios como Martha, con reproches de lo que no te gustó, dejando de lado lo que Dios quería que hicieras y aprendieras; o si sales con la actitud de Lucy, que dio la Gloria a Dios desde la Alabanza, recibió de Él instrucción a través del Pastor, exaltó las muestras de Servicio de sus hermanos servidores y se alegró por los nuevos hermanos en la fe.

Este Artículo no está dejando de lado que una Iglesia debe caminar en excelencia en todo: en Alabanza, Enseñanza, Diligencia en la Atención y Servicio por parte de los Ujieres, etc. Pero nunca la motivación principal debe ser para agradar a los Congregantes; el primero en todo siempre debe ser nuestro Dios. Todo lo que se haga en los Servicios de una Iglesia debe dar Gloria y Alabanza a nuestro Dios.

El congregarte es tan importante, como la actitud para congregarte.