JUAN 19:17 (LBLA) “Tomaron, pues, a Jesús, y El salió cargando su cruz al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota”
El Apóstol Juan fue uno de los testigos oculares de la tortura que sufrió Jesús hasta morir. Él escribió que Jesús salió del pretorio cargando su cruz. Aunque estaba siendo juzgado injustamente por los Judíos y Romanos (Gentiles), el Hijo de Dios voluntariamente realizó un intercambio divino y asumió la cruz como suya para pagar en lugar de toda la humanidad pecadora.
Jesucristo ya había sido sometido a gran sufrimiento antes de salir camino al Gólgota; le habían escupido, golpeado, desnudado, latigado 39 veces (arrancando su carne), arrancado a la fuerza su barba, insertado en su cabeza, sin piedad alguna, una corona en forma de casco hecha de espinas e insultado con todo tipo de insultos y blasfemias.
A pesar del sufrimiento, Jesucristo estuvo dispuesto a tomar la cruz a la que lo habían sentenciado, porque era la única forma de redimir a la humanidad. Hebreos nos dice que todo esto lo soportó porque tenía la mirada puesta en el gozo que representaría la victoria en la cruz (Hebreos 12:2). Jesús nunca dijo: “Esta cruz no es mía, no la merezco”. Él sabía que Él era el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo, y la Pascua debía cumplirse, por lo tanto Él se adueñó de esa cruz para cumplir con el Juicio que el Padre ejecutaría desde el Cielo.
GÁLATAS 3:13 (RVR) “… hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”
Jesús ciertamente venció en la cruz; por lo que a pesar de que agonizaba con gran sufrimiento, no entregó Su Espíritu hasta que testificó sobre el gozo de Su victoria: ¡TETELESTAI! En Hebreo, significando en Español “El sacrificio ha sido cumplido”. Dando paso a una nueva dispensación llamada: Gracia. Toda persona que ponga fe en el pago que Jesucristo hizo en la cruz y reconozca que esa cruz realmente le pertenecía a ella, consciente de que por Gracia se realizó un intercambio divino, tiene entrada al Padre como si nunca hubiera cometido algún pecado. Ya esa persona no debe pagar por sus pecados, porque alguien se anticipó a pagar en su lugar. Pero ciertamente debe haber ese reconocimiento de condición de pecador para participar del gozo de la salvación.
TITO 3:4-5 (LBLA) “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo”
La Palabra dice que la voluntad de Dios es que todos sean salvados (2 Pedro 3:9), y en esta dispensación, la salvación se está ofreciendo absolutamente por Gracia (regalo inmerecido), pero para que Dios pueda legalmente entregarle el regalo de Gracia a alguien, este debe reconocer su condición como pecador.
Es muy interesante que 3 de los 4 Evangelios mencionen un detalle sobre un hombre que fue obligado a llevar la cruz que habían puesto sobre Jesús:
MATEO 27:32 (RVR) “Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a este obligaron a que llevase la cruz”
MARCOS 15:21 (RVR) “Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz”
LUCAS 23:26 (RVR) “Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús”
Según lo que podemos recopilar de estos 3 Evangelios sinópticos, Simón era un Judío de Cirene que simplemente iba de camino porque venía del campo. Quizás se acercó al ver a la multitud para ver quiénes habían sido condenados a muerte, con la única motivación que la curiosidad, pensando que continuaría su camino, pero sus planes fueron interrumpidos cuando los soldados Romanos le asignaron a la fuerza la tarea de cargar la cruz que reposaba sobre uno de los sentenciados a muerte, Jesús. Simón no estaba interesado ni celebrando el padecimiento de Jesús, pero tampoco estaba dispuesto a cargar la cruz que él creía no merecer.
Muchos maestros han enseñado cómo este relato se alínea con la declaración de Jesús sobre cómo ser Su discípulo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo 16:24 [LBLA]), y realmente considero que es una explicación muy válida, pero también quisiera que lo viéramos desde otro punto de vista, y es que Dios usó este momento para mostrarnos cómo la humanidad fácilmente no se identifica como pecadora. Simón de Cirene no quería ser visto como un hombre que por sus pecados merecía morir, por lo que se negaba con todas sus fuerzas a cargar la cruz que lo relacionaba con Jesús. Si Simón hubiese entendido que esa cruz que estaba cargando forzado realmente le pertenecía a él, pero que no la tendría que llevar más porque Jesús la volvería a cargar para morir en su lugar, los Evangelios hubieran relatado a un Simón conmovido hasta las lágrimas por la salvación que Jesús le ofrecería al ponerse en su lugar.
Ahora, se cree que Simón de Cirene lo entendió después, y que recibió a Jesucristo como Señor y Salvador, ya que sus hijos aparecen nombrados en el Evangelio de Juan Marcos, por lo que al mencionarlos (Alejandro y Rufo), pareciera que estaba nombrando personas que los cristianos de la Iglesia Primitiva reconocerían. Pero regresando al punto, a pesar de que Jesús voluntariamente fue a la cruz por toda la humanidad, sólo aquellos que comprendamos que TODOS merecíamos llevar la cruz que cargó Jesús y que TODOS merecíamos morir como murió Jesús en nuestro lugar, pero que por Gracia Él la llevó por nosotros, podemos recibir el gozo de la salvación y ser identificados como justos delante de Dios.
Nadie que se acerque a Dios diciendo que no merece condena alguna, porque no ha hecho nada digno de muerte, puede recibir la Salvación. Dios no recibirá en Su Reino Celestial a aquel que ofrezca su propia justicia imperfecta, sino a aquel que reciba la justicia perfecta de Dios hecha a través de Jesucristo.
Entendamos, era nuestra cruz, y Él la tomó como propia para ser juzgado con el juicio que nos merecíamos.
Amén amén 🙏 gracias mi pastor
Amén Pastor, gracias.
Gloria a Dios!! gracias pastor , bendiciones
Cristo hecho maldición por mis pecados, llevando todo lo que debía pagar, lo que merecía. tremenda revelación. Es un mensaje para meditar una y otra vez, con atención y leer cada pasaje en las Escrituras. Dios lo bendiga y le dé sabiduría para guiar a la iglesia que pastorea y a quienes necesitamos de este ministerio que Dios le dio por su infinita gracia.