HEBREOS 6:1-2 (RVR) “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno”

Podríamos debatir sobre quién fue el escritor de Hebreos, algunos creen que fue el Apóstol Pablo, otros creen que fue Apolos, así como otros postulan a Bernabé, a Silas, a Felipe, y a otros posibles autores; personalmente creo que fue el Apóstol Pablo. Pero el tema principal de esta Serie no es en sí quién escribió Hebreos, sino el que veamos de forma más detallada estos dos versículos que nos muestran cuáles son las 6 doctrinas básicas de Cristo, que como cristianos debemos tener como fundamento para avanzar hacia la madurez:

1. ARREPENTIMIENTO DE OBRAS MUERTAS.
2. FE EN DIOS.
3. DOCTRINA DE BAUTISMOS.
4. IMPOSICIÓN DE MANOS.
5. RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS.
6. JUICIO ETERNO.

Pero antes de estudiar cada doctrina básica que encontramos en Hebreos 6:1-2, aclaremos un concepto sobre el versículo 1 que muchos cristianos han malinterpretado.

“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento… ”

Algunos creyentes han leído mal este versículo y han llegado a la conclusión errónea de que el Apóstol Pablo estaba haciendo un llamado a abandonar y a olvidar estas doctrinas básicas por el hecho de utilizar la palabra “dejando”, como si fuera un sinónimo de “desechar”, pero No es lo que el Apóstol quería expresar. Para comprenderlo, debemos regresar a los últimos versículos del capítulo 5, para posicionarnos en el contexto de lo que estaba hablando el Apóstol:

HEBREOS 5:11-14 (RVR) “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”

Es claro que el Apóstol Pablo tenía grandes expectativas sobre los Hebreos, esperaba encontrar maestros de la Palabra, que cuando él explicara verdades más profundas pudieran asimilar la enseñanza, pero, por el contrario, se había encontrado con unos cristianos inmaduros, niñatos espirituales, que no tenían claro los rudimentos, lo básico de la doctrina de Cristo, no porque apenas estuvieran recibiendo el Evangelio, sino por su falta de compromiso para asimilar lo fundamental de la doctrina, por lo tanto, los exhorta de forma más severa, sin la paciencia que tendría con un verdadero recién nacido de nuevo.

Ahora, muchos de ustedes nos han escuchado hablar desde el púlpito sobre la importancia de que todo lo que hagamos vaya alineado a la doctrina de Cristo y también nos han escuchado advertencias sobre aceptar doctrinas contrarias a las de Cristo, pero ¿qué es en sí una doctrina? Una doctrina es un conjunto de enseñanzas, instrucciones y principios que se tienen como verdades absolutas. Así que si hay una mala doctrina, hay una mala creencia, y por ende, un mal resultado.

¿Pueden ver con esta explicación la verdadera intención de las palabras del Apóstol Pablo en Hebreos 6:1? No es que él hubiese dicho que desechemos las doctrinas de Cristo y las dejemos atrás en el olvido, sino que construyamos sobre ellas, porque son el fundamento del cristiano, y una construcción sin fundamento sólido es una construcción que más temprano que tarde caerá.

Así que podríamos decir que Hebreos 6:1-2 es una continuación de la exhortación de Hebreos 5:11-14. Y que en otras palabras, el Apóstol les está diciendo: “Ya deberían saber cuáles son las doctrinas básicas. No hay otro fundamento más importante que este, si no lo ponen, no puedo avanzar a explicarles lo profundo que quiero enseñarles, no puede ser que otra vez tenga que regresar a poner el fundamento sobre ustedes, si así es, no podemos avanzar hasta que lo tengan”.

¿Ven la severidad del regaño del Apóstol Pablo? Sin embargo, considero que la gran mayoría de cristianos de este tiempo obtendrían si no es el mismo regaño, un mayor regaño del Apóstol, ya que lo que explicaré durante las semanas siguientes, gran parte de los cristianos no lo tienen claro.

En el Artículo de la próxima semana veremos la primera doctrina Básica: el arrepentimiento de obras muertas.