Iglesia Palabra Pura
  • 29 marzo, 2024
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¿POR QUÉ DIOS NO LE QUITÓ EL AGUIJÓN EN LA CARNE AL APÓSTOL PABLO?

La pregunta que titula este Artículo, surge de la pregunta anterior sobre si el aguijón en la carne que mencionó el Apóstol Pablo era una enfermedad, puesta por satanás, pero con permiso de Dios, con el propósito de mantenerlo humilde. Considero que a través de los dos Artículos anteriores logré darles la claridad suficiente para desmentir esa falsa conclusión a la que han llegado muchos cristianos, incluso Maestros y Comentaristas Bíblicos de alto reconocimiento.

Pero si aún consideran que el Apóstol Pablo estaba padeciendo una enfermedad de parte de Dios con un propósito santo, bien sea porque no leyeron los Artículos anteriores con la disposición correcta, o porque es la primera vez que leen uno de mis Artículos, necesitan leer los dos Artículos anteriores, prestando completa atención a la explicación, para que partamos desde una base sólida, y no sobre conclusiones que niegan la naturaleza de Dios Padre y la obra completa de Jesucristo. Pueden encontrarlos en los siguientes links:

PARTE A: ¿EL AGUIJÓN EN LA CARNE DE PABLO ERA UNA ENFERMEDAD QUE DIOS LE MANDÓ?

PARTE B: ¿EL AGUIJÓN EN LA CARNE DE PABLO ERA UNA ENFERMEDAD QUE DIOS LE MANDÓ?

Entonces, vimos en los dos Artículos anteriores, que el Apóstol Pablo había discernido que la persecución constante que estaba recibiendo en cada lugar al que iba a predicar el Evangelio de la Gracia, tenía como autor intelectual a satanás, quien había enviado un mensajero (ángel caído) para abofetearlo a través de la incitación a la persecución, buscando desanimarlo, frenarlo, hacerlo desistir de la comisión que Dios le había asignado como Apóstol (enviado) a los Gentiles (Hechos 9:15 / Hechos 13:2). Por supuesto, el Apóstol Pablo estaba sufriendo, tanto que describía que sentía este ataque como un aguijón en su carne, por lo que es comprensible que él le rogara a Dios que le quitara ese aguijón, y así lo hizo 3 veces:

2 CORINTIOS 12:8 (RVR) “respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí”

Lo primero que quiero que noten, en este versículo, es que el Apóstol no oraba a Dios que quitara algo, como una cosa o enfermedad, él no escribió: “He rogado al Señor, que quite ESTO de mí”, sino que deja claro que es una entidad que lo está atacando, por eso enfatiza en: “que LO quite de mí”; otras versiones más alineadas a la copia original Griega, en este versículo, también traducen así:

“Por lo cual tres veces he rogado al Señor, que SE quite de mí” (Reina Valera 1602).

“Por lo cual tres veces he rogado al Señor que LE quite de mí” (Biblia del Oso 1569).

“Por este motivo tres veces rogué al Señor que SE alejase de mí” (Biblia de Jerusalén).

Así que el Apóstol rogó a Dios 3 veces que el mensajero de satanás se alejara de él, pero Dios no le concedió lo que pidió las mismas 3 veces:

2 CORINTIOS 12:9 (RVR) “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”

¿A Dios le agradaba ver sufrir al Apóstol Pablo y por eso no le quitó al mensajero? Absolutamente no, sin embargo, el Apóstol debía entender que este mensajero estaba allí porque él estaba haciendo la voluntad de Dios, que era expandir el Evangelio de la Gracia a los Gentiles; es decir, si el Apóstol se hubiera quedado sólo Ministrando en la Iglesia de Antioquía   de Siria, junto a Bernabé, en la seguridad que estaba viviendo durante años, no hubiera sido perseguido y abofeteado como lo estaba siendo por esa entidad. Pero fue su efectividad en el Ministerio, llevando Luz a todos aquellos que estaban en tinieblas, lo que lo hizo objetivo militar de satanás. El Apóstol Pablo era un gran problema para las tinieblas, y por eso lo hacían sufrir física y emocionalmente.

Deben saber que Jesucristo, en Su obra perfecta en la cruz, nos libró del Juicio Venidero, además, de la enfermedad, de la pobreza y otras áreas que quedaron cubiertas al ofrecernos el don de la Justicia (2 Corintios 5:21), así que si somos atacados en algunas de estas áreas vamos a encontrar el Sí de Dios para librarnos, pero sólo una área del creyente no quedó cubierta en la obra redentora de Jesucristo: la persecución. ¿Por qué? Porque la persecución sólo ocurre cuando estamos cumpliendo el propósito que Dios nos ha asignado:

2 TIMOTEO 3:12 (BLP) “Por lo demás, todos los que aspiren a llevar una vida cristiana auténticamente piadosa, sufrirán persecución”

La verdad es que sí hay una forma en que podemos librarnos de la persecución: escondiéndonos y negándonos a hacer la voluntad de Dios, siguiendo la corriente de este presente siglo malo. Si notan, 2 Timoteo 3:12 no dice que todos los cristianos sufrirán persecución, sino todos los que aspiren llevar una vida cristiana auténticamente piadosa. Lo que nos debería llevar a considerar que todos los cristianos deberíamos alarmarnos si no encontramos persecución por parte de alguien.

Por ningún motivo podemos ver la persecución como un instrumento que Dios envía con el propósito de alentarnos a hacer Su voluntad, sino como un intento del enemigo para tratar de desalentarnos en nuestra carrera de fe. Al hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer, seremos objetivo militar del enemigo, sin embargo, no podemos olvidar, que el respaldo y consuelo de Dios es inmensamente superior a la persecución.

Si Dios hubiese concedido la petición que el Apóstol Pablo le hizo 3 veces sobre quitar al mensajero, sólo le hubiese dicho al Apóstol que dejará de avanzar en sus viajes misioneros y se fuera a la clandestinidad, así de simple frenaría la persecución, así de simple el mensajero de satanás regresaría con un buen reporte para el reino de las tinieblas de “lo logré, frené al Apóstol, frené la predicación del Evangelio”, pero para el Apóstol no era una opción parar en su comisión, tenía que perseverar en su Ministerio, si quería continuar siendo un instrumento de Dios, incluso el Apóstol mismo dijo: “… ay de mí si no predico el evangelio” (1 Corintios 9:16), el Apóstol había entregado su vida completamente a Dios aunque tuviese que ser martirizado por Su causa, y se consideraba a sí mismo un huperete de Dios:

1 CORINTIOS 4:1 (RVR) “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios”

La palabra, en la transliteración Griega, que se utilizó para traducir servidores es “Huperetes”, que era la forma en como se llamaban a los esclavos de más baja categoría, que se posicionaban en la parte más profunda de los barcos para remar, encadenados a sus remos, sin opción de tratar de librarse de la muerte ante un posible naufragio. Ante el peligro, los huperetes sabían que seguirían remando, tratando de mantener a flote el barco, aunque eso aumentara las posibilidades de morir en el intento.

Al parecer, fue a la tercera vez que el Apóstol oró respecto a quitar al mensajero de satanás, que por fin entendió que era momento de parar con esa petición, porque no sería quitado el tal, ya que sólo se estaba levantando a causa del éxito y la exaltación que estaba teniendo el Apóstol en su predicación.

Entonces, ¿Dios simplemente lo dejó sufrir sin ayudarlo? Absolutamente NO, aunque no lo libró de la persecución, le mostró cómo lo iba a ayudar para enfrentarla: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9). Lo que significaba, que entre más fuera perseguido por causa de Cristo, más Gracia le sería otorgada, más influencia, más exaltación, más promoción, más poder operaría en él. La Gracia haría por él, lo que él en sus fuerzas no podía hacer. Esta fue la razón por la que Dios no le quitó el aguijón en la carne al Apóstol Pablo.

Al conocer esta explicación, podrán darse cuenta que el Apóstol Pablo en 2 Corintios 12 no se estaba lamentando porque Dios no le había quitado la persecución, sino que estaba testificando de la ayuda que había recibido de Dios en medio de ella, por eso finalizó, respecto a este punto, diciendo: “… Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:9-10 [NTV]).

1 comment on “PREGUNTAS FRECUENTES (PARTE 8)

  1. Dios mío!!! Pastor, no había leído el artículo, impresionante.
    Gracias, gracias, muchas gracias.
    Dios le Bendice…

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