Iglesia Palabra Pura

Hemos visto cómo Elías huyó debido a las amenazas de Jezabel y cómo el Ángel del Señor lo sustentó en dos ocasiones. Sin embargo, a pesar de esa ayuda divina, el Profeta se refugió en una cueva. En 1 Reyes 19:11-12, Dios no solo le da una orden a Elías, sino también una poderosa demostración de su fuerza. Recordemos lo que dice la Escritura:

1 REYES 19:11-12 (RVR) “Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado”

En primer lugar, Dios le ordenó a Elías: “Sal fuera”. Sin embargo, el Profeta, lleno de miedo, no obedeció. Esto nos lleva a una pregunta: ¿Cuántas veces hemos dejado de obedecer la Palabra de Dios por la inseguridad que proviene de nuestras malas decisiones? Al igual que Elías, a menudo nos descalificamos a nosotros mismos para hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer, o incluso renunciamos a mitad del camino, como si Dios tuviera que aceptar nuestra postura.

Lo siguiente es aún más interesante. Todo el poder descrito en 1 Reyes 19:11-12 estaba allí para recordarle a Elías quién lo había guardado y respaldado frente a sus enemigos. Esto está directamente relacionado con las respuestas que Elías dio a Dios. En el versículo 9, Dios le pregunta: “¿Qué haces aquí, Elías?” y Elías responde: “Me buscan para quitarme la vida.”

Lo impresionante es que, después del viento, el terremoto y el fuego mencionados en los versículos 11 y 12, entre los versículos 13 y 14, se repite la misma escena. Dios le hace la misma pregunta en el versículo 13: “¿Qué haces aquí, Elías?” y Elías, una vez más, responde: “Me buscan para quitarme la vida.”

¿Se dan cuenta a qué me refiero? Muchas veces pensamos o sentimos que no es suficiente el cuidado que Dios tiene para con sus hijos, o no valoramos las maravillas que Él hace para demostrarnos su amor. Al igual que Elías, no reaccionamos de la manera que uno esperaría, incluso después de haber presenciado el poder y la majestad de Dios. Elías cubrió su rostro y repitió la misma respuesta, cuando en realidad debió reconocer lo que Dios había hecho por él. A veces, al igual que Elías, asumimos la responsabilidad de nuestras decisiones erróneas.

Con qué facilidad olvidamos de dónde nos ha sacado Dios, y los peligros de los que nos ha librado, muchos de los cuales ni siquiera percibimos. Por eso, nuestra actitud debe ser siempre la del Salmista cuando dijo:

SALMOS 103:2 (RVR) “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios”

Sería lo ideal, ¿verdad? Porque la Palabra en la que hemos creído nos describe lo maravilloso que es nuestro Dios. Sin embargo, el ser humano tiende a repetir los mismos errores cuando su mente se enfoca en los problemas. Es en esos momentos cuando el temor le atrapa, al pensar que su situación actual define su vida, cuando en realidad es el amor de Dios lo que desecha todo temor, como nos recuerda 1 Juan 4:18.

Elías cayó en el mismo error. Temerosos de lo que pudiera pasarle, se alejó de la presencia de Dios. Solo cuando escuchó el silbo apacible, se acercó de nuevo a Él. Después de todo el estruendo descrito en 1 Reyes 19:11-12, llegó la calma.

Jesucristo mismo nos dijo:

JUAN 16:33a (NTV) “Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas…”

Este es un hecho innegable que no cambiará solo porque decidan esconderse o ignorarlo. Sin embargo, las siguientes palabras de Jesús son una constante realidad:

JUAN 16:33b (NTV) “…pero anímense, porque yo he vencido al mundo”

No importa cuán difícil sea lo que el mundo nos arroje, debemos recordar que, aunque Dios se revele de manera sobrenatural o a través de una voz apacible, nuestra actitud debe estar llena de humildad, reconociendo nuestros errores, para que no tengamos que escondernos como lo hizo Elías.

JEREMÍAS 17:7 (NVI) “Bendito el hombre que confía en el SEÑOR”

2 comments on “LAS CONSECUENCIAS DE DEJAR QUE EL MIEDO TE CONTROLE- PARTE 2

  1. En este mismo momento estamos pasando un tiempo difícil,pero su voz apacible nos abraza estamos escondidos bajo su amparo,no tenemos miedo somos benditos por q confiamos y esperamos en El.
    Buenos días queridos y amados pastores bendiciones

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