Iglesia Palabra Pura

FILIPENSES 2:6-8 (RVR) “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”

Hoy, a nivel mundial, se hace memoria de la muerte de cruz de nuestro Señor Jesucristo. Aunque no tenemos certeza de la exactitud de la fecha de Su muerte, según los eruditos, es muy probable que sí haya sido en el mes de Abril. Sin embargo, no deja de ser un motivo para recordar que si Jesucristo no hubiera ido a la cruz por nosotros y soportado estar en el madero para derramar Su sangre, no hubiese existido esperanza alguna para nosotros. Solo tendríamos una aterradora expectativa de Juicio.

¿Cómo pasar por alto esta fecha tan importante, donde recordamos que Jesús fue llevado a la cruz como nuestro sustituto? A Él nadie le podía quitar la vida, Él no merecía la cruz; Él nunca pecó. Pero aceptó ser nuestro sustituto, porque no había otra forma de librarnos de la muerte eterna. La paga del pecado es la muerte, y Jesús en Su misericordia aceptó pagar el precio de nuestra maldad, para ofrecernos Su Justicia, absolutamente por Gracia.

Sus padecimientos en nuestro lugar fueron Profetizados por hombres inspirados por el Espíritu Santo. Algunas profecías indicaban que:

  • Lo llevarían como un Cordero al matadero y no abriría su boca para evitar la muerte (Isaías 53:7).
  • Lo lastimarían gravemente en su espalda, le arrancarían la barba y escupirían su cara para humillarlo (Isaías 50:6).
  • Le atravesarían sus manos y pies (Salmos 22:16).
  • Tendría sed, y al manifestarlo le ofrecerían vinagre (Salmo 69:21).
  • Le reprocharían por su estado, lo insultarían como algo que Él merecía, pues lo menospreciarían (Salmo 109:25).

Fue tanto Su Sufrimiento que la Palabra lo describió como un “Varón de dolores, experimentado en quebrantos” (Isaías 53:3).

MARCOS 15:25 (RVR)  “Era la hora tercera cuando le crucificaron”

Jesús salió al Gólgota caminando, pero estaba tan débil y con unas heridas tan graves, que apenas pudo sostenerse para llegar al momento de Su crucifixión. Los Evangelios describen la hora de Su crucifixión a la hora tercera, es decir, a las 9 a.m. Recuerden que Él tenía llagas en Su cuerpo, pues los latigazos que había recibido le habían arrancado la carne. Ahora, imagínense a Jesús rozando Su cuerpo contra un madero no pulido, áspero, que abría sus heridas y las contaminaba con tierra y astillas de madera, en cualquier movimiento que hacía. 

Lo sujetaron a la cruz de una forma cruel; le clavaron Sus manos y pies al madero. Esto afectó Sus nervios, provocándole agudos calambres y terrible ardor en los dos brazos. Sin embargo, Él se sostuvo hasta entregar Su Espíritu. 

MARCOS 15:33 (RVR) “Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena…”

Luego de llevar Jesús tres horas clavado en la cruz, se oscureció el cielo. ¡Cómo no hacerlo, si el que estaba sufriendo era el Creador! Jesús podía clamar por la ayuda del Padre y que Él enviara a Sus Ángeles; aun así, siguió aferrando Su maltratado cuerpo a la cruz. 

MARCOS 15:34-38 (RVR) “Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías. Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle. Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”

Seis horas habían pasado desde que fue clavado en la cruz, hasta que Jesús gritó en Su peor Sufrimiento. Y este no era físico; este era Espiritual; Dios Padre lo abandonó, el Padre le dio la espalda, porque lo juzgó en nuestro lugar. Su corazón físico estaba agonizando, pero peor aún, Su Espíritu estaba quebrantado por la separación con el Padre. Justo ahí entendió que era momento de entregar Su Espíritu porque completó Su sustitución. Él fue separado del Padre por un momento, suficiente tiempo para hacerlo gemir de angustia, todo esto con el propósito de que nosotros tengamos la seguridad de que nunca seremos abandonados por Él. 

Pasadas esas seis horas en la cruz, Jesús se dio cuenta de que aunque había llegado el momento de Su muerte en la cruz, no sería en vano, y por eso gritó:

JUAN 19:30 (RVR) “Consumado es”.

Al declarar “Consumado es”, estaba anunciando el pago de lo que hoy estamos disfrutando, Sus Beneficios. Por eso, recordemos este día que fue el gran amor de Dios por nosotros el que nos libró de ser castigados y nos puso en una posición de victoria. Esa victoria la recordaremos también este Domingo de Resurrección, porque la muerte no pudo retener a Jesús. Los espero el próximo Domingo, 20 de Abril, en el Servicio de Resurrección, para que recordemos la grandiosa victoria de nuestro Amado Jesús. ¡Hoy recordamos que Él murió, y el Domingo que Él Resucitó al tercer día!

3 comments on “MUERTE DE CRUZ

  1. Muchas gracias Pastor Rafael por sus enseñanzas, en especial esta descripción de la muerte de nuestro Señor que nos hace pensar si estamos siendo verdaderos seguidores de Jesús. Bendiciones

  2. Es una Bendición tan grande poder leer la reflexión de la palabra de Dios, es confortante saber que la puerta se abrió para nosotros con el sacrificio qué hizo Jesucristo por nosotros y gracias a usted pastor por instruirnos con el conocimiento de la palabra para que no se nos olvide el sacrificio de nuestro señor Jesucristo, Amén

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