GÉNESIS 2:24 (LBLA)

“Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”

El matrimonio es maravilloso. Podemos vivir en realidad “el cielo en la tierra” en nuestro hogar, si es que seguimos los principios de la Palabra. El plan de Dios siempre ha sido que las parejas que se aman vivan casadas para toda la vida, pero lamentablemente es alta la estadística de divorcios a nivel mundial. Europa cuenta con cifras increíbles, donde según estudios publicados hace unos años, Bélgica se situaba en la primera casilla con el 71% de divorcios registrados. A pesar de que este estudio reveló que los países con más divorcios están en el continente Europeo, según cifras de Superintendencia de Notariado y Registro de Colombia, en la última década, por cada 3 matrimonios se dio un divorcio en Colombia.

Cuando veo estas altas estadísticas de divorcio, y más entre parejas cristianas, medito sobre el por qué de esto. Y simplemente llego a la misma conclusión que me ha dado mi experiencia como Pastor en las consejerías matrimoniales: la raíz del problema no es en sí el divorcio; el divorcio tan sólo es un síntoma de un problema mayor que nunca se trató de forma adecuada y a tiempo. Las parejas no saben cómo enfrentar la vida en el matrimonio ni muchos menos saben cómo resolver conflictos y, por lo tanto, deciden que la mejor opción es dividir su hogar.

Infortunadamente en la sociedad se ha perdido el verdadero concepto de lo que significa el matrimonio, lo ven como una decisión igual a la de qué zapatos comprar o qué comida pedir en el restaurante; cuando en realidad, es la segunda decisión más importante de nuestras vidas, ya que obviamente, la primera es la de recibir a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.

Es por eso que estaré compartiendo una serie sobre Cómo Resolver Problemas en el Matrimonio. Y espero ir paso a paso hablando sobre las áreas en las que las parejas de casados, en su mayoría, no están trabajando a la luz de la Palabra, y cómo podemos empezar a ver cambios positivos, si simplemente hacemos los ajustes pertinentes, y así en realidad ver “el cielo en la tierra” anhelado en el hogar. Si tú no estás casado(a) o no estás pasando por este tipo de conflictos, espero que puedas sacarle el mayor provecho aprendiendo cómo puedes prevenir todo este tipo de problemas.