1 CORINTIOS 12:13 (RVR) “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”
Cuando una persona nace de nuevo, al recibir a Jesucristo como su único Señor y Salvador, la Palabra nos dice que el Espíritu Santo inmediatamente la sumerge dentro del Cuerpo de Cristo. Cabe aclarar que esa persona NO es el Cuerpo de Cristo, sino que es parte, es decir, es un miembro dentro del Cuerpo de Cristo.
1 CORINTIOS 12:14 (RVR) “… el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos”
Ni tampoco esa persona es uno de los Cuerpos de Cristo, como si hubiesen varios Cuerpos; sólo hay un Cuerpo de Cristo funcionando en la tierra, y todo el que nazca de nuevo debe reconocerse como miembro dentro de Él, donde Jesucristo mismo es la cabeza.
1 CORINTIOS 12:19-20 (NTV) “¡Qué extraño sería el cuerpo si tuviera solo una parte! Efectivamente, hay muchas partes, pero un solo cuerpo”
Esta es una doctrina básica que todo nacido de nuevo debe comprender desde sus primeros pasos en este caminar de fe, ya que un gran porcentaje empieza con un gran deseo de servir al Señor, agradecido por la Salvación que le ha dado, pero no se identifica como parte del Cuerpo, sino como un miembro independiente, y lo que sucede es que al pensar de esta manera errónea se afecta a sí mismo y no produce bienestar a los otros miembros que necesitan de él.
Esta situación precisamente estaba sucediendo con gran parte de los creyentes de la Iglesia de Corinto. Los dones se estaban manifestando en ellos, pero al contrario de reconocer que Dios les había dado algo para el bienestar común, ellos creían que podían funcionar a su parecer sin orden ni subordinación a otros miembros. Por ejemplo, el que tenía el don de Profecía se paraba a profetizar cuando quería, y se podía encontrar con otros dos más que tenían el mismo don y terminaban Profetizando juntos sin que se entendiera lo que decía ninguno de ellos, lo mismo sucedía con aquellos que tenían don de diversos géneros de lenguas, también actuaban de forma independiente. Ellos no entendían que eran miembros, y que debían operar en orden y subordinación, sino que ellos se sentían Cuerpos independientes cada uno del otro.
1 CORINTIOS 12:21-22 (RVR) “Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios”
Claramente el Apóstol Pablo enfatizó en que todos los miembros del Cuerpo de Cristo nos necesitamos, incluso cuando a nuestros ojos naturales nos parezca que unos miembros hagan mejor trabajo y beneficio que otro miembros.
Déjame narrarte esta reconocida fábula: se dice que en cierta ocasión, diversos miembros y órganos del cuerpo estaban muy molestos con el estómago, pues sentían que este no hacía sino aprovecharse del fruto del trabajo que ellos hacían. Por lo que tomaron la decisión de que las manos no llevarían más comida a la boca, ni los dientes masticarían ningún alimento, además la garganta dejaría de tragar, harían todo lo posible para que nunca más le llegara alimento al estómago, que consideraban un flojo.
Lo que no esperaban era que todo el cuerpo se debilitaría con esta acción, hasta el punto en que los miembros y órganos enojados se vieron en peligro de muerte. Seguramente nunca pensaron que ellos serían los que se llevarían la lección de que la clave de su bienestar estaba en la ayuda mutua, sin menospreciar la labor no tan llamativa de otros miembros y órganos.
El Apóstol Pablo no dijo que hay miembros débiles, sino que parecen, es decir, que a los ojos naturales parecen más débiles (Vs 22), pero que realmente son altamente necesarios. Un ejemplo común es cuando el Ministerio de Ayudas está funcionando: Muchas personas menosprecian la labor que hacen los Servidores de las Iglesias que sirven tras bambalinas, no son tan llamativos como aquellos que tienen mayor exposición dentro de un Servicio, pero sólo imagínense tratar de hacer un Servicio eliminando el valiosísimo Ministerio de Ayudas, sin que nadie se encargue de la logística, el parqueadero, los niños, la repartición de la Santa, etc.¡Sería todo un caos! Este ejemplo sólo por mencionar uno, pero hay otros valiosos miembros del Cuerpo de Cristo que no están siendo reconocidos, pero que producen gran bienestar.
Si has nacido de nuevo debes tener claro que es erróneo decir: “Yo le sirvo a Dios a mi manera, y no necesito ser parte de una Iglesia Local, no necesito de otros cristianos, yo soy del Señor solamente, no pertenezco a ninguna Iglesia”. Esta es una mentira de división del diablo, tú necesitas a otros miembros del Cuerpo de Cristo, y ellos te necesitan a ti.
Ahora, hay casos muy puntuales como los que tenemos en varios de nuestros Socios-Miembros, que realmente en los territorios donde residen no han encontrado una buena Iglesia en la cual ser parte, pero su actitud es totalmente diferente al ejemplo anterior; ellos sí desean ser parte de una Iglesia, ellos sí sienten la imperiosa necesidad de congregarse, y en cuanto les es posible nos visitan con el gran deseo de estar con sus hermanos de Iglesia Palabra Pura, se sujetan a nuestra autoridad como Pastores de Iglesia Palabra Pura, e incluso nos llaman sus Pastores, y nos ayudan a difundir nuestro material de enseñanza en sus territorios; por eso no sólo los vemos como Socios, sino además como Socios-Miembros, han sido una gran Bendición para nuestro Ministerio.
Pero volviendo al ejemplo de un nacido de nuevo con una actitud incorrecta, la Palabra dice que todos hemos recibido dones del Espíritu Santo para ayudarnos mutuamente (1 Corintios 12:7), pero precisamente el enemigo necesita dividirnos, porque juntos, unánimes, somos de gran impacto en este mundo. Es hora de dejar de actuar como miembro independiente y funcionar en tu llamado y función establecida por Dios, sin menospreciar al resto de miembros.
Muy clara la fábula. Es bueno saber que uno como miembro del Cuerpo de Cristo es útil y funcional. Así necesitamos sentirnos muchos, quizá, útiles, que pertenecemos al Cuerpo de Cristo, que cumplimos alguna función.
Muchas gracias Pastor Rafael por ayudarnos a crecer Como miembros del cuerpo de Cristo. Bendiciones