Hace varios años, las autoridades de Rosharon, Texas, alertaron sobre el potencial peligro en el que estaría la comunidad ante una inminente inundación, debido a las fuertes lluvias. La población se encontraba conmocionada ante la terrible noticia y preparada para evacuar, imaginándose que el peor daño sería provocado sobre sus casas; toda la población, a excepción de Randy Wagner y su esposa.

Mientras las familias de Rosharon empacaban sus cosas, Randy había llamado a una compañía de instalaciones agrícolas para que le instalaran una presa artificial alrededor de su propiedad. Randy dice que en el momento en el que escuchó la alerta, se sintió movido por Dios para hacer la compra de la presa, y no dudó en seguir ese sentir.

Cuando los vecinos de los Wagner vieron la aparatosa instalación de tubos rodeando su propiedad, lo encontraron ridículo y se lo dejaron saber por medio de sus burlas. Randy comentó: “Yo era como el hombre loco. Todo el mundo se reía de mí”, sin embargo, no abandonó el plan.

Así que cuando los militares ayudaban a la población a evacuar, Randy dejó que la presa que había comprado, y por la que se burlaban de él, funcionara, y mientras los demás veían cómo se inundaban sus casas, las aguas nunca pudieron penetrar la propiedad de los Wagner.  Aquí les muestro una de las fotos que tomaron de la casa no inundada de los Wagner:

Randy Wagner no escuchó una voz audible, él se sintió guiado por un sentir. Todos los hijos de Dios somos guiados por sentires y pareceres del Espíritu Santo, y es la lectura de la Palabra y la correcta división de ella la que nos permitirá reconocer si el sentir que tenemos es de Dios o es de otra fuente incorrecta, como nuestra carne o las tinieblas. Pero es necesario aprender a identificar esa guía interna, no audible, que nos motiva a hacer algo o dejar de hacerlo, sin llevarnos a la intranquilidad, ya que la paz es un buen síntoma ante un sentir.

ROMANOS 8:14 (RVR) “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”

Por el hecho de ser hijos de Dios, somos guiados por el Espíritu Santo. Podemos contar con su dirección en todo momento, pero también debemos tener en cuenta que el sentir interno del Espíritu Santo no será efectivo en nosotros a menos que lo sigamos. Quizás muchas veces puedas identificarte con que, frente a una situación has sentido hacer algo, y al no obedecer a ese sentir, has tenido un mal resultado, y es allí donde recuerdas “yo sentía que no debía hacer esto” o “yo sentí que debía hacerlo y no lo hice”; lo que sucede es que muchas veces queremos actuar de tal manera que no salgamos del patrón de lo que la mayoría de personas dicen que es normal, correcto o sabio, pero en la mayoría de los casos esos patrones chocan directamente con la Palabra de Dios.

1 CORINTIOS 2:14 (RVR) “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”

No nos debe sorprender si al hacer la voluntad de Dios, las personas que no comprenden de principios espirituales se burlen de nosotros, “jajaja el que Diezma, dando el dinero en la Iglesia”, “jajaja ungiéndose con aceite y ungiendo sus propiedades”, “jajaja orando para que Dios le diga qué hacer, como si fuera así de simple”, todas esas burlas basadas en su ignorancia. La Palabra dice que el hombre natural, es decir, aquel que no ha nacido de nuevo, no puede comprender los asuntos espirituales, por lo tanto, nunca nuestro termómetro de si estamos haciendo algo bien o mal debe ser la reacción de los otros, sino lo que la Palabra dice de nuestras acciones.

¿Por qué es importante aprender a seguir el sentir interno del Espíritu Santo? Porque en la Palabra no encontramos versículos como “y tú trabajarás en esta profesión”, “y tú comprarás casa en esta urbanización”, “tú firmarás un negocio con este socio”. No, la Palabra no nos va a decir eso tan específico, nos va a dar los principios espirituales que siempre funcionan y nos traen bendición; por lo que necesitamos seguir la guía interna del Espíritu Santo, para casos específicos donde tenemos que tomar decisiones como qué profesión escoger, qué casa comprar, con quién asociarnos, o incluso cómo salir de una situación peligrosa, como fue el caso de una miembro de nuestra Iglesia:

Ella se sintió movida a quitar una silla de su negocio que mantenía para que los clientes se sentaran. Al principió luchó con ese sentir, pues no podía comprender la razón para quitarla, pero finalmente lo hizo; fue cuestionada por su familia al hacerlo, pero tiempo después se dio cuenta de que gracias a que quitó esa silla, un hombre que la frecuentaba, y fue a buscarla para invitarla a salir,  al notar que no estaba la silla empezó a intranquilizarse hasta el punto de salir rápido de su negocio. Lo más sorprendente es que este mismo hombre apareció después en los periódicos sindicado de ser un violador. Probablemente él había planeado hacerle algo a nuestra miembro con la silla que ella se sintió movida a quitar, y fue precisamente esa acción de obediencia al sentir, la que frustró los perversos planes que tenía ese hombre contra ella.

La burla de los demás nunca debe ser un freno para hacer aquello que sentimos como guía de Dios. Aún nuestro Señor Jesús tuvo que lidiar con la burla y hacerla a un lado para continuar haciendo la voluntad del Padre:

MARCOS 15:15-18 (TLA) “Los soldados romanos llevaron a Jesús al patio del cuartel y llamaron al resto de la tropa. Luego le pusieron a Jesús un manto de color rojo oscuro, y le colocaron en la cabeza una corona hecha con ramas de espinos. Entonces comenzaron a burlarse de él, y gritaban: «¡Viva el rey de los judíos!»”

La Palabra nos permite conocer que esta burla no fue sólo un momento, sino que por mucho tiempo lo sometieron al escarnio, incluso algunas traducciones dicen: “hasta que se cansaron de burlarse de él” (TLA) – “Cuando al fin se cansaron de hacerle burla” (NTV). Pero estas burlas no lograron desenfocar a Jesús del plan del Padre, y su decisión de continuar lo llevó a Gritar Victoria en la Cruz.

Aunque los demás se burlen, tú sigue la Guía de Dios, y la identificarás, porque siempre se alineará a la Palabra de Dios.