Iglesia Palabra Pura
  • 8 septiembre, 2023
  • Rafael Lemes
  • 8

Desde la semana pasada, inicié una nueva Serie, con el propósito de explicar las 6 Doctrinas Básicas de Cristo, en el orden que las encontramos en Hebreos 6:1-2:

“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite” (RVR)

DOCTRINA #1 ARREPENTIMIENTO DE OBRAS MUERTAS.

La palabra arrepentimiento ha sido llamada la primera palabra del Evangelio, tanto en el Griego (Metanoia), como en el Hebreo (Shub), implica un cambio de dirección hacia el lugar correcto. Esa precisamente es la gran diferencia y efectividad que tiene el arrepentimiento frente al remordimiento, ya que el remordimiento tiene que ver sólo con un sentimiento de culpa, pero el arrepentimiento lleva a cabo una acción para no cometer el mismo error.

Con esta explicación no estoy diciendo que cuando una persona está arrepentida en ningún momento experimenta tristeza por la acción incorrecta; en realidad la Palabra nos habla de la efectividad que tiene la tristeza que produce Dios:

2 CORINTIOS 7:9-10 (NTV) “Ahora me alegro de haberla enviado, no porque los haya lastimado, sino porque el dolor hizo que se arrepintieran y cambiaran su conducta. Fue la clase de tristeza que Dios quiere que su pueblo tenga, de modo que no les hicimos daño de ninguna manera. Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, a la cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual”

Muchas veces les he dicho que la paz, alineada a la Palabra, es un indicador de que el Espíritu Santo nos está guiando y confirmando el camino correcto; la misma fórmula aplica para identificar que hay algo que no estamos haciendo bien, en tal caso, nos sentiremos contristados, con el fin de que nos arrepintamos de nuestras malas decisiones o acciones, y demos una vuelta de 180°. El Evangelista Charles Finney declaró sobre el arrepentimiento, que este: “implica un abandono intelectual y de corazón de todo y cada aspecto de controversia con Dios… un abandono completo y de corazón de toda excusa y disculpa del pecado”. 

Así que vemos que la primera doctrina nos habla del arrepentimiento de obras muertas. Pero ¿qué son las obras muertas en sí? Si buscamos una definición corta, diríamos que es, como su nombre lo indica, toda acción que no produce beneficio alguno, y por el contrario puede hacer mucho daño. Pero ampliando más la explicación, podríamos decir que podemos ver las obras muertas desde dos puntos de vista:

  1. PECADO:

ROMANOS 6:15-16 (NTV) “Ahora bien, ¿eso significa que podemos seguir pecando porque la gracia de Dios nos ha liberado de la ley? ¡Claro que no! ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta”

Todos estábamos muertos espiritualmente, por lo tanto, nuestras obras eran de pecado constante; pero una vez nacimos de nuevo en Cristo, nuestra nueva naturaleza nos impulsa a caminar en buenas obras. Una cosa es pecar por falta de renovación de la mente en la Palabra, sin ninguna intención de hacerlo, y otra es pecar con total conocimiento y perseverar en el pecado. Si alguien que se haga llamar cristiano, tiene una actitud como el segundo ejemplo, debería evaluarse si realmente ha nacido de nuevo. La Gracia no puede ser malinterpretada como una licencia para pecar.

Cuando un verdadero creyente peca, su espíritu es perfecto, por lo tanto, no pierde su salvación, pero eso no quiere decir que el pecado no produzca resultados negativos en el creyente. El pecado le abre la puerta al enemigo para traer todo tipo de daños. Es por eso tan importante que cuando un creyente cometa un pecado, se arrepienta inmediatamente y confiese que ha pecado, para así cerrarle al enemigo toda puerta y cortar las consecuencias peores que podrían llegarle si no lo hiciera. Esto no quiere decir que debemos jugar con el cristianismo bajo el famoso dicho: “peco, rezo y empato”. Dios no puede ser burlado, si somos verdaderamente creyentes en Jesucristo, debemos tener claro que nuestro viejo “yo” murió, y resucitamos a una nueva vida con Cristo. Así que como Jesucristo dijo del enemigo: “Él nada tiene en mí” (Juan 14:30), nosotros debemos cerrarle toda puerta al enemigo que pueda abrirse a través del pecado.

2.  RITUALES RELIGIOSOS:

David con una muy buena intención censó al Pueblo de Israel y Moisés con una muy buena intención defendió a un Judío matando a un Egipcio. Pero las buenas intenciones sin la dirección de Dios son el camino al fracaso, y esto lo comprobó David y Moisés con el resultado negativo que recibieron, y que afectaron a otros sus buenas intenciones mal ejecutadas.

Como creyentes, debemos tener cuidado de no caer con nuestras buenas intenciones en obras muertas religiosas. La religiosidad es como un cáncer que si no se identifica empieza a extenderse afectando todo lo que toca. La ‘cirugía’ que extirpa completamente el ‘cáncer religioso’ es saber dividir la Palabra de Dios. Una persona que divide correctamente las Escrituras, encontrará el balance perfecto entre sus intenciones y sus acciones.

El pensamiento religioso no basa su vida en la obra completa de Jesucristo, sino que trata de buscar la manera de sumarle a la obra de Jesucristo a través de sus acciones. Este pensamiento mantiene activo en una conciencia de pecado, buscando qué hacer para agradar a Dios y calmar de alguna manera Su ira.

Un religioso constantemente se está revisando, para buscar una falla que pueda afectar su salvación y relación con Dios. Por ejemplo:

La Palabra nos habla de que Gracias a Jesucristo podemos entrar con libertad al Trono de la Gracia (Hebreos 10:19-22). Podemos hablar directamente con Dios, con completa confianza. Pero las buenas intenciones religiosas llevan a que muchas personas empiecen a ponerse cadenas que les quiten esa confianza, con pensamientos como: “Cada vez que ore debo arrodillarme; si no me arrodillo, no estaré siendo reverente”, “Debo orar siempre 1 hora; cuando no lo haga, Dios no me escuchará”, “hoy no pude ir a la Iglesia, ¿cómo podré atreverme a orar? Mejor entraré en ayuno para que Dios vea que realmente sí lo amo”.

No estoy diciendo que esté mal orar o ayunar; estoy diciendo que las buenas intenciones que no están alineadas a la Palabra y pasadas por el filtro de la obra completa de Jesucristo, no producirán fruto de bien alguno.

Así que, dentro de nuestro fundamento cristiano, es importante el tener en cuenta que debemos arrepentirnos de todo aquello que sea una obra muerta, bien sea de pecado o de obra religiosa. A eso se refiere la primera doctrina básica de Cristo.  

8 comments on “LAS 6 DOCTRINAS BÁSICAS DE CRISTO – PARTE 2

  1. Gracias pastor Rafael. Muy clara el análisis de esta primera doctrina que sigue teniendo una importancia en el proceso de la madurez cristiana. Queda claro, entonces, que en los inicios de la vida cristiana aprendemos el fundamento del arrepentimiento (metanoia) del pecado y las prácticas religiosas vacías, para luego proseguir hacia la madurez.

  2. gracias pastor por estas capsulas de conocimiento tan necesarias para fortalecer nuestra identidad como hijos del altisimo.a El se honra gloria y poder por siempre.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

SELECIONA TU MONEDA