Iglesia Palabra Pura

En Artículos pasados, he tratado los principios Bíblicos que se necesitan aplicar para estar listos para entrar al matrimonio; sin embargo, hoy voy a tocar el tema del matrimonio desde otro punto, ya no desde el antes, sino desde DENTRO del matrimonio.

Esto puede ser una sorpresa para los solteros que pensaban que sólo preparándose para estar listos para entrar al matrimonio terminaban con su labor; la preparación es importantísima para establecer bases sólidas y no entrar al matrimonio como si fuera un centro de experimentos que puede ser descartado; sin embargo, deben saber que dentro del matrimonio continúa el trabajo.

Los casados me entenderán, cuando entraron al matrimonio se dieron cuenta de que el amor no crece automáticamente, todos los casados descubren que sigue el trabajo, como lo dijo el escritor cristiano David Egner: “… tienen que trabajar en el amor mutuo”.

El trabajo que se hace dentro del matrimonio tiene el fin de levantar murallas de protección. El enemigo odia el matrimonio, y buscará de cualquier forma destruirlo. Así que empecemos viendo cuáles son las características de las murallas que protegen el matrimonio:

1.RELACIÓN CON DIOS EN PAREJA:

SALMOS 127:1 (RVR) “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”

Si Dios no es el centro del matrimonio, estarán trabajando en vano. Los matrimonios que leen la Palabra juntos, se sientan a hablar de la Palabra y oran juntos, se evitan muchísimas consejerías. La Palabra nos dice que ya no son dos, sino que son una sola carne (Mateo 19:6), por lo tanto, deben esforzarse por mantener una rutina de lectura de la Palabra y oración juntos.

En muchos hogares, el esposo tiene su propia rutina aparte, y así mismo la esposa, y esto lo aplaudo, es importante que los dos tengan el tiempo a solas con Dios, pero eso no es excusa para no tener un tiempo Devocional en pareja, donde juntos sean edificados como pareja. El tiempo en pareja con Dios garantiza que:

-Los dos crezcan en la misma Doctrina de la Palabra.

-Se animen mutuamente cuando sientan que quieren menguar espiritualmente.

-Creen un espacio donde puedan presentar sus peticiones delante de Dios en mutuo acuerdo.

Si no lo están haciendo, necesitan hacer la corrección pronto. Deben separar un horario durante el día, lo ideal es un horario donde no sientan la presión del tiempo; puede ser en la noche, pero esa decisión la deben tomar juntos. Ese espacio debe ser para compartir la Palabra juntos, orar de acuerdo a lo que han leído y presentar peticiones especiales delante de Dios.

Les recomiendo que ese tiempo Devocional no lo usen para:

-Tratar temas ajenos a la relación matrimonial. Todo tiene su tiempo (Eclesiastés 3:1) y lugar.

-Discusiones. Si hay diferencias o conflictos por resolver, pídanse perdón antes de hacer el Devocional, y sólo hasta que terminen el Devocional, hablen para llegar a acuerdos y compromisos respecto al conflicto que habían tenido. Esto lo recomiendo, porque muchas parejas que han discutido no quieren volver a tener su tiempo Devocional hasta que uno de los dos ceda, y pueden estar así mucho tiempo. Pero notarán que si toman la decisión de pedirse perdón antes, y separar el tiempo Devocional para luego hablar, resolverán de forma más fácil cualquier diferencia que hayan tenido.

Dejen que Dios sea el centro de su relación, pero no sólo lo digan, aplíquenlo dándole prioridad cada día de sus vidas. Él es el perfecto Arquitecto, vayan a Él juntos, y vean sus maravillosos planes e instrucciones a seguir, para que todo el trabajo valga la pena.

2. ROLES DEFINIDOS:

EFESIOS 5:22-24, 25 (RVC) “Ustedes, las casadas, honren a sus propios esposos, como honran al Señor; porque el esposo es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador… Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”

Dios ha establecido la sujeción para proteger el matrimonio. Un hogar de dos cabezas es un monstruo, no es sólo necesario, es vital una autoridad en el hogar. Sin embargo, estamos en una sociedad donde el hombre es señalado de opresor, y las mujeres quieren tomar el lugar que al hombre le corresponde en el hogar. Pero esto es completamente antiBíblico.

Sé que muchas de las mujeres que defienden la ideología feminista, lo hacen porque señalan malos ejemplos de liderazgo en el hogar en el pasado, donde algunos hombres sólo veían a la mujer como un objeto y medio para tener hijos, pero la verdad es que Dios condena ese tipo de comportamiento opresivo y denigrante. Estas acciones no son las que Dios busca cuando ordena el sometimiento de la mujer al hombre.

Por eso expreso que sólo usan algunos malos ejemplos, porque en realidad no todos los hombres han sido malos líderes. En la Palabra encontramos matrimonios maravillosos, un ejemplo sería el de José y María. José, un hombre protector, sensible con los sentimientos de su esposa, reservado, pero sensible a la voz de Dios, quien tomó decisiones que protegieron a su esposa María y a Jesús. Y María, una mujer que respetó las decisiones de José, confiando en que él las tomaba por el bienestar del hogar.

El orden de los roles va de la siguiente forma: la mujer se pone bajo la autoridad del hombre, lo respeta, lo honra, lo sigue como líder, y el hombre lidera a través del trato amoroso, seguro y responsable.

En algunos hogares el hombre tiene un comportamiento débil, quizás porque creció en un ambiente disfuncional, donde la mujer tomaba todas las decisiones del hogar. Sin embargo, esto no debe ser una excusa para que su esposa trate de ponerse en la cabeza del hogar, y tomar el rol que no le corresponde. Si la esposa desea ayudar, debe ser motivación de honra para su esposo, de tal manera que él pueda empoderarse del lugar que Dios le ha dado, así la mujer disfrutará de un excelente liderazgo. Nunca traten de tomar el lugar del rol del otro; ayuden mejor al otro a tomar su lugar.

Ahora, hombres, recuerden que ustedes son cabeza del hogar, pero ustedes le responden a la cabeza que está por encima de ustedes, que es Cristo. El Señor también ama a la maravillosa esposa que tienen en casa, por lo que no deben abusar de su posición para disminuirla en valor y dignidad. Si llegan a pensar que la esposa puede ser tratada de cualquier manera, deben saber que sus oraciones no tendrán libre acceso delante de Dios. Así de grave es esto.

1 PEDRO 3:7 (RVR) “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”

En el Próximo artículo veremos más características de las murallas que protegen el matrimonio.

1 comment on “MURALLAS QUE PROTEGEN EL MATRIMONIO – PARTE 1

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