SEGÚN 1 CORINTIOS 6:9-11, ¿LA SALVACIÓN SE PUEDE PERDER? (PARTE C)

Llevamos 2 semanas estableciendo bases sólidas, de doctrina básica, que nos permitirán llegar juntos a la respuesta de esta pregunta. Recordemos qué puntos hemos establecido con un pequeño resumen.

-Qué significa Redención Eterna: perdón de pecados pasados, presentes y futuros.

-Quiénes heredan el Reino de Dios: todos los lavados por la Sangre de Jesucristo.

-A quiénes Dios llama pecadores: a todos los seres humanos que no han reconocido a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida.

-Qué relación tiene un cristiano con el pecado una vez nace de nuevo: ya que no es un pecador, sino justicia de Dios en Cristo Jesús, a medida que va renovando su mente a la verdad de la Palabra, sus acciones van manifestando, progresivamente, la santidad que ya está completa en su espíritu regenerado.

-Qué pasa con una persona que dice haber hecho la oración de fe, pero persiste deliberadamente en pecar: puede tratarse de dos casos; primero, que se trata de una persona que nunca ha nacido de nuevo; y segundo, que sí es una persona que nació de nuevo, pero requiere la disciplina de la Iglesia para entrar en razón.

Ahora, entonces, veamos por qué el Apóstol Pablo expresó esto:

1 CORINTOS 6:9-11 (RVR) “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Recuerden, un texto sacado de contexto, se convierte en un pretexto. 1 Corintios 6:9-11 no se puede interpretar sin el contexto general de la Carta. Así que veamos otros versículos que nos aterrizarán en el contexto, para no caer en malas interpretaciones.

1 CORINTIOS 1:2 (RVR) “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”

El Apóstol Pablo nos deja claro que esta carta no fue dirigida a todos los ciudadanos de Corinto, sino a los creyentes que se congregaban en Corinto, donde él les presentó el Evangelio de la Gracia. Esto es muy importante, porque no podemos dejar a un lado que el Apóstol no está diciendo que ellos son pecadores que necesitan recibir a Jesucristo, como Señor y Salvador, sino que ellos ya son los santificados en Cristo Jesús, es decir, que la Carta está dirigida completamente a verdaderos cristianos, salvos por la Gracia.

1 CORINTIOS 1:4-9 (RVR) “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor”

Y no sólo habían nacido de nuevo, además, estaban siendo usados por Dios en cuanto a los dones Espirituales, no obstante, llegó a los oídos del Apóstol Pablo un preocupante informe (1 Corintios 1:11) que revelaba que, siendo justos delante de Dios, se estaban descalificando en cuanto a su carácter, mostrándose no como cristianos espirituales, sino como carnales, y un cristiano siendo usado en los dones del Espíritu Santo, sin un carácter firme en la Palabra, es como un mono a cargo de una metralleta.

Por lo que el Apóstol Pablo empieza a ejercer legalmente su autoridad, para traer corrección en esta Iglesia en varios asuntos muy graves, donde, incluso, estaban permitiendo que uno de sus hermanos participara de los Servicios Congregacionales persistiendo en un pecado de inmoralidad sexual.

El Apóstol Pablo, con toda la razón, estaba indignado de que los creyentes de Corinto dieran tan mal testimonio. ¿Cómo era posible que estos creyentes se comportaran incluso peor que algunos gentiles (no nacidos de nuevo)? [1 Corintios 5:1]. Estos eran cristianos que eran usados por Dios, pero eran niños espirituales (1 Corintios 3:1), aún movidos por sus sentidos sensoriales y sus deseos carnales. Claramente les faltaba muchísima renovación de su mente a través de la verdad de la Palabra.

Es por eso que el Apóstol les dice: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?”, y luego les da una lista de las prácticas comunes de los injustos (los no nacidos de nuevo). Lo que pretendía el Apóstol es que se avergonzaran por permitir que sus comportamientos fueran iguales a los de los injustos, como si en ellos no tuviese que verse una clara diferencia, sabiendo que ya había ocurrido un maravilloso nuevo nacimiento que los había hecho herederos del Reino de Dios.

No es que el Apóstol los llamó fornicarios, idólatras, afeminados… e injustos, sino que los confrontó con su mal testimonio, mostrando que se espera un fruto de arrepentimiento con acciones de cambio. Es por eso que el Apóstol no dice, ustedes son, sino ustedes eran:

1 CORINTIOS 6:11 (RVC) “Y eso eran algunos de ustedes, pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”

¿Notan que no les dice “SON”, sino “ERAN”? Y además, les recuerda el porqué ya no son injustos. ¿Por qué? Porque ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Así que, en conclusión, este pasaje de ninguna manera puede ser usado como un sustento Bíblico para asegurar que la salvación sí se puede perder; este pasaje está es mostrando una fuerte exhortación del Apóstol sobre el mal testimonio que estaban dando los cristianos de Corinto.

No existe tal concepto de se salvó, perdió la salvación y la recuperó. En una ocasión, alguien le preguntó a un Maestro Bíblico reconocido si un creyente puede perder su salvación, y él respondió (parafraseo): “Si existiera alguna manera de perder mi salvación, entonces, yo ya la perdí”. ¿Por qué el Maestro dijo eso? Porque el estándar para acercarnos a Dios es perfecto, y este sólo lo alcanzó Cristo, sin Él no seríamos aceptados. Sin esto significar que un creyente no debe vivir una vida de santidad, PERO sostener la salvación no está en nuestras manos, porque téngalo por seguro, que si así fuera, la perderíamos en un milisegundo.