
La semana pasada, inicié una Serie en la que quiero que estudiemos acerca de las Dispensaciones o Administraciones que encontramos en la Palabra.
En el Artículo pasado, les indiqué que la palabra Dispensación viene del Griego “Oikonomia”, cuyo significado es sistema de orden. Ahora, si dividimos esta palabra en Griego nos encontraremos dos palabras claves que al unirse nos dan otro significado muy interesante, ya que “Oikos” significa casa y “Nomos” está relacionado con la Ley. Así que, “Oikonomia”, es decir, Dispensación, también puede definirse como la “Ley de la Casa”.
Por lo tanto, es Dios, y no el hombre, el que establece cómo se manejarán los asuntos de la tierra y por cuánto tiempo. Él es el dueño y establece la ley de lo que le pertenece.
SALMOS 24:1 (RVR) “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan”
Y Dios, como dueño de todo, ha puesto al ser humano como administrador de lo que le pertenece, para que siga Su sistema y ley y le sea agradable. Pero este sistema no ha sido el mismo, en realidad ahora estamos en la Sexta Dispensación, que se conoce como la Dispensación de la Gracia o de la Iglesia, y aún falta por entrar otra Dispensación más. Por lo que vamos a empezar a ver datos muy interesantes acerca de las dispensaciones que han pasado, que tuvieron su inicio y su final:
- LA DISPENSACIÓN DE LA INOCENCIA:
Esta Dispensación, aunque es difícil de calcular, se reconoce por los eruditos como la más corta de todas las Dispensaciones. Se le llama la Dispensación de la Inocencia, por la condición en la que se encontraban los administradores de la misma: como inocentes del pecado. Adán y Eva fueron los administradores de esa Dispensación, veamos:
GÉNESIS 1:28 (RVR) “Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo»”
Dios, después de crear un mundo perfecto, creó a Adán y Eva, dos seres humanos perfectos e inocentes (sin pecado alguno), y los puso a cargo de todo el planeta tierra para que lo cuidaran y se multiplicaran por toda su extensión. Ellos no tenían que tratar con ningún problema en sí, el mundo era perfecto, no tenían que hacer ningún esfuerzo para que una semilla germinara y los árboles dieran fruto, tampoco tenían que estar alerta de que los animales los atacaran o luchar con algún tipo de plaga o enfermedad; sólo tenían que mantener el orden y administrar lo que ya Dios les había dejado. Esta maravilla de cargo tenían ellos, aparte de contar con la visitación continua de Dios, que les hablaba cara a cara.
Adán y Eva vivían bajo la plenitud, no les faltaba absolutamente nada, sólo debían gobernar y sojuzgar la tierra que Dios les había dejado a cargo. ¿Por qué se terminaría una Dispensación tan maravillosa? Porque los inocentes, dejaron de serlo, cuando rompieron, desobedeciendo, el único mandamiento que Dios, el dueño de todo, les había dejado:
GÉNESIS 2:16 (NTV) “pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás»”
Actualmente se han descubierto alrededor de 73.300 especies de árboles, y estoy sólo dando una cifra de los descubiertos, ya que se cree que pueden haber 9.200 más por documentar. Les doy estos datos para que dimensionemos lo que ocurrió con la caída de Adán y Eva. Dios les dio miles de árboles, ya que de esas cifras no sabemos cuáles son frutales o no, pero imaginemos que por poner un número menor, hayan sido 10.000 árboles frutales para su provecho, y de esos 10.000 sólo de uno Dios les dijo: “No se lo coman, no les permito comerlo porque tendrán malas consecuencias si lo hacen”. Aun así, el engaño del diablo logró la caída de los dos administradores inocentes, y Dios, como el que establece la Ley de la Casa, tuvo que ejecutar Su juicio dando un final a esta primera Dispensación:
GÉNESIS 3:19 (RVR) “Con el sudor de tu frente obtendrás alimento para comer hasta que vuelvas a la tierra de la que fuiste formado. Pues fuiste hecho del polvo, y al polvo volverás»”
Dios había advertido que algo terrible sucedería si se le desobedecía respecto a comer del fruto del árbol prohibido:
GÉNESIS 2:17 (LBLA) “pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás”
Muchas personas cuando leen este versículo, se confunden, porque no entienden cómo si Dios dijo que morirían al comer del fruto del árbol que Él prohibió, seguían vivos Adán y Eva en el Edén cuando lo hicieron. Pero es porque esta frase “ciertamente morirás” es limitada respecto a lo que realmente dijo Dios. La transliteración Hebrea en realidad nos dice que la advertencia de Dios fue: “Muriendo Morirás”. ¿Por qué? Porque estaba hablando de 2 tipos de muerte, la espiritual y la física. Para Dios la muerte es sinónimo de separación. Y esto fue lo que ocurrió inmediatamente cayeron Adán y Eva, ellos se separaron espiritualmente de Dios, por lo tanto, estaban muertos espiritualmente, y ese estado de muerte espiritual los llevó, cientos de años después, a la muerte física (la separación del espíritu y alma del cuerpo), que ocurrió fuera del, Edén.
Podemos entonces decir que esta Dispensación de la Inocencia inició en la Creación del hombre, que encontramos en el Capítulo 1 de Génesis, y culminó en la caída de Adán, que encontramos en el Capítulo 3 de Génesis. Debido a esta situación, Dios, el dueño de la casa estableció otra Dispensación, otra ley o administración para su casa, otra forma en cómo se relacionó con el hombre: La Dispensación de la Conciencia. Dispensación que veremos en el próximo Artículo.
Cómo todo lo que sale de IPP espectacular, wow, gloria a Dios por nuestros pastores y líderes, muchas gracias pastores que buena enseñanza
Bendita palabra de Dios gracias Pastor
Excelente explicación Pastor Rafael. Bendiciones