IVONNE NO VEÍA LA SALIDA DEL TÚNEL DE LA DEUDA

¿Qué ha hecho Dios en mi vida?

Me ha dado todo, desde lo que soy y lo que tengo hasta lo que he soñado, me rescató del más profundo de los huecos, del túnel donde no veía su final, y hoy gracias a Su infinito amor, ese que sobrepasa todo entendimiento, soy libre, vivo en paz y gozo, y sigo creyendo en la sanidad para mí y mis hijos.

Mi nombre es Eliana Ivonne Tamayo Álvarez, madre de 3 hermosos hijos. De profesión soy fonoaudióloga y docente, soy la única mujer entre 2 hermanos, en una familia nuclear cristiana, donde mi padre falleció hace 18 años y aún vive mi madre.

¿Qué cambió en mi vida?

El día que comprendí que la obra de Jesucristo en la cruz fue perfecta y completa,  y que gracias a Su sacrificio yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús, ahí mi vida empezó a cambiar; saber que soy su hija amada, la niña de Sus ojos, que nada me puede apartar de Su amor y que no tengo nada que hacer para alcanzarle, trajo descanso a mi vida.

Al empezar a escuchar los Audios, algo en mí hizo que ese velo desapareciera y pudiese ver lo que antes no lograba ver. Recuerdo que en una ocasión estaba en mi carro con mi hermano y mi cuñada, y llorando les preguntaba: “¿Qué más hago? Pues yo sé que soy una mujer que toda su vida ha buscado vivir haciendo lo correcto; asisto a la Iglesia, diezmo, oro, busco de Dios, y todo me sale mal. Cada vez estoy más sola, con 3 hijos, trabajando muy duro y pagando deudas. Parece que nada es suficiente”. Fue en ese momento que tuve un sentir interno: “Ese es tu problema, ya has escuchado, pero quieres hacerlo todo, y Dios no necesita de tu ayuda. Quédate quieta y aprende a confiar en Dios”.

El cambio no fue inmediato como si una vara mágica me tocara y ya todo era diferente. Pero esa misma semana estuvieron aquellas palabras que sentí en mi interior dándome vueltas en la cabeza,  además, justamente asistiendo a los Servicios de Iglesia Palabra Pura, las enseñanzas apuntaban a darme la respuesta de qué significaba eso de no hacer nada y dejar que Jesucristo me enseñara, para poder dimensionar el precio que Él pagó por mí y mi responsabilidad de creer en Su obra completa; creer en Su palabra, buscarla diariamente, para que luego pudiera encontrar esas salidas que yo necesitaba y no encontraba.

El proceso no fue sencillo, tampoco inmediato. Fueron años de cometer errores. De hecho, sigo aprendiendo y cambiando fortalezas mentales que en el diario vivir Dios me va mostrando. Ya lo había hecho todo en mis fuerzas, sin resultados evidentes, por eso decidí estar quieta y dejar que Dios llevara mi carga.

Una vez tomé esa decisión, el tiempo que dedicaba a la T.V. y a las Redes Sociales las utilicé en buscar Su Palabra, a eso me guiaban los Audios, a verificar las Enseñanzas en la Biblia (y en las diferentes versiones; hice un horario y empecé a organizar mi tiempo para escucharlos por Series, como viajo constantemente a otro municipio, los descargaba, y escuchaba y repetía hasta que se aclarara todo en mí.

También participé en el Seminario de Finanzas, fue difícil, porque mi tiempo era limitado, pero dije: “Voy a parar todo y no voy a faltar”. Y hoy con el corazón lo digo: “¡Es de lo mejor que he podido hacer!”. Ese tiempo del Pastor lo valoro muchísimo (realmente no comprendo cómo otras personas se quedan en el camino), ya que aunque tenía conocimientos de administración, verlos en la Palabra me permitió comprender lo engañada que estaba, y esa revelación de la verdad trajo otro gran cambio en mi vida.

Terminé el Seminario de finanzas, también escuche la serie “Mapa Financiero”, hice mis cuentas, y me enteré que nada era mío, y que por el contrario le pertenecía al banco. En el material de apoyo del Seminario empecé con mi presupuesto y los ajustes; no fue fácil porque tenía una cultura de solucionarlo todo con la tarjeta de crédito, gastos muy altos, una deuda de 61 millones de pesos (Colombianos), sumado a 3 hijos a cargo. Dependía de un contrato con el estado y de la voluntad del político que me “apadrinaba” y cobraba su cuota por darme trabajo esos 7 u 8 meses del año.

¿Qué hizo la diferencia?

Entender la profundidad del diezmo. Cuando llevas años diezmando sin entender lo que haces, tu confianza en Dios no desaparece, pero sí destruye tu autoestima; pues yo me preguntaba qué era lo que hacía o tenía mal que no podía fluir en el área financiera. Comprender el principio de la obediencia y de la siembra y la cosecha es necesario para que todo empiece a entrar en un orden. Podemos tener el corazón muy dispuesto, pero la enseñanza es necesaria, hacer cambios es muy necesario y decidir ajustar nuestra economía sin depender de un banco, préstamo, empleo o un político, y empezar a creer que Dios abre las puertas, porque Él es el dueño de todo, y que solo debemos creer y depende de Él, eso hace la gran diferencia.

Fue necesario romper las tarjetas de crédito, bajar el presupuesto en gastos a lo mínimo, cambiar rutinas, como llevar la comida al trabajo y empacar a los niños loncheras, dejar de comprar en la calle las frutas y cafecitos, y llevar lo que podía en el bolso. Gastamos en lo más económico posible en regalos de navidad y cumpleaños, no volvimos a salir el fin de semana, y dejamos de comprar ropa. Dejé de pagar renta en un apartamento cerca y muy cómodo, y me fui a vivir a la finca en una casa pequeña, los niños en colegio oficial y corté los planes de celular y otros servicios. Entrené a los niños en tareas del hogar y dejé de pagar la persona que me ayudaba con el aseo y cuidado de ellos, y me apoyé en mi madre. Además, obtuve un trabajo extra haciendo terapias particulares a domicilio. Y poco a poco fui distribuyendo el dinero. En casa todos hicieron parte del proceso porque nos afectó a todos. Eso sí, siempre aparté el diezmo, y obvio dejé de ofrendar porque estaba endeudada.

¡Empecé a ver resultados!

Dios abrió puertas en otro empleo sin tener que pagar por ese puesto político, solo mi hoja de vida bastó para obtener ese trabajo. Continué haciendo terapias a domicilio y en el periodo de vacaciones reemplazos a mis colegas. En todo tiempo siempre di gracias a Dios por Su bondad. Pasé este tiempo en tranquilidad. Cada vez que llevaba el dinero al banco renunciaba a esa deuda y decía: “Yo soy libre de deuda porque Jesucristo ya pagó por mí”. Poco a poco fui comprendiendo que Dios respaldaba mis oraciones cuando van alineadas a Su palabra y respaldadas por acciones. 

Perseveré en los cambios que Dios me llamaba a hacer a través de la enseñanza recibida en Iglesia Palabra Pura. Sin darme cuenta ya habían pasado 3 años de aplicar los principios de las Escrituras con el conocimiento del por qué los aplicaba, y mi deuda estaba ahora en 15 millones de pesos (Colombianos), no me había dado cuenta que en tan corto tiempo había pagado 46 millones de pesos (Colombianos), sin dejar de vivir bien y en paz. 

Finalmente mi esposo (que ahora está en la Presencia de Dios) me entregó sus ahorros, y sumados a los míos, llevé todo lo que tenía ahorrado al banco. Fue el 30 de Noviembre del 2020 que salí del banco temblando ya que sentía tenía una prueba de un milagro en mis manos, el certificado de paz y salvo. Fueron tantos mis nervios al pagar, que la cajera terminó devolviéndome $650.000 (Pesos Colombianos)  que había dado de más (me sobró dinero). La Gloria y la Honra sea a nuestro Señor Jesucristo! Sí vale la pena todo lo que  enseñan y hacen en nuestra Iglesia.

¿Qué más paso?

El tiempo fue avanzando y empecé a pedir a Dios que me permitiera más horas para hacer los discipulados —siempre se me cruzaba con trabajo y yo sabía que era necesario esforzarme para aprender—, con el tiempo la Palabra se vuelve una necesidad y la sed de ella aumenta, así que empecé a distribuir ese tiempo, y con mi hija menor empezamos y terminamos los 4 discipulados, además de ello, el tiempo me alcanzó para asistir a Empresarios de Impacto y a otras actividades que eran programadas eventualmente. Entendimos que todo lo que iniciamos se debe terminar, y vamos por más.

Estamos hablando de un proceso de 5 años aproximadamente, donde gracias a Dios he ido ordenando muchas áreas de mi vida, Dios ha usado a los Pastores, quienes nos han guiado con 227 Audios y muchas enseñanzas en los diferentes Servicios de los miércoles y Domingos.

Hoy, aunque perdí a mi esposo, he tenido ataques a mi salud y  a la de mis hijos, y otras cosas del enemigo que no vale mencionar, tengo la seguridad de que Dios está en mí y para mí, tengo mis 3 hijos y mi madre, sigo creyendo en la sanidad de cada uno, tomando la Santa Cena con la certeza de que soy libre, sirviendo con todo mi amor en nuestra Iglesia, junto a mi hija mayor, y pronto se unirá la menor; el niño menor dice: “cuándo seré grande para yo también servir”. Ahora mi valor personal no esta en negativo y hasta cambié de auto sin deber un solo peso. 

Veo esos años atrás, y veo que salí del túnel, he crecido en todas las áreas, tengo el valor, la fuerza, el poder, somos bendecidos y podemos ser de bendición a otros. Tengo muchas historias que hablan de lo maravilloso que es Dios, la importancia de los principios y en especial de la obediencia, lo necesario de la enseñanza y lo indispensable que es la Palabra en nuestra vida.

Si Dios lo ha hecho por mí, lo hará por ustedes.