Iglesia Palabra Pura
  • 30 septiembre, 2022
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NO MÁS FIEBRE EN JADEN NATHAN

Soy Jeimy Sánchez, y quiero compartir un testimonio de salud en mi hijo Jaden Nathan, de 5 años:

Como hace algún tiempo había comentado en un testimonio que di en Palabra Pura Radio, los médicos siempre habían declarado palabra de enfermedad sobre mi niño, incluso desde antes de nacer.

Hace algunos días, Jaden Nathan convulsionó. Alertados por su estado, mi esposo salió con mi hijo al hospital, mientras yo me quedé con mi otro hijo orando por la sanidad de Jaden y declarando que satanás no nos iba a quitar la paz. El niño duró bastante tiempo sin reaccionar, pero cuando llegaron al hospital, el niño vomitó y reaccionó como si nada hubiese pasado.

Los médicos lo revisaron, pero el niño actuaba con total normalidad. Los médicos no pudieron dar una respuesta del por qué mi hijo había convulsionado. Aun así le empezaron a poner una cantidad de medicamentos vía intravenosa y a suministrarle oxígeno, sin darnos una respuesta clara del por qué de los medicamentos. Además, le dijeron a mi esposo que debían colocarle inhaladores. Mi esposo al escuchar a los doctores hablar de inhaladores se negó a autorizar el procedimiento, debido a que ni siquiera el niño tenía síntomas de problemas respiratorios. Ante la respuesta de mi esposo, los médicos lo que hicieron fue agilizar el paso de los medicamentos en mi hijo vía intravenosa y le dijeron a mi esposo: “Si usted no le va a colocar los inhaladores, usted va a volver acá”; mi esposo les contestó: “No, no vamos a volver acá, porque Jaden Nathan es sano por las llagas de Jesucristo”.

Los médicos autorizaron la salida del hospital, y sin dar una explicación clara, sólo dejaron en el registro médico que mi hijo tenía una bronquitis aguda, lo cual no aceptamos, porque mi hijo no presentaba ningún síntoma de problema respiratorio, ni siquiera tos presentaba.

Aun así mi hijo siguió con una fiebre constante, de 39,5°, cada 4 horas, teníamos que bañarlo constantemente. Mi hijo continuó debilitándose, por la presencia de otros síntomas como vómito y diarrea. Mi esposo y yo le seguíamos dando los medicamentos que le habían recetado, sin los inhaladores, pero no veíamos mejoría. Aunque nuestra confianza estaba absolutamente en la sanidad que nuestro Señor Jesucristo nos ha dado.

Pasaban los días y no veíamos ninguna evolución positiva en mi hijo. Luego de 6 días, mi hijo ya había perdido más o menos 6 kilos, empecé a angustiarme por los pensamientos negativos constantes, la culpa de pensar si yo estaba fallando y debía salir desesperada a buscar a otros médicos. Me tiré al piso llorando desaforadamente, y orando le dije a Dios que yo no aceptaba más esa enfermedad en el cuerpo de mi hijo. Fue en ese momento que se me vino un pensamiento que estoy segura que fue la voz del Espíritu Santo hablándome internamente, que me recordó la Escritura de Santiago 5 que dice que si hay algún enfermo busquemos a los ancianos.

De inmediato me paré y busqué a varias personas de la Iglesia maduras para que oraran por mi hijo. Muchas personas de la Iglesia se unieron en oración por la salud de mi hijo. Mi esposo y yo ungimos a Jaden Nathan y dimos gracias por su sanidad. Le dijimos a Jaden: “Ya no más, no más enfermedad, no más fiebre. Ya Jaden, declara que tú eres sano por las llagas de Jesucristo y te levantas en el nombre de Cristo Jesús”, y así lo hizo.

Al otro día, que los hermanos de la Iglesia y nosotros como padres oramos por Jaden Nathan, se levantó como si nada malo hubiera pasado en su cuerpo, empezó a jugar corriendo y a saltando por la casa.

Le damos la Gloria a Dios porque vimos la respuesta de sanidad en mi hijo al ser dirigidos por la guía del Espíritu Santo. Jaden es un niño sano, recuperó el peso perdido y no tiene ninguna secuela de los síntomas que presentó.

¡Gloria a Dios!

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