Iglesia Palabra Pura

MATEO 19:13 (RVR) “Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí”

En el Capítulo 19 de Mateo, nos encontramos con la enseñanza que dio Jesús acerca del propósito del matrimonio y las aclaraciones que tuvo que hacer sobre el divorcio. Sin embargo, si seguimos leyendo el Capítulo 19, Mateo nos narra una situación muy interesante, y es que los padres estaban enviando a sus hijos delante de Jesús para que este les impusiera sus manos y los bendijese. Lo interesante es que la Palabra de Dios nos demuestra que esta situación no es una escena que podemos pasar de largo, ya que 2 Evangelistas más de las Escrituras narran al respecto: Marcos (10:13-16) y Lucas (18:15-17).

La Palabra nos dice que los discípulos reprendieron a los padres que insistentemente llevaban a sus hijos y los motivaban a acercarse hasta Jesús para que este orara por ellos. Razón por la que Jesús tuvo que llamar la atención de sus discípulos, ya que por tratar de aparentar sensatez estaban desconociendo la importancia que tienen los niños para Dios.

Debemos tener en cuenta que los niños no se estaban acercando a Jesús por su propia cuenta; ellos se estaban acercando porque sus padres los estaban mandando a hacerlo. Los discípulos pensaron que Jesús no tenía tiempo para los niños, pero nuestro Dios nos demostró el valor que tienen para Él: “De los tales es el reino de los cielos”.

La palabra en Griego que se utilizó para referirse al modo en que estos padres estaban presentando a sus hijos es la palabra PROSPHERO, que era un término para referirse a una dedicación, es decir, a una consagración a Dios. Tenemos que imaginarnos esta escena: mientras los Fariseos estaban buscando la caída de Jesús con sus preguntas sobre la división del matrimonio y los discípulos hablaban de lo duro que era asumir un matrimonio; otros padres comprometidos con su matrimonio, estaban viendo en Jesús la respuesta de bendición para sus hijos. Estos padres estaban valorando a sus hijos y valorando a Jesús, y creían que Jesús tenía tiempo para sus hijos.  

Dios tiene tiempo para los niños. Es lamentable cuando los padres nos dicen que no traen a sus hijos a la Iglesia porque son pequeños o porque no querían hacerlos madrugar, y prefirieron que “disfrutaran su día libre”; realmente lo que están haciendo es menospreciar a los niños, como los discípulos de Jesús lo hicieron cuando trataron de impedirle a los niños acercarse a Él. Muchas padres de manera ignorante se han referido al área que tenemos para los niños como la guardería, tratando de indicarnos que es lugar donde cuidan los niños mientras los padres aprenden la Palabra, algo así como un “estacionamiento de niños”. Pero no, nuestra área Kids no es un estacionamiento de niños. Nosotros contamos con un maravilloso equipo de Maestras especializadas en enseñarles a los niños las Escrituras de una forma lúdica, clara y sencilla. Nos encargamos de que las Maestras estén llenándose de la Palabra y luego las capacitamos para que en un lenguaje claro, les enseñen a los niños la obra de la cruz, las promesas de Redención y cómo caminar en el propósito que Dios tiene establecido para sus vidas.

En nuestro Ministerio valoramos a los niños, creemos que Dios los usa de manera extraordinaria. Tenemos muchos testimonios de niños de nuestra Iglesia que han puesto a funcionar las armas y principios que nos da la Palabra, y han visto manifestaciones de sanidades y milagros. Algunos padres nos han hablado de cómo ante síntomas de enfermedad son los niños los que salen a buscar el pan y el vino en sus casas para proclamar la Sanidad de Jesús, y cómo los niños les comparten el Evangelio a sus amiguitos. Pero debo decirlo: no son todos los padres los que están viendo el valor de traer a sus niños a la Iglesia, y por eso caen en la trampa de creer que llevarlos a la Iglesia es una pérdida de tiempo y esfuerzo. Pero son ellos los que menosprecian a sus niños, no nuestro Ministerio, ni mucho menos nuestro Dios.

Muchas veces el argumento que usan los padres para no llevar a sus niños a la Iglesia, es que los niños no quieren ir a las clases. Pero este argumento pierde su peso ante 2 preguntas:

  1. ¿Cada vez que su hijo le dice que no quiere ir al jardín o al colegio ustedes simplemente le dicen “no importa, quédate en casa”?
  2. ¿Ustedes les enseñan la Palabra a sus hijos en casa?

Esta última pregunta es importante, ya que no es nuestra única responsabilidad enseñarles a los niños. Nosotros como Iglesia lo hacemos porque es nuestra razón de ser, somos una Iglesia de enseñanza. Pero toda la responsabilidad de la enseñanza de la Palabra a los hijos está sobre los padres. Deuteronomio 6:6-7 es claro:

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (RVR)

Son los padres los que deben aprovechar cada momento para enseñar a los hijos las Palabras que Dios nos ha mandado, los principios que ha establecido para que vivamos en plenitud. Pero muchas veces sus hijos no quieren recibir clases en la Iglesia porque ustedes nunca les hablan de Jesús a sus hijos, porque de alguna forma han menospreciado su capacidad de entender y han dejado su responsabilidad.

Pero este artículo no es sólo para darles un fuerte sacudón; quiero ACCIÓN. Quiero que tomen responsabilidad ante la vida espiritual de sus hijos, que los dejen de menospreciar por su corta edad, y les hablen de la Palabra (en el lenguaje de acuerdo a su edad), pero que sean ustedes los que presenten a sus hijos ante Jesús. Traigan a sus hijos a la Iglesia y comprueben las maravillas que Dios puede hacer a través de ellos. Presenten (PROSPHERO) a sus hijos ante Jesús.

PROVERBIOS 22:6 “Enséñale al niño a elegir el camino correcto, y cuando sea viejo no lo abandonará” (NUEVA BIBLIA VIVA)

2 comments on “NO MENOSPRECIEN A LOS NIÑOS

  1. Qué gran verdad! Tengo mi bebé de tres años y soy testigo de cómo ella copia, imita o sigue todo lo que hacemos y más cuando son acciones como orar, cantar y hace poco le expliqué cómo y para qué tomamos la santa cena y ella ya participó de la misma, creyendo que Jesús la ama y dio su vida en muerte y dolor por amor a ella y que ella puede por fe recibir sanidad en su pierna, así lo creemos en nuestra casa y lo confesamos para gloria de Dios padre.

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