Cultura etimológicamente significa Cultivo, de donde proviene la palabra Agricultura. Si buscamos en el Diccionario la definición de esta palabra, encontramos que Cultura es un: “Conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc”. Y ya que en el Artículo anterior estudiamos varias características, tradiciones y costumbres del comportamiento de los habitantes de Lais, decidí llamar a esta pequeña Serie “Cultura Lais”.
No es de extrañar que la misma Palabra de Dios use la analogía de los 4 tipos de tierra (Mateo 13:1-9/ Marcos 4:1-9/ Lucas 8:4-8), dejándonos saber que sólo podemos dar fruto de aquello que decidimos cultivar, es decir, sembrar y cuidar hasta ver el resultado en nosotros, y es nuestra decisión ser buenos agricultores que se aseguran de dar buen fruto. Los habitantes de Lais estaban cómodos con las tradiciones que habían cultivado por años, se sentían a gusto con sus acciones y con el resultado de ellas, ellos apreciaban su Cultura.
Dios sabía que cuando entrara Israel a la Tierra Prometida se iban a encontrar Culturas demoniacas que los iban a impulsar a hacer parte de sus prácticas. Por eso les advirtió:
DEUTERONOMIO 18:9 (NVI) “Cuando entres en la tierra que te da el Señor tu Dios, no imites las costumbres abominables de esas naciones”
Es decir, Dios les dijo: “No imiten la Cultura de las naciones que se van a encontrar”. Debemos entender que no tiene el mismo impacto de influencia una persona, a toda una comunidad o pueblo. El impacto en masa siempre tiende a ser mayor, y cuando no se tiene un carácter firme, fácilmente una persona se puede adherir a las costumbres de las masas, aunque esto vaya en contra del mandato de Dios.
Y este punto me lleva a retomar las características de Lais que como hijos de Dios no podemos aceptar en nuestras vidas, que nos quedaron faltando del Artículo pasado. Ya vimos 2 características: SEGUROS Y OCIOSOS. Hoy veremos 2 más. Antes, recordemos el versículo donde encontramos la descripción de los habitantes de Lais:
JUECES 18:7 (RVR) “y vieron que el pueblo que habitaba en ella estaba seguro, ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los de Sidón, sin que nadie en aquella región les perturbase en cosa alguna, ni había quien poseyese el reino. Y estaban lejos de los sidonios, y no tenían negocios con nadie”
Continuemos entonces con ACTUABAN CONFORME A LAS COSTUMBRES DE SIDÓN: Lais, dentro de su Cultura, había adoptado las costumbres de Sidón. Unas costumbres ligadas a la adoración a dioses paganos que exigían el sacrificio de niños y la perversión de toda moralidad sexual.
Cuando no habíamos nacido de nuevo, no nos dábamos cuenta que pertenecíamos a una Cultura demoníaca, caída, que actúa basándose en pensamientos e instintos retorcidos y antiDios. Si vemos qué caracteriza a los seres humanos que no han nacido de nuevo, nos damos cuenta que el valor que se le da al ser humano es tan bajo, que fácilmente pueden llamar a un inocente bebé en el vientre como sólo un “cúmulo de células desechable”; y defender cualquier instinto retorcido, o pensamiento desviado, como una ‘nueva normalidad’ y ‘necesidad’ que debe ser reconocida y respetada por todos, como: la fornicación, el adulterio, el homosexualismo, etc.
En este mundo, retorcido, caído, depravado, estaremos hasta que Jesucristo venga por nosotros, pero debemos tener claro que como hijos de Dios ya no pertenecemos a él y a su Cultura. Recordemos que nuestro Señor Jesucristo oró de esta manera antes de ir a la cruz:
JUAN 17:15-18 (RVR) “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”
Santificar significa separar, guardar para un uso exclusivo, y Jesucristo oró para que nosotros no fuéramos engañados por la masa del mundo, sino preservados por la verdad de la Palabra, la verdad absoluta.
Debemos relacionarnos con seres humanos que no reconocen la verdad absoluta, sino que están bajo el sistema del mundo; es imposible que no tengamos que hacerlo por cualquier situación (en los empleos, en los lugares que ofrecen productos o servicios, e incluso con nuestros familiares que no han nacido de nuevo). Pero no estamos llamados a adoptar su Cultura, sino a Santificarnos con la verdad de la Palabra, que nos muestra cuáles son las buenas costumbres, tradiciones y conocimientos que debemos aplicar en nuestras vidas. Es decir, es la Palabra de Dios la que nos dicta cuál debe ser nuestra Cultura. La instrucción para los hijos de Dios es esta:
ROMANOS 12:2 (NTV) “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”
Para las personas que no han recibido a Jesucristo como Señor de sus vidas les es fácil decir: “Es mejor hablarles de condones a los hijos para que luego no tengan que abortar, que hablarles de guardarse para el matrimonio”, “Tranquilo, eso tenga su ‘noviecita’ bien escondida, que su esposa no se entere, eso es normal en nosotros los hombres”, “Si tiene que mentir para entrar a ese empleo hágalo, todos lo hacen”, “Para qué traer hijos al mundo, ya hay muchos, es mejor abortar, la mujer tiene derecho a decidir”, “Si naciste hombre, pero sientes que eres mujer, no te preocupes, sólo dime cómo te identificas y te seguiré llamando así”. Estas frases para el hombre natural, que es el hombre sin Cristo, son normales, son parte de su Cultura. Por eso debemos estar alertar y guardados en la verdad de la Palabra, para no amoldarnos a sus pensamientos y prácticas. Este tema precisamente lo confrontó de forma ardua el Apóstol Pablo:
EFESIOS 5:11 (NVI) “No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas”
Si somos cristianos, no podemos estar haciendo acuerdos con el pecado, no tenemos nada que conciliar con la Cultura de este mundo, con los pensamientos pervertidos, que nos quieren imponer ideologías contrarias a la Palabra, como las ideologías de género o Humanistas, Marxistas, Comunistas y Socialistas.
Este punto nos lleva a la siguiente característica de la Cultura Lais, que nos indica que NADIE LOS MOLESTABA:
Las ciudades que habían alrededor de Lais tenían las mismas costumbres de Sidón, por lo tanto, no veían a Lais como una ciudad enemiga a conquistar. En cuanto a nosotros los hijos de Dios, debemos tener en cuenta que caminar en la Luz de la Palabra ocasionará el repudio de muchos.
Dios no nos libró de la persecución, es de lo único que no nos libró. En este mundo vamos a tener aflicciones, aunque con la victoria asegurada si permanecemos firmes en la Palabra (Juan 16:33). Así que sólo por el hecho de que no compartamos con las obras infructuosas de las tinieblas, vamos a tener que enfrentar persecución a través de personas que nos representarán una molestia. Por ejemplo, los padres cristianos que ahora tienen a sus hijos en los colegios para que reciban clases de diferentes materias, como matemáticas, español, geografía, se están viendo molestados y perseguidos por una masa de personas que evidenciaron que no se están adaptando a la Cultura de este mundo caído, y a la fuerza quieren imponer las ideologías demoníacas a sus hijos. Por lo tanto, nuestra actitud no debe ser pasiva y permisiva, sino activa en la defensa de la verdad. Recordemos que el Amor NO es Aceptación, y si queremos vivir en la verdad de la Palabra, vamos a enfrentar persecución, pero no estamos solos, el Espíritu Santo nos dirá qué decir, cómo responder ante la persecución que enfrentemos.
LUCAS 12:11-12 (TLA) “Cuando los lleven a las sinagogas, o ante los jueces y las autoridades, para ser juzgados, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a defenderse. Porque en el momento preciso, el Espíritu Santo les dirá lo que deben decir”
¿Han visto todo lo que podemos extraer de la Palabra? Nos falta poner una característica de la Cultura de Lais frente al comportamiento que debemos tener como cristianos. Nos falta estudiar sobre el punto de que Lais NO TENÍA NEGOCIOS CON NADIE, por eso los invito a leer el Artículo final de esta corta Serie que publicaré la próxima semana.
Los habitantes Lais se sentían fuertes y confiados, pero en realidad fueron un enemigo fácil a vencer para Dan.
Ahora, recordemos que de toda la Palabra de Dios podemos tomar ejemplo para no cometer los mismos errores, y aún de los enemigos de Israel (Lais) podemos aprender qué no hacer como hijos de Dios. Recuerden lo que Escrito está en 1 Corintios 10:12 (LBLA):
“Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”
Esta advertencia fue hecha a la Iglesia, a nosotros, los que estamos bajo el Nuevo Pacto. Jesucristo venció a nuestro adversario (enemigo) en la cruz, pero nosotros tenemos que cerrarle cualquier incursión a nuestras vidas, nosotros somos los responsables de no darle lugar al diablo (Efesios 4:27). Por lo tanto, no podemos estar:
- SEGUROS: no me refiero a que esté mal el establecernos en la seguridad que tenemos en Jesucristo y Sus Promesas, sino el olvidarnos de estar firmes, velando, apercibidos. 2 de Corintios 2:11 nos manda a no ignorar las maquinaciones del enemigo. El enemigo ha sido vencido, pero es perseverante en su ataque, por lo que una cosa es estar firmes en Jesucristo, y otra desapercibidos de la batalla espiritual que hay en nuestra contra.
EFESIOS 6:12 (RVR) “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
- OCIOSOS: Dios reprende la ociosidad, que es sinónimo de la pereza y la falta de responsabilidad. Jesucristo dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17); lo cual significa que como hijos de Dios debemos sentirnos responsables de hacer lo que debemos hacer en el momento en el que debemos hacerlo. Nosotros no somos llamados los Adornos de Cristo, sino los Miembros del Cuerpo de Cristo, y cada uno de nosotros tiene una función que cumplir. Cuando no enfocas tu mente en aquello que Dios te ha llamado, pierdes tiempo, administras mal los recursos que Dios ha puesto en tus manos, te convertirás en una carga para otros y te sentirás frustrado. En una ocasión, una mujer y su joven hijo se acercaron a un reconocido pianista cristiano. La mujer le dijo al pianista que necesitaba que él le impusiera las manos a su hijo para que todo el conocimiento que él tenía se le transfiriera a su hijo, y así este se convirtiera en un excelente pianista para Dios. El pianista aceptó orar por el hijo de esta mujer, le impuso las manos, y dijo gritando (parafraseo): “Señor, ¡oro para que le quites ahora todo espíritu de pereza a este joven!”. El pianista justificadamente se sintió ofendido de que esta mujer no viera que su hijo debía esforzarse y estudiar en aquello que sentía era su llamado. Ténganlo claro, Dios no usa a desocupados y perezosos, Dios usa a los diligentes y responsables.
Nos quedan 3 características de Lais que debemos tener en cuenta para no ser presa fácil del enemigo, pero estas las veremos la próxima semana.
Buenos días Pastor muchas gracias por tan maravilloso enseñanza bendiciones.
Gracias pastor,excelente,bendiciones 🙏