Una niña llamada Sally quería comprarse un cochecito para una muñeca, y por eso estaba tratando de ahorrar todas las monedas que podía. Para llevar a cabo su plan reciclaba latas, se ofrecía para trabajos extras y procuraba hacer todo aquello que le generara unas monedas más a la semana.
Una noche, la pequeña Sally se encontraba orando antes de dormir, y su madre pudo claramente escuchar como muy en serio su hija decía: “Oh Señor, por favor ayúdame a ahorrar mi dinero para el cochecito de la muñeca que está en la vidriera de la tienda del señor Brown. Es precioso y yo lo quiero. Es perfecto para mi muñeca. Y estoy segura de que voy a dejar jugar también a mis amigas con él”.
La mamá estaba muy satisfecha con la oración de su hija, sin embargo, algo inesperado sucedió, Sally continuó orando, y dijo: “ ¡Y por favor Dios, no permitas que el heladero pase por esta calle esta semana!”. Definitivamente, el heladero y sus helados representaban una gran tentación para Sally y su proyecto de tener un cochecito para su muñeca.
Seguramente esta oración que hizo Sally nos puede parecer muy tierna y graciosa, sin embargo, este tipo de oraciones no las hace sólo una pequeña niña con un sueño. No, en realidad es muy común escuchar personas adultas diciendo que lo único que necesitan para lograr un sueño o proyecto es que Dios les quite algo del camino, aquello que el enemigo les ha puesto, pero ¿qué dice la Palabra acerca de esto?:
SANTIAGO 4:7 (NVI)
“Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes”
El cristiano que no ha entendido quién es en Cristo es muy común que le trate de poner todo el peso a la oración de una forma errónea, buscando de esta forma quitarse toda la responsabilidad por los resultados. Así que es claro que Santiago en ningún momento dice que debemos ir a pedirle a Dios que resista al diablo en nuestro lugar cada vez que nos encontremos en una tentación, sino que nos da dos pasos claves a seguir:
- SOMÉTANSE A DIOS:
La palabra someter nos habla de obediencia, inclusive, obediencia contra la voluntad de una persona, es por eso que es un término que lo podemos rápidamente relacionar con la esclavitud. Sin embargo, ¿por qué la Palabra nos dice que nos sometamos a Dios? ¿Será que Dios nos está obligando a hacer algo?¿Será que está Dios violando nuestro libre albedrío? Como diría el Apóstol Pablo: ¡En ninguna manera! Dejemos que el Apóstol Pablo nos explique por qué debemos someternos a Dios:
ROMANOS 6:16 (RVR)
“¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”
Cuando Adán desobedeció a Dios, el pecado entró en el mundo, dando como resultado la muerte (Romanos 5:12). Toda la humanidad pasó a quedar sometida a las tinieblas y se volvió esclava de ellas. Era imposible que sin Cristo un ser humano se liberara de las cadenas de esclavitud del pecado, sin embargo, cuando Jesucristo murió y pagó por nuestros pecados, todos los que creemos en Su Resurrección y le hemos recibido como único Señor y Salvador, el pecado perdió poder en nuestras vidas para esclavizarnos en contra de nuestra voluntad, y ahora siendo libres, podemos hacernos voluntariamente esclavos de la Justicia, al someternos a la voluntad de Dios
Así que si se trata de salir bien librados de una tentación, debemos someternos a Dios, es decir, que así nuestra carne quiera seguir los deseos del pecado y lo incorrecto, nosotros debemos hacernos esclavos de la voluntad de Dios, y digo hacernos, porque es voluntariamente que nos sometemos a ella.
2. RESISTAN AL DIABLO:
Todos somos tentados de una u otra forma, nadie en la tierra puede decir que no ha sido tentado, lo que sí puede decir es que ninguna tentación viene de parte de Dios, por el contrario, es Dios quien nos muestra la salida victoriosa de cada tentación (1 Corintios 10:13).
Cada tentación que se nos presenta tiene el propósito de desviarnos del propósito de Dios. Es por eso que hasta el mismo Jesús también fue tentado cuando estuvo en la tierra, y no sólo en un área, sino que dice la Palabra que fue tentado en todo; mas Él nunca sucumbió a la tentación (Hebreos 4:15).
En una ocasión Pedro fue usado por satanás para tentar a Jesús y tratar de convencerlo de no ir a Jerusalén y padecer a manos de los Judíos. Si nos ponemos a analizar, esta era una gran tentación para Jesús, ya que era Pedro, Su amigo, Su discípulo, al que el Padre le había revelado quién era. Ahora, éste le estaba dando un “consejo”, no obstante, Jesús, quien sabía a qué había sido llamado, identificó que estaba siendo tentado, y sabía que satanás estaba engañando a Pedro para que le hablara, así que Jesús lo resistió inmediatamente sin consideración alguna, ya que Él sabía: “No es Pedro, es satanás el que me está tentando para que no haga la voluntad de mi Padre”. Por lo tanto, miremos cómo respondió Jesús ante esta tentación:
MATEO 16:23
“Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: !!Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”
Para la palabra resistir podemos encontrar varias definiciones, algunas de ellas son: oponerse con fuerza a algo, repugnar, contrariar, rechazar, contradecir. Estas definiciones nos dejan ver que no es una negociación, es un NO absoluto, sin ningún tipo de tolerancia, inclusive podemos llamarlo un NO agresivo.
APLICACIÓN DE LOS DOS PRINCIPIOS:
Ahora que hemos comprendido estos dos principios: SOMETERNOS A DIOS Y RESISTIR AL DIABLO, para que el diablo huya de nosotros. Podemos aplicarlo en todas las áreas de nuestra vida. Así que no digas más que estás esperando a que Dios te sane, por el contrario, busca la Palabra, busca qué dice respecto a la sanidad, sométete a ella, así tu carne te diga lo contrario, y luego tú resiste al enemigo, tú usa la Palabra en su contra.
Tampoco digas: “Es que esta adicción es muy fuerte en mi vida, no sé si algún día podré dejarla, estoy esperando a que Dios me libere”. Al contrario, busca qué dice la Palabra frente al dominio propio, qué dice acerca del poder que perdió el pecado en nosotros y cómo el yugo de servidumbre al pecado se pudrió, sométete a esa Palabra de Dios, preséntate como instrumento de justicia, y luego tú resiste al enemigo con la Palabra de Dios y sin ningún tipo de contemplaciones con las tinieblas.
Bendiciones gracias gracias gracias