Un estudio que realizó la Universidad de Sussex, en Inglaterra, reveló que las personas que van a los supermercados con niveles altos de hambre, terminan comiendo alimentos poco saludables y hasta potencialmente peligrosos para su salud. De la misma manera, ocurre cuando un soltero no controla la ansiedad de casarse y se desenfoca, decidiendo que su ayuda idónea será cualquiera que le dé ‘luz verde’, pero en la mayoría de los casos, el tiempo les termina demostrando a los solteros que actúan así, que tomaron por cónyuge a una persona ‘potencialmente peligrosa para su salud física, mental y espiritual’.
Es por eso que estamos estudiando en la Palabra cuáles son los principios que se deben cumplir antes de dar el gran paso hacia el matrimonio. Continuemos:
- ADÁN PUDO DESCANSAR EN QUE DIOS LE DARÍA SU AYUDA IDÓNEA:
“21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”
No vemos a Adán desesperado por su Ayuda Idónea, y Dios se encargó de darle la esposa que él necesitaba para que juntos cumplieran con la comisión que tendrían como esposos: “Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra” (Génesis 1:28 [LBLA]).
Todos tenemos un llamado, y nuestro cónyuge siempre debe ir en línea con él, de lo contrario será un freno para nuestro llamado. Por eso no necesitan sólo un cónyuge, sino una Ayuda Idónea.
- ADÁN RECONOCIÓ QUE EVA NO ERA UN SER INFERIOR A ÉL, SINO QUE TENÍA LA MISMA DIGNIDAD QUE ÉL, AUNQUE ÉL ESTARÍA EN AUTORIDAD SOBRE ELLA:
“23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada”
Importantísimo este punto. Los solteros deben tener un correcto concepto de lo que representa un hombre y una mujer en un matrimonio, a la luz de la Palabra. Adán cuando vio a Eva reconoció que ella era diferente a él en varias características físicas, pero que en esencia había sido sacada de él, por lo que debía cuidarla y amarla como él debía cuidar y amar su propio cuerpo.
EFESIOS 5:28-29 (RVR) “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia”
Así mismo, Eva, estaba escuchando las palabras de Adán —“Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne…”—, y reconoció que el cuidado y amor que Adán le daría, debía ser correspondido con sometimiento.
EFESIOS 5:22-23 (RVR) “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”
Actualmente, en la sociedad se ha pervertido el significado de los roles que ocupan los esposos y las esposas en un hogar. Fácilmente se puede escuchar comentarios de mujeres como: “Las mujeres somos las que mandamos en las casas”, “Yo no voy a permitir que un hombre me diga qué hacer”, o comentarios de hombre como: “Las mujeres sólo sirven para estar en la casa”, “La mujer es sólo para que dé hijos”. Ambos comentarios son equivocados, y son totalmente contrarios a lo que la Palabra nos muestra sobre lo que Dios pensó cuando estableció el matrimonio.
Es importante entender que en el matrimonio hay una sujeción mutua. Que ambos (esposos) tienen la misma dignidad, con la diferencia que de la siembra del amor que el hombre le hace a la mujer, la mujer responde con respeto y reconocimiento del hombre (de forma voluntaria) como autoridad sobre el hogar.
Nos quedan 2 puntos para terminar de estudiar el pasaje de Génesis 2:15-25. En el próximo Artículo los veremos.
Excelente enseñanza
La siembra del amor del hombre a la mujer es lo que realmente resalta su autoridad en ella.