El profesor Bíblico Warren Wiersbe comentó lo siguiente: “Dios creó el sexo no solo para la reproducción sino también para el disfrute, y no puso el ‘muro de matrimonio’ alrededor del sexo para robarnos el placer, sino para aumentar el placer y protegerlo”. Esta es una declaración totalmente cierta, pero altamente atacada con el engaño de que precisamente es dentro del matrimonio donde se acaba toda la satisfacción sexual. Sin embargo, en Proverbios 5 podemos ver una maravillosa declaración acerca del sexo en el matrimonio:

PROVERBIOS 5:15-20 (RVR) “Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, y no para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre. ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña?”

Los cónyuges no necesitan mirar hacia otro lugar para satisfacer sus deseos sexuales. Tanto el esposo como la esposa encontrarán en el matrimonio todo lo que necesitan para disfrutarse el uno al otro, incluso al pasar los años; la declaración “alégrate con la mujer de tu juventud” es una prueba de que el avance de los años en el matrimonio no tiene que ser símbolo de monotonía, sino de mayor comunicación y entrega durante el sexo, por lo tanto, los cónyuges encontrarán mayor satisfacción.

Esta es precisamente una de las verdades que las tinieblas no quieren que las personas sepan  sobre el matrimonio, por eso buscan a través de diferentes armas provocar los deseos carnales del ser humano y esclavizarlo a un comportamiento igual al de un animal, que sólo se mueve por instintos; el arma más común es la pornografía

Una de las preguntas que no se me escapan dentro del proceso de consejerías pre-matrimoniales, es si tanto el hombre como la mujer consume pornografía, ya que conozco los  peligrosos y dañinos efectos que tiene el consumo de esta. Si alguno de los dos, o los dos consume pornografía, y no comprende que debe ser libre de ella, sobre todo antes del matrimonio, entonces, esa pareja tendrá muchísimos problemas si llegan a casarse, ya que la idea que vende la pornografía a las personas, es que el sexo es sólo un asunto de satisfacción del deseo físico, sin necesidad de amor y límites. Por supuesto esta idea es totalmente traída del mismo infierno para corromper la idea original de Dios, pero sus efectos son altamente peligrosos, y lo peor es que la mayoría de seres humanos no lo saben, incluso los cristianos.

En Febrero del año 2021, un movimiento cristiano conocido como Tabú reveló los resultados de la encuesta que realizó a 4.000 miembros de Iglesias cristianas (hombres y mujeres), entre los 14 a los 39 años, sobre la relación y frecuencia que tenían con contenido pornográfico. La cual nos permitió notar varios datos alarmantes:

• El 40% de los miembros de una Iglesia consume pornografía como mínimo una vez al mes.
• 1 de cada 4 creyentes visita sitios pornográficos como mínimo una vez por semana.
• 1 de cada 4 hombres casados consume pornografía mínimo una vez por semana, y cerca de la mitad de casados lo hacen mínimamente 1 vez al mes.
• De los datos anteriores, las mujeres cristianas, aunque en menor porcentaje frente a los hombres, también consumen pornografía, y por lo menos el 71% de mujeres lo hicieron por primera vez antes de los 16 años.

La mayoría de cristianos que suelen consumir pornografía no son conscientes de la terrible adicción a la cual se están enfrentando y las consecuencias que tendrán tanto físico, mental y espiritual si no buscan romper la adicción a esta.

La pornografía destruye vidas. Es como una culebra pitón que de forma sigilosa se enrosca en el cuerpo de su víctima, y poco a poco la va apretando hasta que esta queda totalmente paralizada e indefensa, para así poder hacerle un daño mayor. Esta se presenta como una curiosidad inofensiva que sólo causa una estimulación física y mental momentánea, y que las personas pueden controlar y dejar cuando deseen, pero la verdad es que la pornografía va asfixiando poco a poco a aquel que se deja seducir por ella, haciéndolo adicto a su contenido y pervirtiendo su mente de lo que es justo, santo y permitido por Dios.

Cuando una persona consume pornografía recibe una fuerte descarga de dopamina en su cerebro y una inundación de diferentes sustancias químicas, entre las que se destaca una proteína llamada DeltaFosB. Es precisamente esta proteína la que va haciendo conexiones neuronales en el cerebro de la persona que ve pornografía, haciéndola adicta a la dopamina que experimenta cuando ve ese contenido sexual. Es decir, que provoca que la persona crea que el mayor placer lo sentirá cuando consuma pornografía.

Las personas no ven pornografía porque quieren caer en una adicción sexual, pero ahí está el engaño de la “pitón” pornografía. La verdad es que aquel que va consumiendo este contenido, cada vez se está dejando enroscar y asfixiar por este. Hay estudios que revelan cómo la adicción a la pornografía afecta el aprendizaje y el razonamiento. Aunque no es en sí un opioide, sus efectos adictivos están a la par de la heroína. Por lo que cada día el consumidor de pornografía sentirá más ansiedad de incrementar la dosis de dopamina, provocando que pase más tiempo atrapado en contenido pornográfico, con demostraciones sexuales mucho más agresivas y pervertidas, como, por ejemplo, relaciones sexuales entre parejas del mismo sexo, sexo con animales, sexo con menores de edad, etc.

Ahora, en esta breve explicación sobre cómo se produce la adicción en el cuerpo, a nivel químico, sólo estoy mostrando la punta del iceberg de los efectos catastróficos que tiene la pornografía, pero la punta del iceberg nunca es coherente con su verdadero tamaño. Por lo que, en el próximo Artículo veremos más a fondo la dimensión de lo que realmente hace la pornografía en aquel que cae bajo su trampa.