Iglesia Palabra Pura

El Viernes pasado, vimos 2 usos de la imposición de manos:

  • PARA TRANSFERIR LA BENDICIÓN DADA POR DIOS A ABRAHAM.
  • PARA TRANSFERIR PECADOS SOBRE UN ANIMAL QUE SERÍA SACRIFICADO EN LUGAR DE UN PECADOR O DE LOS PECADORES.

Dejando claro que la transferencia de pecados sobre un animal no es una práctica que aplique para esta dispensación de Gracia, por lo que no podemos verlo como un llamado a la acción, sino como una figura y sombra (Hebreos 10:1) que apuntaba a Jesucristo llevando en la cruz nuestros pecados. Sin embargo, es momento de continuar con otros usos que tiene la Imposición de manos:

C) IMPOSICIÓN DE MANOS PARA LA SEPARACIÓN AL MINISTERIO.

Es en este punto, que debemos ubicar la alerta del Apóstol Pablo a Timoteo: “No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro” (1 Timoteo 5:22 [RVR]). Aquí sí aplica ese versículo.

Éfeso era la Iglesia más grande en el tiempo del Apóstol Pablo, donde seguramente habían muchos hombres y mujeres elocuentes, con grandes talentos y dones espirituales. Timoteo era el Pastor de Éfeso, y por supuesto bajo él saldrían otros Ministros, pero el Apóstol no estaba interesado en cantidad, sino en calidad y legalidad.

Hay una gran diferencia entre ser LLAMADO POR DIOS, a estar listo para una SEPARACIÓN AL MINISTERIO. Dentro de ese proceso se necesita tiempo para probar el testimonio y fruto Ministerial. Sin embargo, en muchas Iglesias sólo hace falta que alguien conozca algunos versículos, hable de manera emocional y sea sociable con las personas, para que de forma precipitada la empiecen a llamar “Pastor”, e impulsando a “Abrir obra”, sin tener ni idea la gran responsabilidad que conlleva estar en una Oficina Ministerial.

Es lamentable, pero actualmente, se ha perdido la honra al llamado Ministerial. Muchas personas han decidido hacer a un lado los requisitos para una separación legal al Ministerio, de acuerdo a las Escrituras, por darle prioridad al emocionalismo de las masas, en muchos casos motivados por la ambición de poder y dinero.

Por lo tanto, ningún Ministro debe separar al Ministerio a otra persona, por más de que esta tenga un llamado, hasta que la prueba del tiempo determine que está lista. ¿Cuánto tiempo? El tiempo que se necesite para comprobar constancia, fidelidad, compromiso, integridad, crecimiento, sometimiento a la Palabra, sometimiento a las autoridades, interés por rendir cuentas, sobriedad en sus relaciones interpersonales, entre otros atributos directamente relacionados con el carácter.

Teniendo en cuenta los requisitos, pasemos a ver el ejemplo de la separación al Ministerio del Apóstol Pablo:

HECHOS 9:15 (RVR) “instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”

Él entregó su vida a Jesús cuando iba camino a Damasco. Allí, a través de Ananías, conoció que tenía un llamado Apostólico para llevar la Palabra a los Gentiles. Sin embargo, él no salió, inmediatamente, rumbo a todas las naciones gentiles, proclamando que ese era su llamado, por lo tanto, tenía todo el respaldo de Dios. No, los eruditos calculan que, entre el llamado y la separación al Ministerio del Apóstol Pablo, hay un espacio de preparación de entre 12 años y 14 años. Por lo que cuando estuvo listo, el mismo Espíritu Santo movió a las autoridades bajo las cuales él estaba sujeto a imponer sus manos para reconocer su separación al Ministerio como Apóstol:

HECHOS 13:2-4 (RVR) “Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.”

En estos versículos también vemos la separación al Ministerio de Bernabé, quien también estuvo varios años preparándose y mostrando buen testimonio. Sin embargo, no voy a profundizar en Bernabé, sino que quiero que veamos qué sucedió en esa separación al Ministerio:

  1. Fue el Espíritu el que le mostró a la autoridad cuándo estaban listos para ser apartados.
  2. Fueron las autoridades de la Iglesia las que les impusieron las manos.
  3. No salieron en Misión Apostólica hasta que recibieron la imposición de manos.

Ahora, la imposición de manos para la ordenación no es sólo un protocolo tipo ritual; podemos encontrar otras Escrituras que nos confirman que cuando una autoridad impone sus manos para separar a otra persona a un cargo de autoridad transfiere poder (unción):

DEUTERONOMIO 34:9 (RVR) “Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés”

¿Lo ven? Josué, el hombre que había servido y mostrado fidelidad por mucho tiempo, fue separado por Moisés a asumir un cargo de gran autoridad ante Israel, y Dios le ordenó imponer sus manos sobre él para que le transfiriera poder (unción).

Números 27:20 (RVR) “Y pondrás de tu dignidad (poder, unción) sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca”

Así que cuando hay una separación legal al Ministerio, y enfatizo en legal, porque ahora hay muchas personas que están en una posición que Dios no las ha llamado ni separado, imponiendo sus manos a la ligera. Pero cuando realmente alguien está en autoridad legal, y separa a otra persona que cumple con los requisitos necesarios para la ordenación, al imponer sus manos transfiere unción, poder. ¡Es algo de mucho cuidado, respeto y honra! Por lo mismo, no se puede imponer las manos a la ligera a cualquier entusiasta elocuente.

D) IMPOSICIÓN DE MANOS PARA SANIDAD.

Jesús usó en Su Ministerio en la tierra la imposición de manos para sanar a los enfermos. Si bien no siempre lo hizo, sí podemos ver muchos pasajes donde para sanar imponía Sus manos (Marcos 6:5; Marcos 7:32; Lucas 4:40; Lucas 13:13).

Pero esta no sería una particularidad de Él para sanar, Él nos impulsa a usar este punto de contacto para liberar el poder que opera en nosotros los creyentes y transferirlo a la persona enferma, para que sane.

MARCOS 16:17-18 (RVR) “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”

Jesucristo no dijo que algunos serían reconocidos por echar demonios en el nombre de Jesús, hablar en nuevas lenguas e imponer sus manos para sanidad; Él dijo que serían señales, es decir, características, de los que creen, es decir, de los nacidos de nuevo. Por lo que si imponemos manos sobre los enfermos declarando sanidad, tenemos todo el respaldo Bíblico que nos confirma que estamos operando legalmente.

En el Artículo de la próxima semana, veremos la Quinta Doctrina de Cristo: La resurrección de los Muertos.

4 comments on “LAS 6 DOCTRINAS BÁSICAS DE CRISTO – PARTE 7

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