Hemos llegado a la Parte final de esta Serie “El Tercer Cielo es Real”. Creo que este estudio nos ha llevado a admirar más la grandeza de nuestro Dios, que de forma tan perfecta ubicó el sol, la luna, las estrellas, las galaxias y los planetas, y creó todas las riquezas de este planeta tierra, junto a todas las condiciones adecuadas para que pudiéramos habitarlo. Sin embargo, el Primer y Segundo Cielo, aun con toda su belleza, palidecen ante la morada de Dios: el Tercer Cielo.
C.S. Lewis —un famoso escritor Británico— hablando de la realidad de este mundo y la realidad del Tercer Cielo, expresó, de una forma genial, lo siguiente: “Si encuentro en mí mismo un deseo de que nada de este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui hecho para otro mundo…”. C.S. Lewis utilizó unas palabras tan sencillas, donde cualquiera puede entender a qué se estaba refiriendo, que nos debería hacer reflexionar profundamente de ese otro mundo, al cual las Escrituras nos revelan que es el Tercer Cielo.
El Tercer Cielo no es una fábula, o un lugar del que no estamos 100% seguros de que exista. Cuando Jesucristo dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay…” (Juan 14:2 [RVR]), Él no se estaba expresando con una alegoría; no, Jesucristo habló de un lugar real, y aunque sea difícil de comprender, es aún más real que el mismo mundo en el cual estamos. Por eso es tan importante escudriñar las Escrituras, porque son las Escrituras las que nos muestran lo que para nuestros ojos naturales y conocimiento limitado es desconocido.
En la segunda Carta a los Corintios el Apóstol Pablo narra, en tercera persona, una experiencia sobrenatural que tuvo, donde fue arrebatado al Tercer Cielo —también llamado paraíso—:
2 CORINTIOS 12:4 (LBLA) “que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que al hombre no se le permite expresar”
Vemos que el Apóstol Pablo quedó tan impactado con lo que se le permitió escuchar en el Tercer Cielo, y, por ende, podemos deducir que también ver, que no encontró las palabras terrenales para expresar semejante majestad. Él describe a las palabras que escuchó como: palabras inefables, que se refieren a algo que es tan increíble, que no puede expresarse en palabras. Y eso que estamos hablando del Apóstol Pablo, una eminencia en el cuerpo de Cristo que hablaba por lo menos 3 idiomas (Hebreo, Griego y Arameo), y aun así, no pudo escoger ni siquiera una sola palabra para describir lo que escuchó.
También el Apóstol Juan tuvo la oportunidad de ver el Tercer Cielo, donde Dios Padre está sentado en Su Trono con nuestro Señor Jesucristo (Apocalipsis 4:2), y en el Libro de Apocalipsis nos revela ciertas pinceladas de cómo es este maravilloso lugar, el lugar a donde seremos Raptados prontamente.
CUANDO SEAMOS RAPTADOS AL TERCER CIELO:
– VEREMOS UNA MAJESTUOSA RIQUEZA:
APOCALIPSIS 21:21 (LBLA)
“Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente”
– NO HABRÁ NADIE ENFERMO —NI HAY NADIE ENFERMO EN ESTE MOMENTO—
APOCALIPSIS 22:1-2 (LBLA)
“Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones”
– NO HABRÁ MÁS LÁGRIMAS NI DOLOR
APOCALIPSIS 21:4 (LBLA)
“Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado”
– NO HABRÁ MÁS SEPARACIÓN DE SERES QUERIDOS DEBIDO A LA MUERTE, PORQUE LA MUERTE SERÁ CONQUISTADA
APOCALIPSIS (LBLA)
“Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre estos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él por mil años”
– VEREMOS A LOS ÁNGELES Y A TODOS AQUELLOS QUE MURIERON EN LA FE —Abraham, David, Jacob, etc.—
APOCALIPSIS (LBLA)
“Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y cayeron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios”
– VEREMOS LA MARAVILLOSA JERUSALÉN CELESTIAL, QUE LUEGO DE LA TRIBULACIÓN DESCENDERÁ A LA TIERRA
APOCALIPSIS 21:2 (LBLA)
“Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios…”
Debo aclarar que todos los santos del señor que han muerto están presenten con el Señor en este momento, y ya están disfrutando del Tercer Cielo, ya que la Palabra dice en 2 Corintios 5:8 (NTV): “… estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor”.
Aunque sólo podemos ver por medio de las Escrituras ciertas pinceladas del Tercer Cielo, aún nos quedan muchas preguntas por contestar. Pienso que es el propósito de Dios que sea de esta manera, para que cada día, con el sentir de eternidad que Él ha puesto en nuestros corazones, nos mantengamos deseando que llegue el momento de ese encuentro Celestial que tanto esperamos, el Rapto de la Iglesia, para que podamos experimentar la plenitud de Dios.
No olvidemos que aunque vivimos en este mundo; no somos de este mundo (Juan 17:16). Nuestra ciudadanía es Celestial (Filipenses 3:20), y mientras estamos en la tierra, somos embajadores del Reino al que pertenecemos, al Reino de Dios, pero pronto la realidad del Tercer Cielo será nuestro vivir por la eternidad, ya que el Rapto de la Iglesia es inminente.
¡El Tercer Cielo nos espera!
GLORIA A DIOS PORQUE EL TERCER CIELO ES REAL TENEMOS ESPERANZA DE VIDA ETERNA EN CRISTO JESÚS AMEN
Aleluya gloria a Dios, wow bendita palabra de Dios que nos llena de esperanza en la eternidad con el Padre eterno amén 🙏🏻
Muchas gracias Pastor por enseñarnos la maravillosa palabra de Dios de una forma tan sencilla y clara gracias Dios porque nos espera la eternidad contigo y con nuestro Señor Jesucristo 🎉🙏🏻🙌🏻
Maravillosa toda la serie Pastor Rafael. Qué bendición poder ser participe en ese momento glorioso. Muchas gracias por su dedicación a la enseñanza. Bendiciones