Iglesia Palabra Pura
  • 27 septiembre, 2024
  • Rafael Lemes
  • 1

Mateo 24:37-39 (LBLA) 

“Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre”

Hemos venido estudiando pasajes donde Jesús nos habla de Su Segunda Venida, después del tiempo de la Tribulación, así que podemos ver que estos pasajes están en un orden cronológico. Pero también encontramos otra referencia en el Nuevo Testamento que nos muestra otros aspectos respecto a la Segunda Venida de Jesucristo. Me refiero a Judas 1:14-15 (LBLA):

“De estos también profetizó Enoc, en la séptima generación desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor vino con muchos millares de sus santos, para ejecutar juicio sobre todos, y para condenar a todos los impíos de todas sus obras de impiedad, que han hecho impíamente, y de todas las cosas ofensivas que pecadores impíos dijeron contra Él”

Lo curioso que vemos en los detalles que nos permite conocer este pasaje es que Enoc profetizó sobre este gran evento siendo el séptimo desde Adán —esto pone a Enoc sobre los 620 años después de Adán—. Enoc estuvo en la tierra por un periodo de 365 años, y aunque no sabemos cuándo exactamente profetizó sobre la Segunda Venida de Jesucristo; podemos deducir que tuvo que ser sobre los primeros 900 años desde la creación. Es realmente impresionante que desde esos tiempos, Dios dio luz a la humanidad sobre lo que habría de venir miles de años después.

Pero hay algo aún más interesante en este estudio, y lo encontramos en Génesis 5:21-22 (LBLA):

“Y Enoc vivió sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y Enoc anduvo con Dios trescientos años después de haber engendrado a Matusalén, y engendró hijos e hijas”

Ustedes se preguntarán: “¿Qué tiene esto de interesante?”. Bueno, deben saber que cuando Enoc engendró a Matusalén sólo tenía 65 años de edad —fue el hombre que tuvo hijos a la edad más joven, para esos tiempos—. Enoc anduvo con Dios por 300 años después de engendrar a Matusalén. Pero lo interesante es que Enoc en sus primeros 65 años no caminó con Dios. Entonces, la siguiente pregunta sería:  “¿Y por qué?”. Para responder esta pregunta tenemos que conocer más sobre el nombre de Matusalén:

El nombre ‘Matusalén’ tiene un significado peculiar, que es: “Cuando muera, caerá”. Sabemos que Matusalén fue el hombre que más años vivió, pues alcanzó a vivir 969 años en la tierra. Imagínense, ¡casi un milenio! Si estudian el Capítulo 5 de Génesis se darán cuenta que Matusalén murió el mismo año en que ocurrió el Diluvio universal.

Así que es evidente que de alguna forma Dios se le reveló a Enoc, transformando su vida y revelándole qué nombre debía darle a su hijo (Matusalén). Este evento en la vida de Enoc fue la causa del giro que dio en su caminar con Dios, al punto que el mismo Dios, después de 300 años, se lo llevó —de la misma manera en como la Iglesia se irá en el Rapto— y no vio la muerte.

Si recuerdan el estudio que di sobre las Dispensaciones, tendrán presente que cuando llegó el Diluvio terminó una Dispensación y comenzó la siguiente. De la misma manera, cuando llegue el Rapto de la Iglesia culminará esta Dispensación, de la Gracia (que próximamente la estudiaremos si siguen la Serie que estoy sacando los Lunes), y se dará entrada a la siguiente Dispensación. Pero ahora veamos nuevamente Mateo 24:38, para analizar lo que nos dice acerca del Diluvio y su paralelo con los últimos tiempos:

v. 38 “Pues así como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que entró Noé en el arca” (LBLA).

Hay una diferencia que encontramos entre el Diluvio y el Juicio que viene (Tribulación), y es que en el Diluvio los incrédulos (no creyentes) fueron quitados de la tierra, y los creyentes permanecieron. Pero en el Rapto de la Iglesia será lo opuesto, es decir, los creyentes seremos quitados y nos encontraremos con nuestro Señor en el aire, y los incrédulos (no creyentes) permanecerán en la tierra.

El v. 38 nos revela algo que estamos viendo hoy en día en la gran población mundial. Pues a pesar de que estamos viendo en el mundo las señales, los dolores de parto y el llamado de la Iglesia al arrepentimiento, buscando que la gente se de cuenta de que el tiempo se está agotando y de que lo que viene es real, de que hay un Dios en los Cielos, así como también de que la gente tome conciencia de que hay un infierno que les espera a menos de que entreguen sus vidas a Jesucristo. Aún así, como lo dice el v. 38 las personas siguen comiendo, bebiendo, casándose y dándose en matrimonio. Y el punto de gran alerta es que la mayoría de personas continúan sus vidas como si realmente nada estuviese pasando, ignorando las señales, la predicación de arrepentimiento y a Dios.

¡Es hora de despertar y abrir los ojos a la realidad de los tiempos que estamos viviendo!

1 comment on “MATEO 24 PARTE 19

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