En el Cantar de los Cantares encontramos una analogía muy interesante de las zorras pequeñas con los detalles dañinos que pueden afectar nuestra vida y crecimiento espiritual:
CANTARES 2:15 (NBLA) “Agarren las zorras, Las zorras pequeñas que arruinan las viñas, Pues nuestras viñas están en flor”
¿Notan que el versículo hace énfasis en que se deben atrapar las zorras pequeñas, y no las zorras en general? Bueno, esto tiene un motivo, y es porque las zorras grandes sólo se acercan al viñedo y se comen las uvas, sin dificultad alguna, pero las zorras pequeñas, quienes también quieren comer uvas, cuando se dan cuenta que su estatura les impide alcanzar el fruto, empiezan a morder el tallo, para debilitarlo, de tal forma que termine cayéndose junto con las uvas, al haberse arruinado. En realidad ningún agricultor quiere zorras en su viñedo, y por eso pone una cerca para cuidarlo, pero las zorras pequeñas logran pasar la cerca sin que ni siquiera lo note el agricultor.
Es por eso que esta analogía la utilizamos mucho para hablar de cómo no sólo debemos cuidarnos de las cosas que evidentemente son pecado, sino además de aquellos detalles que parecen menores, pero terminan siendo dañinos para nuestra vida, como por ejemplo: el ofendernos fácilmente, el hablar de más, el escuchar o ver cosas que no debemos, el ser egoístas, entre otras actitudes, que pueden pasar desapercibidas para los demás, pero que en realidad nos pueden afectar.
Ahora, si bien este pequeño animal puede ser un ejemplo de las “pequeñas malas acciones” que traen malos resultados, también es cierto que hay otros animales cuyas acciones pasan desapercibidas para nosotros, pero que en realidad nos están prestando un servicio, por ejemplo: gracias a las abejas y a las mariposas, estos pequeños insectos, que van sin que nos demos cuenta de flor en flor, nos ayudan polinizando las flores del mundo, y gracias a este proceso, obtenemos cultivos de fresas, manzanas, arándanos, cerezas, almendras, cacao y café. Y esto es sólo un ejemplo de un tipo de animal pequeño que nos da un beneficio con su pequeña acción; ejemplo que también podríamos usar para crear una analogía con el resultado de las pequeñas buenas acciones que nosotros podamos hacer.
Y es aquí el punto de este Artículo que les traigo hoy. Hay muchos cristianos que sienten que Dios no les usa porque no ven que sus acciones sean reconocidas o llamativas para las personas, pero en realidad nuestras pequeñas acciones también pueden impactar positivamente vidas, como lo veremos en esta historia:
Una noche, una mujer cristiana que se encontraba descansando en la litera de un velero, escuchó que alguien gritó las siguientes palabras: “¡Hombre al agua!”; así que ella se levantó rápidamente tomó la lámpara de la cabina del velero y la sostuvo por un tiempo mientras trataba de encontrar si alguien había caído en las oscuras aguas.
Ya que pasó el tiempo y no vio ni escuchó nada, apagó la lámpara, la colgó en su soporte, y regresó a acostarse, no sin antes orar a Dios por la situación. Cuando salió el sol, la mujer fue sorprendida con la noticia de que sí habían hallado a un hombre que había caído accidentalmente al agua. Pero terminó aún más sorprendida cuando las personas que lo rescataron le indicaron a la mujer que gracias al centelleo de la lámpara que ella había sostenido, habían podido ver al hombre que desesperadamente se aferraba a una soga que estaba atada al muelle, pues de otra manera no lo hubieran visto en las oscuras aguas. Ella se dio cuenta que su pequeña acción de poner a brillar una lámpara en el momento oportuno había salvado la vida de este hombre.
De la misma forma, Dios nos usa constantemente, cuando seguimos Su guía, incluso en aquello que nos pueda parecer un detalle menor. Lo importante es que estemos dispuestos a servir y a ser de Bendición para los demás. La mujer cristiana pudo haber dicho: “Bueno, estoy de descanso, ojalá alguien mire a ver qué pasó”, y seguir en su cama, pero si lo hubiera hecho, quizás el hombre que cayó al agua no hubiera sido rescatado, o por lo menos no tan rápido como el centelleo de la lámpara de la mujer lo permitió.
Así que no menospreciemos el impacto positivo que podemos ser para los demás al permitirnos ser usados por Dios aunque no se nos agradezca o reconozca por ello. Quizás ese saludo que pienses que es un detalle menor, pueda estar siendo de Bendición para alguien que se siente abrumado por los problemas, o esa apertura de puerta para ayudarle a una persona que va con sus bolsas de compra pueda causarle un impacto que ni te imaginas, al hacerla sentir que le importa a alguien más, o al advertirle a una persona que lleva la puerta de su auto desajustada, le puedas estar evitando un grave accidente. Incluso, quizás no lo has pensado, pero en muchas ocasiones tú has sido como aquella mujer que centelleó con su lámpara, para que otros sacaran al hombre del lago, al centellear con la lámpara de la Palabra a otro, cuando has compartido con alguien enseñanzas de la Palabra, y por tu acción, esa persona terminó acercándose a una Iglesia para recibir a Jesucristo como el Señor de su vida, como ha ocurrido en nuestra Iglesia, que muchos de nuestros Miembros han llegado porque alguien más les dejó un Cd de nuestro Ministerio, o les compartió por redes nuestras enseñanzas; esas pequeñas acciones, les alumbró el camino para hoy esas personas testificar de restauración de su hogar, libertad de adicciones o sanidad.
Por lo tanto, oremos para que Dios nos siga poniendo en el lugar correcto, en el tiempo oportuno y con las personas correctas, para con grandes o con pequeñas acciones, como hoy las vimos, ser de Bendición para ellas. Déjate usar por Dios aun en los pequeños detalles.
EFESIOS 2:10 (CST) “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”