Iglesia Palabra Pura

La semana pasada, inicié una corta Serie que llamé: AGRADANDO A DIOS, ANTES QUE A LOS HOMBRES, donde expuse cómo nuestras decisiones pueden ser elogiadas y aceptadas por unos, y rechazadas y criticadas por otros, por lo que nuestra línea de demarcación de lo correcto no debe ser lo que otros digan, sino lo que la Palabra nos ordena. Podemos aplicar este principio espiritual en todas las áreas y ámbitos de nuestra vida, porque es una protección contra el desenfoque.

Precisamente, si Jesús hubiera basado Su Ministerio en la tierra en lo que los demás pensaran, estaríamos aún sumergidos en nuestros delitos y pecados, sin posibilidad de salvación eterna. Pero Él estaba dispuesto a ser abandonado por las multitudes e incluso por Su círculo íntimo, si eso representaba agradar primero a Dios, que a los hombres.

En el Evangelio de Juan, en el Capítulo 6, encontramos a multitudes buscando a Jesús por Sus milagros, mas no porque le honraban. Cuando Él los confrontó, no les agradó, y trataron de persuadirlo para que buscaran su aprobación, antes que la de Dios:

JUAN 6:30 (NTV) “—Si quieres que creamos en ti—le respondieron—, muéstranos una señal milagrosa. ¿Qué puedes hacer?”

Sin embargo, Jesús no cedió para buscar Su aprobación, sino que siguió confrontándolos con la verdad, porque a eso lo había enviado el Padre, y estos prefirieron seguir criticándolo. Pero no sólo esa decisión que tomó Jesús, de preferir a Dios antes que a los hombres, molestó a la multitud de seguidores, sino también a Sus propios discípulos, los que caminaban con Él, donde muchos prefirieron abandonarlo (Juan 6:66) porque no les agradó Sus palabras, aun así Jesús se mantuvo firme porque nadie lo desenfocaría del propósito por el que había sido enviado:

JUAN 6:67 (NVI) “Así que Jesús preguntó a los doce:—¿También ustedes quieren marcharse?”

Jesús no ajustó Sus palabras a unas que sonaran mejor, no omitió en Su mensaje algo que molestara a los demás, o que incluso provocara que aquellos que apoyaban financieramente Su Ministerio dejaran de sembrar en Él. Sin embargo, ya saben que de forma vergonzosa, actualmente muchos llamados “Ministros” no toman el ejemplo de Jesús para saber cómo se  comporta un buen Pastor, el Príncipe de los Pastores, y prefieren elegir no hablar del aborto, de la inmigración ilegal, del globalismo, del papel del creyente en la política, de la ideología de género e incluso de la unión libre, desde sus púlpitos, porque eso podría hacer que “sus columnas financieras” dejen de poner sus diezmos al ofenderles el mensaje. ¡Qué falta de carácter y qué amor al dinero al mismo tiempo!

Pero Morena y yo nos hemos enfrentado contra viento y marea a cientos de comentarios y críticas respecto a no esconder todo el consejo de Dios. Decir la verdad ha sido controversial para muchos que sólo querían que les habláramos de la Gracia sin la responsabilidad del creyente y el inminente juicio en el Tribunal de Cristo, pero no estamos ni estaremos dispuestos a hacerlo, porque nuestro compromiso es con Dios, antes que con los hombres.

Recuerdo cuando Morena, se paró por primera vez desde el púlpito a confrontar a la Iglesia respecto a la forma en que votaría por el candidato a la Presidencia de la nación de Colombia, y lo absurdo que es que un creyente crea que puede votar por un candidato con ideología de izquierda, pensando que su voto como ciudadano no debe basarse en su confesión de fe. Ese día varias personas se levantaron furiosas y salieron de la Iglesia porque el mensaje de la verdad, basado 100% en la Escritura, no les agradaba. Pero en lugar de provocar en nosotros, como Pastores, que pensáramos en la cantidad de personas que podrían irse de la Iglesia por hablar todo el consejo de Dios; lo que hicimos fue actuar como Jesús lo hizo, e ir a nuestro círculo interno, a nuestros servidores, líderes y staff y preguntarles si ese mensaje les ofendía, porque si así era, entonces debían ellos también hacerse a un lado de lo que Dios nos había llamado a hacer, como Pastores de Iglesia Palabra Pura. Porque nosotros sólo respondemos por nuestra Iglesia, no por otras Iglesias, donde nos hemos enterado que incluso tienen dentro de sus equipos de alabanza a izquierdistas sólo porque “cantan o tocan muy lindo sus instrumentos”. No, la Iglesia es indestructible desde afuera, pero puede implosionar si no hay Pastores con carácter inquebrantable para defender la verdad y la obediencia a la verdad por encima de lo que agrade a los demás.

Precisamente, al no seguir este principio, el primer rey de Israel, Saúl, experimentó terribles consecuencias. Saúl debía esperar al Profeta Samuel para hacer el sacrificio a Dios, antes de salir a la batalla. Este sacrificio sólo lo podía hacer el Profeta, por lo que lo único que debía hacer el rey Saúl era esperarlo y confiar en que luego Dios lo respaldaría con la victoria ante sus enemigos. Pero Saúl prefirió agradar a los hombres, antes que a Dios, y por eso usurpó el lugar de Samuel:

1 SAMUEL 13:9 (NVI) “Saúl ordenó: «Tráiganme el holocausto y los sacrificios de comunión»; y él mismo ofreció el holocausto”

El Profeta Samuel, viendo la desobediencia del rey de Israel, al que Dios le había ordenado ungir, le reclamó inmediatamente, pero Saúl, con la respuesta que dio, tratando de justificar su desobediencia, reveló que todo lo que había hecho fue producto de poner la opinión de los demás, por encima del mandato de Dios:

1 SAMUEL 13:11-12 (DHH) “Saúl respondió:—Cuando vi que la gente comenzaba a irse, y que tú no llegabas en la fecha indicada, y que los filisteos estaban reunidos en Micmás, pensé que ellos bajarían a atacarme en Guilgal, sin que yo me hubiera encomendado al Señor; por eso me vi en la necesidad de ofrecer yo mismo el holocausto”

El rey Saúl trató de agradar a los demás, por encima de Dios, y ese error le costó su posición como autoridad en Israel:

1 SAMUEL 13:13-14 (DHH) “Samuel le contestó:—¡Lo que has hecho es una locura! Si hubieras obedecido la orden que el Señor te dio, él habría confirmado para siempre tu reinado en Israel. Pero ahora, tu reinado no permanecerá. El Señor buscará un hombre de su agrado y lo nombrará jefe de su pueblo, porque tú has desobedecido la orden que él te dio”

La Palabra nos enseña que todas estas narraciones son para nuestra enseñanza:

ROMANOS 15:4 (NBV) “De hecho, todo lo que fue escrito hace tiempo se escribió para enseñarnos…”

Por eso, podemos saber qué piensa Dios en este momento respecto a todas las aberraciones que estamos viendo en las Iglesias —casando parejas del mismo sexo, aprobando el aborto, la unión libre, el homosexualismo, etc.—, producto de que las autoridades se desenfocaron y empezaron a ajustar el mensaje de la verdad, por uno que agradara a los demás.

Ahora, yo les estoy exponiendo este principio de prioridad desde la responsabilidad que tenemos mi esposa y yo, como Pastores de Iglesia Palabra Pura. Pero la semana que viene les hablaré cómo ustedes también se ven enfrentados a tomar la decisión de a quién agradar, y el gran error que se comete al no tomar la decisión correcta.

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