
El 1% de vida no me limitó; confié en mi Señor
Soy Darnelly Álvarez, miembro de Iglesia Palabra Pura, y quiero compartirles un maravilloso testimonio de sanidad:
A finales del año pasado, tuve un derrame cerebral. Cuando fui ingresada al hospital, los médicos dijeron que solo tenía el 1 % de posibilidad de vivir, y que, incluso si sobrevivía, quedaría postrada en una cama durante toda mi vida debido a las lesiones que había presentado.
Pero tengo un Dios grande, misericordioso y poderoso. Contra todo pronóstico médico, Él me ha sanado, y aquí estoy para contar las maravillas del Señor.
Antes de que me diera el derrame cerebral, yo había participado en la Escuela de Sanidad, donde nos enseñan a pararnos firmes por la sanidad que Jesús ganó para nosotros. Así que, a pesar de todos los diagnósticos negativos, me sentía empoderada en la Palabra de Dios. Por eso, cuando escuchaba a los médicos decir: “diagnóstico reservado”, como podía, manoteaba, y con dificultad para hablar decía: “Yo estoy bien, yo mañana me levanto”.
Sentía la mirada incrédula de los médicos, que se fijaban en mi boca, muy torcida, mientras yo repetía: “Yo estoy bien, yo mañana me levanto”, porque realmente estaba convencida de mi declaración.
A pesar de que llegué a mi casa en silla de ruedas, duré en ella solo dos días, porque tomé la decisión de que no me iba a acostumbrar a esa silla, que iba a poder pararme y caminar. Como podía, me apoyaba en lo que encontraba y trataba de dar pasos. No les niego que sentí un poco de temor al intentar caminar, pero me negaba a quedarme en la silla. Decía: “No, yo no voy a estar acá en esta silla”.
Mi determinación era tal, que cuando me trasladaban a las terapias en silla de ruedas, apenas llegaba al lugar pedía que me ayudaran a ponerme de pie y dar pasos, agarrándome de quienes me acompañaban, porque les aseguraba: “Yo estoy bien”.
Al mes, el médico me dijo que, a pesar de estar fuera del hospital, seguía en alto riesgo, porque aún tenía el coágulo de sangre en la cabeza. Me explicó que, con solo toser o hacer un movimiento brusco, mi vida corría peligro. Pero yo seguí firme en la sanidad que Jesucristo ganó por mí.
Dos meses después, el cerebro empezó a absorber el coágulo de sangre, hasta hacerlo desaparecer. Seis meses después, me hicieron el último examen, en el que se confirmó que estoy ¡completamente sana!
Para la gloria de Dios, la sanidad se manifestó en mí. El neurólogo me dijo que no encuentra explicación de cómo puedo caminar. Pero nosotros sabemos que, aunque los médicos hayan dado un 1 % de posibilidad de vida, en Cristo tenemos un 100 % de certeza de que, si ponemos nuestra confianza en Él, podemos declarar:
“No moriré, sino que viviré y contaré las maravillas de Dios” (Salmos 118:17)
El 1 % de vida no me limitó; confié en mi Señor, y hoy cuento Sus maravillas.
Bendito sea Dios ! 👏👏👏
Gloria a nuestro señor Jesucristo, maravilloso el testimonio que cuenta aca nuestra hna. Bendito sea SR Dios todopoderoso que fue crucificado muerto y sepultado para salvarnos a todos nosotros Amén Amén Amén que tenga muchas bendiciones 😘
Muchas gracias por compartir éste maravilloso testimonio de vida a través de Jesús. A Dios sea la Gloria. Bendiciones