DIOS LO HIZO: NO HALLARON EL TUMOR EN SU GARGANTA

Soy Marylia Calistri, miembro de Iglesia Palabra Pura desde Inglaterra. Hoy quiero compartir con ustedes un testimonio muy especial de sanidad que experimenté:

Todo comenzó aquí en Inglaterra, cuando me hicieron una resonancia en la que detectaron algo en mi garganta. Los médicos veían lo que parecía ser un quiste o un tumor, de aproximadamente 13 milímetros. Aunque creo firmemente en la sanidad divina, no les voy a mentir: sentí miedo.

Es impresionante la batalla en la mente que tenemos que librar ante un diagnóstico, sobre todo cuando uno empieza a buscar información en internet y todo apunta a lo peor: cáncer, operaciones, tratamientos invasivos. Además, justo en ese momento, uno de los constructores que trabajaba en nuestra casa fue diagnosticado con cáncer de garganta y lamentablemente falleció en solo un mes. Eso me impactó profundamente, pero me mantuve firme, sabiendo que no podía dejar de poner mi fe en Dios.

Decidí viajar a España y solicitar una segunda opinión médica. En ese momento sentí un gran respaldo de mi Iglesia Palabra Pura, y lo agradezco profundamente, ya que me enviaron una  hermosa oración en audio declarando mi sanidad, la cual seguí escuchando y repitiendo una y otra vez durante todo este proceso, y se la envié a mis familiares para que ellos también me respaldaran haciendo la misma oración por mi vida. Aún la tengo guardada.

En España me hicieron una tomografía (TAC) y otros estudios. Como segunda opinión, me atendió la hermana de mi cuñado, que es otorrino y especialista precisamente en cánceres de garganta. Me realizaron todos los exámenes posibles: sangre, imágenes, todo.

Y aquí ocurrió lo verdaderamente impactante: cuando llegaron los resultados, ella me miró con sorpresa y me dijo: “Es que no veo nada”. Revisó la resonancia que había traído desde Inglaterra y no entendía a qué se referían los médicos de allá, pero al repetirme todos los estudios en España, ¡simplemente no había nada!

Incluso en Inglaterra me habían dado ya fecha para operarme y extirparme las amígdalas por completo, para enviarlas a biopsia. Pero ella, al ver los resultados, volvió a decirme: “No entiendo qué han visto allá, porque aquí no hay nada”.

Tenía apenas una pequeña bolita que ella misma me retiró y mandó a analizar, por precaución. Pero me aseguró con total convicción que no era nada preocupante. Aun así, como médico responsable —y porque soy familia— quiso estar completamente segura. Pero al final, todo confirmó lo mismo: ¡no había absolutamente nada!

Bendito sea nuestro Señor Jesucristo. ¡Qué grande es Él! A veces es difícil mantenerse firme, porque el enemigo te ataca desde todos lados: pensamientos, sueños, personas, noticias, internet… Todo parece conspirar para hacerte dudar. Pero hay que resistir. Hay que tener fe, fe verdadera, y mantenerse fuerte.

Estoy inmensamente agradecida con todos los que son parte de Iglesia Palabra Pura. Gracias por estar conmigo, por orar, por acompañarme en todo momento. Gracias por ponerse de acuerdo por mi sanidad. Lo que viví fue realmente maravilloso, y por eso siento la necesidad de compartirlo con todos ustedes.

 A Dios sea toda la Gloria. Gracias, Iglesia Palabra Pura, por su apoyo.