Iglesia Palabra Pura
  • 24 octubre, 2025
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SANADA DE ARTROSIS

Mi nombre es Luz Amparo Salazar Cabrera, y quiero compartir mi testimonio con mucha gratitud y alegría.

Llevo aproximadamente un año y medio asistiendo a Iglesia Palabra Pura, y fue en este tiempo que viví una experiencia de sanidad que solo puedo atribuir a la Gracia y el Poder de Dios.

Todo comenzó cuando empecé a sentir un dolor muy fuerte en el hombro. Fui al médico, y después de una radiografía, me diagnosticó artrosis. Me dijo que era una condición con la que tendría que aprender a vivir. Me recetó unas pastillas, pero no solo no me ayudaban, sino que empezaron a afectar mis riñones. Así que decidí dejarlas.

El dolor me impedía hacer cosas tan básicas como tender la ropa o trapear. Y para mí, que soy una persona activa, que no me gusta depender de otras personas, eso fue muy difícil. Mi hijo estaba muy preocupado por mí, al verme así.

En ese tiempo, una hermana de la Iglesia me compartió los audios de Meditaciones y Confesiones de Sanidad que grabó la Pastora Adriana Lemes.  Aunque llevo más de 20 años siendo cristiana, en ese momento empecé a entender de verdad que Jesús no vino a enfermarnos, sino a darnos vida, y vida en abundancia.

Mientras el médico me hablaba del diagnóstico, yo en mi mente decía: “No. Yo no recibo esto. Yo no acepto este diagnóstico”. Sabía de personas con artrosis que terminan con deformidades en las manos, en los pies, en los huesos… y yo decidí creer en la Palabra y no en lo que veía o escuchaba en lo natural.

Seguí escuchando los audios con constancia, apoyándome en la Palabra de Dios. Dejé por completo los medicamentos por convicción personal. Y a los 20 días, el dolor empezó a disminuir. A las cuatro semanas, ya podía tender la ropa sin dificultad, volver a trapear… hacer mis cosas como antes. ¡Fui sanada completamente, para la gloria de Dios!

Mi hijo estaba muy preocupado por mí porque sabe que no me gusta depender de otras personas. Al verme recuperada, no podía creerlo. Mi cuñada también quedó sorprendida. Mi cuñada me decía que no podía creer cómo me había sanado. Y yo le dije: “¡Dios es grande! Escucha los audios con fe, y verás lo que Él puede hacer.”

Este testimonio también marcó un cambio espiritual para mí. Como mencioné, llevaba muchos años siendo cristiana, pero desde que llegué a Palabra Pura, todo ha sido diferente. La manera en que aquí se enseña la Palabra —versículo por versículo, con profundidad, con claridad, con amor— es algo que nunca había experimentado. El Pastor, la Pastora, el equipo… todos son una gran bendición. Es un ministerio verdaderamente hermoso, comprometido con la verdad, con el amor de Dios y con cada miembro.

Estoy muy contenta de ser parte de esta Iglesia. Y aunque al principio me daba un poco de pena dar mi testimonio, hoy sentí que era el momento. No podía guardarme lo que Dios ha hecho conmigo. Hoy puedo decir con certeza: ¡estoy completamente sana! Y todo es para la Gloria de Dios.

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