Iglesia Palabra Pura
  • 21 noviembre, 2022
  • Rafael Lemes
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HECHOS 13:50-52 (RVR) “Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites. Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”

En el Artículo pasado, quedamos en la salida violenta que le dio un grupo de Judíos de Antioquía de Pisidia al Apóstol Pablo y Bernabé, luego de que sintieran celos por las multitudes, tanto de Judíos como de Gentiles, que estaban recibiendo con gozo el mensaje de Salvación. Este acto violento no provocó que los Apóstoles regresaran atemorizados a la Iglesia que los había enviado (Antioquía de Siria), sino que, sacudiendo el polvo de sus pies, continuaron avanzando por la región de Galacia hasta llegar a Iconio, Colonia Romana.

HECHOS 14:1-2 (RVR) “Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos”

El patrón fue el mismo, el Apóstol Pablo y Bernabé se dirigieron a la Sinagoga, pero los Judíos religiosos que no creyeron el mensaje, empezaron a buscar la manera de que otros se sumaran en la persecución a los hombres de Dios. El espíritu religioso siempre se aferrará a la tradición, pese a tener la develación de la verdad disponible. El mismo Jesucristo se enfrentó a este espíritu religioso, diciendo: “invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido… ” (Marcos 7:13 [RVR]). Esto no ha cambiado en la actualidad; por miles de años ha sucedido, y lamentablemente seguirá sucediendo, hasta que Jesucristo venga a poner todo en orden, en Su Reino Milenial.

En Iconio se quedaron por un tiempo hasta que la persecución llegó a tal punto que tuvieron que salir huyendo hacia las ciudades de Listra y Derbe:

HECHOS 14:4-7 (RVR) “Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina, y allí predicaban el evangelio”

Espero que ustedes estén paralelamente leyendo, en sus Biblias, los Capítulos que vamos estudiando, de tal manera que noten los detalles que por tiempo no podemos ver en este estudio.

Antes de continuar viendo la labor que hicieron los Apóstoles en estas dos ciudades, quiero mencionarles un detalle, no menor, de Hechos de los Apóstoles: por años se quiso negar la veracidad de las narraciones de Lucas, acusándolo de dar datos anacrónicos (no correspondientes a la época), como de los nombres de autoridades Romanas, autoridades Judías o de Lugares, pero los informes paralelos de otros eruditos de la época y hallazgos arqueológicos han dejado en vergüenza a aquellos que se atrevían a burlarse de la veracidad de este Libro. Por ejemplo, el hecho de que Lucas mencionara que Listra y Derbe eran ciudades de Licaonia no es un detalle menor; Lucas correctamente está informando que estas ciudades estaban juntas en esta Provincia Romana, situación que tuvo lugar sólo hasta el año 72 d.C., ajustándose completamente al relato de Hechos de los Apóstoles. ¡La Palabra de Dios es la absoluta verdad! El incrédulo siempre será avergonzado por confiar en su necedad.

En Listra ocurre uno de los eventos más impactantes de este primer viaje Misionero:

Luego de que los habitantes de Listra presenciaran la sanidad de un hombre que nunca había caminado (Hechos 14:8), confundieron a los Apóstoles con falsos dioses de la mitología Romana:

HECHOS 14:11-15 (RVR) “Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque este era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay”

Según la mitología Romana, Júpiter era el dios principal del Olimpo, y Mercurio era su hijo, considerado el dios de los viajeros y mensajero del Olimpo. Es por eso que podemos deducir por qué al Apóstol Pablo lo llamaron Mercurio, ya que él fue el que les estuvo hablando en su predicación; y a Bernabé lo llamaron Júpiter porque seguramente pensaban que si el Apóstol Pablo era el “dios” que daba el mensaje, entonces Bernabé era el “dios”  Júpiter que ordenaba el mensaje.

Los habitantes de Listra creían a una leyenda que decía que una vez Júpiter y Mercurio habían descendido a su ciudad disfrazados de mortales, pero que de todos sus habitantes, sólo una pareja de ancianos había sido hospitalaria con ellos, por lo que estos “dioses” habían descargado su ira destruyendo a todos los de Listra, a excepción de la pareja de ancianos. Esto nos permite comprender por qué rápidamente los habitantes de Listra empezaron a rendir culto y adoración a los Apóstoles que creían eran Júpiter y Mercurio. 

Al principio los Apóstoles no entendieron qué estaba sucediendo, pues nos dice la Palabra que las personas de Listra estaban hablando en lengua Licaónica; quizás al principio los Apóstoles pensaron que las personas estaban manifestando felicidad por la sanidad del hombre cojo de nacimiento, pero cuando comprendieron que estaban siendo adorados, aclararon con firmeza el mensaje que portaban como enviados de Dios: “Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay” (Hechos 14:15 [RVR]).

Las personas de Listra estaban tan enceguecidas y empecinadas en la adoración a los falsos “dioses”, que ante la segunda predicación de Pablo reaccionaron de manera violenta, incitados por Judíos de Antioquía de Pisidia e Iconio: 

HECHOS 14:19-20 (RVR) “… y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe”

El Apóstol Pablo fue LAPIDADO por Gentiles y Judíos. Algunos eruditos creen que realmente murió y resucitó, y es aquí donde se cree que él estuvo en el Tercer Cielo:

2 CORINTIOS 12:2-4 (RVR) “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar”

Deben tener en cuenta que no fue una roca la que cayó sobre el cuerpo del Apóstol Pablo; fueron cientos de rocas de hombres enfurecidos las que golpearon cada parte de su cuerpo. El estado tan lamentable en el que quedó el Apóstol Pablo tuvo que ser tan impactante, que lo tiraron como si fuera basura a las afueras de la ciudad, seguramente para que su cuerpo fuera comido por los animales. Pero es todavía más impactante, que un hombre que pase por esta experiencia tan desgarradora se levante al otro día, listo para continuar en la siguiente Ciudad (Derbe), como él lo hizo. ¡Esta escena es digna de admiración! Una demostración de por qué el Apóstol Pablo era el instrumento escogido por Dios para llevar la Palabra a los Gentiles (Hebreos 9:15).

De Listra pasaron a Derbe, y desde ese punto, en vez de seguir hacia Antioquía de Siria por la ruta de Tarso, deciden regresar por las ciudades de Galacia sólo para confirmar la fe de los discípulos que habían formado:

HECHOS 14:21-22 (RVR) “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”

Sólo hay una área de la que Jesucristo no nos libró: de la persecución, y el Apóstol Pablo lo tenía claro. La persecución fue como un aguijón para el costado del Apóstol Pablo (2 Corintios 12:7). Vimos en este viaje cómo constantemente lo persiguieron hasta el punto de lapidarlo. Pero tengan en cuenta que sólo hemos visto el primer viaje Misionero. En los siguientes viajes seguiremos viendo el sufrimiento que soportó el Apóstol Pablo con ese aguijón en su carne (persecución) que quería impedir que el mensaje del Evangelio siguiera avanzando por la tierra.

Por ahora, en este Artículo, terminamos de ver el relato que nos da Lucas sobre este viaje, que nos narra, que después de confirmar la fe de los Discípulos, Pablo y Bernabé predicaron en Perge, bajaron a Atalia, y de allí navegaron hacia la Iglesia que los había comisionado, Antioquía de Siria, para rendir cuentas de su viaje (Hechos 14:22-28).

En el próximo Artículo veremos el segundo viaje Misionero del Apóstol Pablo.

1 comment on “HECHOS DE LOS APÓSTOLES – PARTE 17

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