Iglesia Palabra Pura
  • 29 septiembre, 2023
  • Rafael Lemes
  • 3

En este Artículo, continuaremos estudiando la tercera doctrina básica de Cristo: la Doctrina de Bautismos. Recordemos que en el Nuevo Testamento encontramos vigentes 3 tipos de Bautismos:

  • Bautismo en el Cuerpo de Cristo.
  • Bautismo en Agua.
  • Bautismo en el Espíritu Santo.

Ya vimos el significado y la aplicación del Bautismo en el Cuerpo de Cristo y el Bautismo en Agua, por lo que pasemos a estudiar qué es el Bautismo en el Espíritu Santo.

Jesucristo, antes de Ascender al Tercer Cielo, les pidió a Sus discípulos que se quedaran en Jerusalén (Hechos 1:4) para esperar la Promesa del Padre: El Espíritu Santo en ellos. Los Discípulos ya reconocían la Presencia del Espíritu Santo, pero nunca lo habían experimentado operando y permaneciendo dentro de ellos, hasta el primer Pentecostés después de la cruz, cuando de forma apoteósica se derramó sobre ellos repartiéndoles lenguajes que ellos no conocían:

HECHOS 2:2-4 (RVR) “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”

Fue este evento tan importante el que les dio la señal a los Discípulos de que estaban listos para empezar a testificar; no en sus fuerzas, sino en un poder infinitamente superior, el poder del Espíritu Santo. El Espíritu Santo vino para hacerlos testigos efectivos de las Buenas Nuevas del Evangelio al darles Su Poder:

HECHOS 1:8 (RVR) “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”

Por supuesto, ya no tenemos que ir a buscar el Aposento alto para esperar al Espíritu Santo como los Discípulos, ya que Él ya descendió a la tierra para habitar en todos los creyentes, pero sí podemos pedirle a Jesucristo que nos Bautice con el Espíritu Santo prometido.

Debo dejar claro que todo nacido de nuevo tiene dentro al Espíritu Santo. Pues Él no sólo nos guía, enseña, recuerda y consuela, sino que, además, es nuestra garantía de salvación y herencia eterna en Jesucristo:

EFESIOS 1:13-14 (RVR) “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”

Inmediatamente nacimos de nuevo, con un espíritu perfecto, tal y como Cristo es, el Espíritu Santo entró en nosotros para sellarnos, de la misma forma en como la parafina sella las conservas para que nada entre o salga de ellas, y al mismo tiempo, Su presencia nos asegura que le pertenecemos a Jesucristo, por lo que estará en nosotros para guardarnos hasta nuestro encuentro Glorioso con nuestro Salvador en las nubes.

Pero hay una experiencia diferente y disponible para el nuevo creyente, y es la impartición de poder de la que habló el Señor Jesucristo para testificar hasta lo último de la tierra. Esa impartición está disponible para nosotros si sólo la pedimos a Dios y creemos que la recibimos. Todos, absolutamente todos, los nacidos de nuevo pueden recibir el Bautismo del Espíritu Santo.

Debemos entender la gran importancia que tiene el que seamos Bautizados en el Espíritu Santo. Fue gracias a que Dios Padre ungió con el Espíritu Santo a Jesucristo, que Él pudo hacer la grandiosa obra que llevó a cabo durante Su Ministerio en la tierra:

HECHOS 10:38 (RVR) “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”

El Cristo es Dios eterno, y tiene todo el poder, pero en la tierra, hace más de 2.000 años, habitando entre nosotros en el cuerpo que el Padre le había preparado (Jesús), no usó Su Poder, sino que dependió del poder del Espíritu Santo en Él para ser efectivo en Su Ministerio (Isaías 9:6; Filipenses 2:6–8).

Es por eso que Jesucristo oró para que nosotros recibiéramos esa misma impartición de poder, y el Padre estuvo complacido en aceptar Su petición. ¡Maravillosa y oportuna Gracia! Así que como vemos en el Libro de Hechos, Capítulo 2, a los Discípulos siendo Bautizados y hablando en nuevas lenguas (como evidencia del Bautismo del Espíritu Santo), en otros capítulos del mismo Libro encontraremos ejemplos de más creyentes que pudieron recibir esta magnífica impartición con la señal de hablar en nuevas lenguas (Hechos 8:14-20; Hechos 9:17; Hechos 10:44-46; Hechos 19:1-6).

En este artículo no voy a hablar de la señal de hablar en lenguas que se manifiesta en este Bautismo, ya que no quiero salirme del tema principal de esta doctrina, pero espero en un futuro hablarles al respecto.

Ahora quiero aclararles, que, aunque menciono en la lista de doctrinas de Bautismos, el Bautismo en el Espíritu Santo al final, no significa que este se pueda dar sólo después del Bautismo en agua; lo que sí es cierto, es que no se puede dar si no se tiene el primero, es decir, si no se es nacido de nuevo y sumergido dentro del Cuerpo de Cristo. Pero podemos encontrar en la Palabra, un caso donde personas primero fueron Bautizadas en el Espíritu Santo y luego fueron Bautizados en agua:

HECHOS 10:44-48 (RVR) “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús…”

El Apóstol Pedro le testificó a Cornelio, sus familiares y amigos, de Jesucristo y Su obra maravillosa que extiende salvación por Gracia. Estas personas estaban impactadas por el Evangelio y nacieron de nuevo, pero no sólo eso, sino que, sin aún pasar por las aguas, estuvieron listos para tomar lo que por Gracia estaba disponible también para ellos: el Bautismo en el Espíritu Santo, y ¡Boom! Vino sobre ellos esa impartición de poder con la señal de hablar en nuevas lenguas. Noten que no se habían bautizado en agua, y por supuesto sí eran nacidos de nuevo, por lo que luego el Apóstol Pedro dijo: “¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?”. Así que queda claro que el orden del Bautismo en agua y el Bautismo en el Espíritu Santo no tienen un patrón estricto respecto al tiempo, puede ser uno antes y otro después, e incluso los dos al tiempo, como algunas personas nacidas de nuevo lo han testificado.

Por supuesto, este es un tema muy apasionante del que podríamos sacar muchos más detalles, pero considero que he dado suficiente material para la comprensión de esta tercera doctrina. Así que en el siguiente Artículo veremos la cuarta doctrina Básica de Cristo: La Imposición de Manos.

3 comments on “LAS 6 DOCTRINAS BÁSICAS DE CRISTO – PARTE 5

  1. Que interesante el profundizar en este pasaje de la Escritura , excelente enseñanza pastor Rafael . Muchas bendiciones por seguir edificando nuestras vidas con estas enseñanzas…me parecen fabulosas.Gloria a Dios

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