¿Sabían que si sólo le predican a alguien que Dios lo ama y quiere salvarlo, están predicando el mensaje incompleto, y esa persona no está lista para hacer la oración de fe? Quizás están sorprendidos por lo que acabo de preguntarles, por eso déjenme les explico por qué.

Aclaro que hablar del amor de Dios sí es importante en nuestra predicación del Evangelio, porque el amor de Dios revela la motivación por la que Dios trajo la salvación a la humanidad, pero debemos entender que el sólo hecho de que Dios nos amara no era suficiente para ser salvos. Por eso Juan 3:16 nos dice que el amor de Dios hizo algo.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (RVR).

¿Lo ven? Dios hizo algo por amor a la humanidad. Dios envió a Su Hijo. Si sólo Dios nos amara, pero nunca hubiera hecho lo que hizo a través de Su Hijo Jesucristo aún estaríamos sumergidos todos en nuestros delitos y pecados. Es más, si lo piensan bien, desde Génesis vemos que Dios no dejó de amar a Adán y Eva cuando ellos cayeron en el Edén, sin embargo, ellos habían caído en condenación a pesar de que Dios los siguiera amando.

Ahora, Juan 3:16 dice que aquel crea en el Hijo de Dios no se perderá, sino que tendrá vida eterna. ¿Pero a qué se refiere con creer en el Hijo de Dios? ¿Creer que el Hijo de Dios existe y que nos ama? No, la Palabra nos dice que incluso los demonios tiemblan al creer en la existencia de Dios (Santiago 2:19). ¿Entonces a qué se refiere? Se refiere a lo que Jesucristo padeció en la cruz en nuestro lugar.

Nunca podemos omitir el mensaje de la cruz, allí se encuentra el poder de Dios para salvación:

1 CORINTIOS 1:18 (NVI) “Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios”

La cruz tiene poder porque revela la justicia de Dios que trajo salvación a la humanidad. La cruz justifica a aquel que sabe que necesita a un Redentor. La cruz fue el justo pago por toda la humanidad pecadora. Fue la obra de la cruz la que finalmente frenó el sistema de sacrificios, porque el Justo Jesucristo pagó con su vida por todos los injustos que estábamos condenados a la muerte eterna.

Por lo tanto, a aquel que sólo se le predique el amor de Dios, quitándole el mensaje de la cruz, para que se reconozca como un pecador que necesita a un salvador, no podrá valorar la Gracia por fe y recibir el nuevo nacimiento prometido. Es por eso que Romanos 10:8-9 nos dice:

“Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (RVR).

¿Lo ven? Aquí no está diciendo que alguien será salvo sólo porque crea que Dios lo ama, ni  porque crea que existe, sino porque cree y confiesa la obra de Jesucristo en la cruz. Es momento de evaluar cómo estamos predicando el Evangelio.

Desde hace varios años hacia acá, el mensaje de la cruz se ha dejado de lado en muchas Iglesias. Sólo se están haciendo llamados en muchos lugares diciendo: “Dios te ama, Él quiere restaurarte, Él quiere Bendecirte, Él tiene todo lo que necesitas”. Y aunque el mensaje de forma superficial se escucha bonito y poético, la verdad es que sin la predicación de la cruz, carece de poder para salvar y transformar vidas.

Si volvemos a la simplicidad de la Palabra, sólo basta con ir y buscar el mensaje de los Apóstoles en la Iglesia Primitiva, siempre el mensaje se trataba de Jesucristo pagando el precio de nuestros pecados en nuestro lugar, y por esa gloriosa obra siendo resucitado. Sólo por ejercicio, vayan desde el Capítulo 2 de Hechos y busquen predicaciones del Evangelio, y encontrarán que siempre los Apóstoles se aseguraban de mencionar que Jesús murió sin merecerlo en la cruz, para llevarlos al arrepentimiento.

Es más, veamos el ejemplo de un hombre que amaba a Dios, el Italiano Cornelio. La Palabra nos dice que él era un hombre devoto a Dios y que hacía muchas ofrendas a la nación de Israel. Sin embargo, él no era salvo porque no había escuchado el Evangelio completo, por lo que Dios le dio la instrucción, a través de un Ángel, de llamar al Apóstol Pedro para que le predicara el mensaje. Así que el Apóstol Pedro no empezó a decirles “Dios los ama y los acepta, sólo crean que Él existe y los ama”. No, Pedro no omitió el poder de la predicación de la cruz, él dijo:

HECHOS 10:36,39-40 (NTV) “Este es el mensaje de la Buena Noticia para el pueblo de Israel: que hay paz con Dios por medio de Jesucristo, quien es Señor de todo… Lo mataron, colgándolo en una cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día…”

¿Por qué es tan importante predicar la cruz? Porque Dios sólo pudo salvarnos al hacer justicia, así que Su amor fue tan grande por nosotros, que para que Él no tuviera que hacer justicia sobre nosotros directamente y mandarnos eternamente para el infierno y luego al lago de fuego, envió a Su Hijo, Jesucristo, a ubicarse en nuestro lugar y recibir nuestro castigo. Fue ese acto tan glorioso el que nos dio legalmente justificación. Si alguien no entiende que Dios no nos perdonó sólo con base en Su amor, sino que el amor fue Su motivación, pero que Su perdón vino con base en Su Justicia, no valorará la Gracia, y por lo tanto, no se reconocerá como un pecador que necesita ser Salvo.

Romanos 2:4 nos dice que es la bondad de Dios la que nos guía al arrepentimiento, por lo que es importante identificar que esa bondad de Dios se revela en la cruz, para que al ver esa bondad inmerecida, todo hombre caiga rendido en arrepentimiento a los pies de Jesús, y le pueda recibir genuinamente en su corazón, y se produzca realmente un nuevo nacimiento.

Así que nunca más se apresuren a hacerle repetir a alguien la oración de fe sin predicarle primero por qué puede ser salvo, sin primero hablarle de Jesús en la cruz muriendo por sus pecados y resucitado por el perdón efectivo de Su Sangre. Predíquenle primero la cruz, para que valore la Gracia.