SEGÚN 1 CORINTIOS 6:9-11, ¿LA SALVACIÓN SE PUEDE PERDER? (PARTE A)

Hace unos días, una seguidora del Ministerio, que viene escuchando nuestros Audios, nos contactó para preguntarnos respecto a perder la salvación. Su pregunta la sustentó en un audio de casi 4 minutos, por lo que he sintetizado la pregunta de esta manera:

¿1 Corintios 6:9-11 es prueba, de que a pesar de que Jesús nos ofreció el perdón de nuestros pecados, si un cristiano muere, o sucede el arrebatamiento de la Iglesia, habiendo pecado, pierde su salvación, ya que no heredará el Reino de Dios?

Así que antes de empezar con la respuesta, veamos qué dice 1 Corintios 6:9-11 (RVR):

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”

Lo primero que puedo notar en la pregunta y la relación que hace con el pasaje, es que hay desconocimiento de varios conceptos considerados doctrina básica, como lo son:

-Qué significa Redención Eterna.

-Quiénes heredan el Reino de Dios.

-A quiénes Dios llama pecadores.

-Qué relación tiene un cristiano con el pecado una vez nace de nuevo.

-Qué pasa con una persona que dice haber hecho la oración de fe, pero persiste deliberadamente en pecar.

Por lo que en el mismo orden, vamos a ampliar estos puntos, para así llegar a la comprensión de a qué se refería el Apóstol Pablo, autor de 1 Corintios, cuando escribió este pasaje a los cristianos que se congregaban en Corinto (Ciudad de Grecia). Creo que me va a tomar por lo menos dos artículos para que veamos una respuesta amplia sobre este tema tan importante, así que espero que sigan esta Serie en orden, porque la idea es que la explicación les dé todas las piezas que necesitan para aclarar estos conceptos sobre doctrina básica, y no les quede vacíos que les traiga condenación o engaño.

QUÉ SIGNIFICA REDENCIÓN ETERNA:

COLOSENSES 1:14 (RVR) “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”

Redención es un término legal que básicamente significa dar un pago completo para otorgar libertad al que se le imputa el término de redimido. Eso fue lo que precisamente hizo Jesucristo por nosotros. Todos nosotros estábamos sumergidos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:5), condenados a pagar por nuestros pecados delante de Dios, y la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23). Toda la humanidad estaba condenada a estar separada eternamente de Dios; hasta que apareció nuestro Redentor, Jesucristo, que pagó con Su Sangre nuestra deuda (Efesios 1:7). En el Antiguo Testamento, aunque año tras año, el Sumo Sacerdote entraba en el Tabernáculo terrenal para presentar sangre de animales sacrificados, esta no era suficiente para redimir a ningún ser humano, por lo que estos sacrificios debían continuar, para mostrarle al ser humano la insuficiencia de sus obras sin un sacrificio perfecto. Pero cuando Jesucristo ocupó nuestro lugar, siendo reconocido como Aquel que cargaba nuestra maldición en la cruz, derramó toda Su Sangre, pagando el precio por nuestra libertad. Jesucristo, nuestro Gran Sumo Sacerdote, presentó Su propia Sangre en el Tabernáculo Celestial, y Su Sangre frenó el sistema de sacrificios de animales, porque obtuvo Redención Eterna, es decir, pago eterno, libertad eterna. Jesucristo no pagó por Él mismo, pues Él, aunque fue tentado en todo, nunca pecó, no tenía ninguna deuda con el Padre, Él fue voluntariamente nuestro sustituto y nos otorgó libertad Eterna.

HEBREOS 9:12 (RVC) “y no por medio de la sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por medio de su propia sangre. Entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo, y así obtuvo para nosotros la redención eterna”

Así que, cuando un ser humano recibe a Jesucristo como Señor y Salvador, y pone su confianza completamente en el poder del perdón que otorga la Sangre de Jesús, no sólo es quitada la deuda delante de Dios y otorgada la libertad del reino de las tinieblas parcialmente, sino como lo dice Hebreos Eternamente, porque es una Redención Eterna, no temporal. Por lo tanto, Redención Eterna significa que Jesús otorga perdón de pecados pasados, presentes e incluso futuros.

QUIÉNES HEREDAN EL REINO DE DIOS:

HEBREOS 9:15 (RVR) “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”

Nadie, absolutamente nadie, puede ganar su salvación, es imposible que nuestras muy buenas obras humanas puedan darnos entrada el Reino de Dios. Para la humanidad no había entrada, incluso, aquellos santos del Antiguo Testamento, no tenían entrada al Reino Celestial antes de que Jesucristo fuera a la cruz, aquellos que tenían puesta su fe en Dios, recibían la salvación en crédito, y cuando morían iban a un lugar llamado Seno de Abraham, esperando a que el Redentor les abriera el camino al Trono de la Gracia. El Reino de Dios no se gana; se HEREDA, es decir, se recibe como un regalo. El Hijo de Dios, con Su Sangre, no sólo pagó por nuestra deuda, sino que abrió un camino para nosotros al Padre, al hacernos hijos de Dios, por medio de la adopción (Efesios 1:5), y al ser hijos de Dios, fuimos hechos herederos del Reino de Dios. Ninguno de nosotros, los creyentes, nos hemos ganado un poco del Reino y sus beneficios, todo lo hemos heredado por medio de, y únicamente por, Cristo y Su obra perfecta.

Por lo tanto, es importante aclarar que ningún ser humano que no haya reconocido a Jesucristo, como Señor y Salvador de su vida, por más buenas obras que haga o haya hecho en la tierra, es o será heredero del Reino de Dios; es imposible, porque la única forma de heredar el Reino de Dios es a través de Jesucristo, no hay otro camino (Juan 14:6).

A QUIÉNES DIOS LLAMA PECADORES:

ROMANOS 5:19 (RVR) “Porque así como por la desobediencia de un hombre (PRIMER ADÁN) los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno (JESUCRISTO, ÚLTIMO ADÁN), los muchos serán constituidos justos” (el énfasis es mío)

Todos éramos pecadores, no sólo por pecar, sino porque veníamos del primer Adán, y cuando Adán cayó, todos caímos, todos nacimos pecadores, por lo tanto, nuestras obras, siempre iban inclinadas y filtradas por el pecado. Ninguno de nosotros podía decir: “Yo no soy pecador”, porque por muchos o pocos pecados que hayamos cometido, nuestra naturaleza era totalmente de pecado, y apartados de Dios, es decir, todos estábamos alejados de Dios a causa de que éramos pecadores. Por lo que a menos de que un ser humano sin Cristo se identifique como un pecador con la necesidad de un Salvador, no está listo para recibir la Salvación por Gracia, y seguirá siendo visto por Dios como pecador.

Sin embargo, cuando reconocimos que éramos pecadores y necesitábamos la Salvación que Jesucristo nos ofrece, fuimos declarados eternamente justos delante de Dios (2 Corintios 5:21), y nuestra naturaleza de pecado fue sepultada para resucitarnos en una nueva naturaleza de justicia (Romanos 6:4). Ahora los creyentes NO somos pecadores, no nos podemos llamar así, desconociendo lo que nuestro Redentor Jesucristo hizo, ahora somos los redimidos, los justos, los santos de Dios sólo por la Gracia, por el favor inmerecido de Dios; sin embargo, no significa, que la declaración e imputación, de que somos justicia de Dios en Cristo Jesús, sea una licencia para pecar, ¡de ninguna manera!

Seguiré explicando sobre este tema, siguiendo los puntos que estamos viendo, en el próximo artículo, para así llegar a la comprensión de si 1 Corintios 6:9-11 es una confirmación de que la salvación sí se pierde.