Iglesia Palabra Pura
  • 1 marzo, 2024
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SEGÚN 1 CORINTIOS 6:9-11, ¿LA SALVACIÓN SE PUEDE PERDER? (PARTE B)

La semana pasada, inicié la explicación de varios puntos importantes a tener en cuenta para llegar a la comprensión del pasaje que encontramos en 1 Corintios 6:9-11, y así poder dar una respuesta sobre si la salvación se puede perder. Los puntos que hemos visto son:

-Qué significa Redención Eterna.

-Quiénes heredan el Reino de Dios.

-A quiénes Dios llama pecadores.

Continuemos viendo otros puntos importantes sobre doctrina básica:

QUÉ RELACIÓN TIENE UN CRISTIANO CON EL PECADO UNA VEZ NACE DE NUEVO:

Quizás muchas personas se preguntarán: si entonces un nacido de nuevo no puede ser llamado un pecador, ¿cuando hace algo contrario a la Palabra no está pecando? ¿Y ya no importa, porque igual es salvo? Estas son muy buenas preguntas, y el Apóstol Pablo también tuvo que contestarlas:

ROMANOS 6:1-2,12 (RVR) “Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?… No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”

Si leen todo el Capítulo 6 de Romanos, el Apóstol Pablo aclara que a pesar de que a un nacido de nuevo se le fue dada la salvación por Gracia, si no renueva su mente a la verdad de la Palabra, el pecado se aprovechará de su ignorancia y sus deseos carnales no sometidos, para hacerle creer que aún tiene que obedecerle, y terminará pecando.

Deben tener en cuenta de que aunque el creyente ya no tiene una naturaleza de pecado, sino de justicia (2 Corintios 5:21), no ha perdido la capacidad de pecar. ¿Por qué? Porque aunque su espíritu es perfecto (1 Juan 4:17), su alma y cuerpo aún no lo son, y es allí donde tiene el creyente la responsabilidad de trabajar en renovar su mente por medio de la Palabra, para que cambie su manera de pensar, se identifique con su realidad en Cristo, y el fruto sea la santificación con su cuerpo (Romanos 12:2), negándose a la seducción del pecado. No obstante, este cambio en su comportamiento hacia la perfección no va a ocurrir instantáneamente, sino progresivamente, directamente proporcional a como su mente es renovada.

1 JUAN 2:1 (RVR) “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”

Sin embargo, no significa que el pecado deba normalizarse; está mal y es una puerta de entrada para muchas malas consecuencias, pero un verdadero creyente no disfruta el pecado, sino que cuando peca, siente lo que la Palabra de Dios llama “la tristeza que es según Dios” (2 Corintios 7:10), que es una convicción que pone el Espíritu Santo sobre el creyente de que el pecado que ha cometido está mal y debe arrepentirse inmediatamente, y es allí donde se acude al perdón que ya fue otorgado por la Sangre de Jesucristo, para dar un giro de 180 grados hacia lo que es correcto, sin una conciencia de pecado, de que esa acción pecaminosa le quitó la salvación y posición como hijo de Dios.

QUÉ PASA CON UNA PERSONA QUE DICE HABER HECHO LA ORACIÓN DE FE, PERO PERSISTE DELIBERADAMENTE EN PECAR:

ROMANOS 10:9-10 (RVR)“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación

Muchas veces algunos cristianos que ven que otras personas repiten la oración de fe, y pasa el tiempo y no ven señales de arrepentimiento ni de intención de cambio, sino que antes ven que esas personas promueven su vida pecaminosa como normal, dicen: “Esa persona va a perder su salvación”, o “Esa persona perdió su salvación”, pero no es cierto, en realidad esa persona nunca perdió nada ni está a punto de perderla, porque es que nunca la tuvo, nunca fue salva. Esa persona nunca nació de nuevo, sólo repitió palabras que nunca creyó sinceramente en su corazón. No es sólo la confesión de que Jesús es el Señor la que hace que una persona nazca de nuevo, en realidad, es la confesión que sale desde un corazón arrepentido, convencido de que sólo en Jesucristo hay salvación. Por lo tanto, pedirle a alguien que realmente no nació de nuevo, que deje de pecar, es imposible, ¿pues qué es normal que un pecador haga? Que peque, pues esa es su naturaleza caída.

Ahora, ese punto está claro, vayamos, entonces, a aquellos que sí son nacidos de nuevo, pero de repente, en una parte del camino, caen en situaciones vergonzosas y persisten en ello. El Apóstol Pablo precisamente tuvo que lidiar con un caso así en Corinto; un hombre creyente que estaba teniendo actos inmorales con su madrastra, persistía en ese pecado. Este hombre no quería arrepentirse, y los demás congregantes de Corinto estaban tolerando esa actitud, por lo que el Apóstol los reprendió fuertemente y levantó juicio sobre este caso específico:

1 CORINTIOS 5:1-5 (RVR) “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”

Este hombre era un redimido que estaba en desobediencia y no procedía a arrepentirse de ese pecado de inmoralidad, por lo que, el Apóstol Pablo ordena que lo saquen de la Iglesia, para que ya no disfrute de la protección espiritual que hay en la Iglesia, y experimente las consecuencias de su pecado, con el propósito de que entre en sí. Y esto fue lo que precisamente ocurrió, el castigo por parte de la Iglesia dio fruto, y luego, de ser sacado, por tener un comportamiento contrario al de los creyentes, no persistió más en el pecado, por lo que, en 2 Corintios 2:7 el Apóstol le pide a la congregación que lo reciba de nuevo.

No es que este hombre del que habla Pablo había perdido su salvación y la recuperó, lo que sucede comúnmente con estos cristianos que entran en esta rebeldía, es que, por no renovar sus mentes a la Palabra, se dejan engañar, y seducidos por sus deseos carnales violan sus conciencias una y otra vez, negándose a escuchar el sentir del Espíritu Santo que los está guiando al arrepentimiento, por lo que necesitan esa disciplina, pero esta no se aplica inmediatamente, sino luego de que se les ha amonestado una y otra vez y persisten en su conducta.

Hago la aclaración, de que esta disciplina, es sólo para aquellos creyentes que en algún punto de su caminar, defienden sus prácticas incorrectas como correctas; no aplica para aquellos hermanos que genuinamente quieren renunciar a adicciones y ataduras de pecado, y a medida que van renovando su mente se van santificando en sus acciones, incluso, cuando en el proceso tengan recaídas; esta disciplina de la que habló Pablo, no aplica para esos casos, donde lo que se necesita es, por el contrario, el apoyo de la congregación para animar al creyente a que se reconozca en la verdad de la Escritura.

Creo que estos dos artículos, el de la semana pasada y este, nos han dejado unas sólidas bases sobre las cuales puedo dar la explicación final de a qué entonces se refiere 1 Corintios 6:9-11, y si podría ser usado este pasaje como un sustento de que la salvación sí se puede perder.

2 comments on “PREGUNTAS FRECUENTES (PARTE 4)

  1. Muchísimas gracias pastor Rafael
    maravillosa enseñanza me gustaría que explicara en otro capitulo .
    “Mantengamos firme, sin fluctuar la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”
    Hechos 10:23″
    porque la salvación no se pierde al pecar
    más si al renunciar a ella siendo un cristiano maduro que rechaza la fe algo que no es fácil. hebreos 6:4-6.
    según estos versículos no se pierde la salvación por pecar ya que estando en esta carne a esp estamos expuestos para esto renovamos nuestra mente y si hay arrepentimiento abogado tenemos para con Dios
    y se pierde porque renunciamos a ella por endurecimiento del corazón ya que el pecado trae estas consecuencias, esto en un cristiano maduro que conoció el espíritu santo .
    gracias y bendiciones

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