Iglesia Palabra Pura
  • 7 junio, 2024
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“Todo el plan sucio que Satanás tenía contra mí, fue derribado”

Mi nombre es Eliana Palacios, soy servidora de Iglesia Palabra Pura, y quiero compartirles un testimonio:

El día 26 de Abril, terminé mi jornada laboral un poco más temprano, a las 3:30 p.m. (Hora Colombia), ya que soy docente en un Colegio (de Pereira), y ese día teníamos jornada pedagógica.

Cuando iba en la mitad del viaducto que conecta Pereira con Dosquebradas, empecé a percibir que venían unas imágenes a mi mente de un accidente donde yo estaba involucrada. No entendía por qué estaba viendo esto, pero yo empecé a repetir: “Ángeles como un escudo protector a mi alrededor”. Porque recordé la oración que hace nuestro Pastor Rafael Lemes al final de cada Servicio, pidiendo al Padre que Ángeles sean enviados y puestos como un escudo a nuestro alrededor.

Al paso de más o menos cinco metros más de ver estas imágenes y declarar “Ángeles como un escudo protector a mi alrededor”, me ocurrió lo que había visto: un señor impactó con su vehículo la parte de atrás de la moto en la que iba manejando; lo cual provocó que saliera disparada de la moto, y volara varios metros, hasta caer sobre la vía.

La vía sobre la que caí es de alto tránsito, y yo caí sobre la mitad de esta. Atrás de mí venía un carro a alta velocidad que logró frenar, por poco sobre mí. La señora que logró frenar en su carro se bajó de él muy asustada, y yo me encontraba muy aturdida por el golpe. Recibí un golpe muy fuerte en mi cara, en mi brazo derecho y en mi pierna derecha, y no era capaz de moverme.

Muchas personas, asustadas, se lanzaron sobre mí, incluyendo el señor que me atropelló y la señora que casi me pasa su carro por encima. Yo escuchaba que gritaban: “¡La matamos, la matamos!”, pero gracias a Dios yo pude reaccionar y decirles: “Tranquilos, todo está bien”. Además, les pedí que por favor llamaran a una ambulancia, ya que no me sentía en condiciones de ponerme de pie.  

Cuando la ambulancia llegó, me subieron a ella. El señor que me atropelló estuvo muy pendiente de mí (él guardó mi moto en un lugar, y se fue detrás de mí en el carro que me atropelló).  

En la clínica, me hicieron tres radiografías (en mi mano, en mi cara y en mi rodilla), y me indicaron que los resultados evidenciaban una fractura en mi rodilla, una fisura bastante grande en el hueso. Aunque me indicaban que la fractura era muy delicada, esperaban que por mi edad el hueso soldara al estar totalmente inmovilizada, por lo que me prohibieron pararme de mi cama y me ordenaron estar durante un mes, todo el tiempo, con un aparato que me pusieron.

Cuando escuché todas estas indicaciones en la clínica, me sentí desconcertada, ya que precisamente hace un mes había recibido la manifestación de la respuesta del Señor respecto a la petición que le hice de tener una oportunidad de trabajar en un mejor lugar, por lo que cómo era posible que el enemigo quisiera robarme lo que Dios me había dado.

Soy una persona muy activa, pero tuve que ser trasladada a mi casa para guardar las indicaciones médicas de completo reposo. Cuando llegué a casa, mi hijo se acercó a saludarme, y me dijo: “Mamá, recuerda este milagro que Dios ya hizo en tu vida…”. Mi hijo es una persona con una mente muy brillante, él todo el tiempo me está recordando lo mucho que Dios ha hecho por nosotros, como por ejemplo, que hace unos años, un señor que laboraba para mi esposo perdió el equilibrio desde un cuarto piso y cayó desde una altura de más o menos 10 metros.

Asombrosamente el señor no perdió la vida con la caída, pero su columna se fracturó en dos pedazos, con una alta posibilidad de quedar parapléjico. Ya que era nuestro trabajador, debíamos asumir sus gastos médicos, pero no teníamos cómo pagarlos, por lo que estábamos muy asustados.

En este tiempo, aunque yo no tenía el suficiente conocimiento de la Palabra, me arrodillé junto a mi niño, que tendría sobre 3 o 4 años de edad, en su habitación, y le pedimos a Dios que, por favor, fuera esa noche y sanara la columna de ese señor, que hiciera un milagro creativo y cambiara esa columna por una nueva.

Lo que sucedió fue que al otro día de que los dos oráramos, antes de la cirugía del trabajador, el doctor que lo iba a operar pidió que le repitieran la radiografía, porque necesitaba ver algo más. Y ¡Milagrosamente la radiografía mostraba una columna perfecta!

El neurólogo no podía creer lo que veía, no le hallaba lógica ver una columna perfecta de la noche a la mañana, así que pidió repetir la radiografía 21 veces más, hasta darse por vencido, de que este hombre ya no necesitaba una cirugía porque se encontraba en perfectas condiciones. Así que el doctor le pidió al maestro de construcción que se parara de la camilla donde lo tenían, y el señor se paró y salió por sus propios medios caminando de la clínica.

Ese milagro impactó de una manera muy impresionante nuestras vidas, y por eso mi hijo me recordó ese milagro, y me dijo: “Mamá, tú tienes mucha fe para creer en milagros para las demás personas, pero no para tu vida, así como oraste por la vida de ese señor, ora asimismo por tu vida”. Y eso hice inmediatamente. Pedí que me trajeran una mesa y la pusieran al lado de mi cama con el Aceite de la Unción, la Santa Cena y la Palabra del Señor, recordando para aplicar los Principios que he aprendido de la Palabra, que me han enseñado mis Pastores Rafael y Adriana Lemes, y me aferré al siguiente versículo:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” (Romanos 8:28, RVR).

Entonces, en medio de la tristeza y angustia que sentía, yo me aferré a ese versículo, y le dije a Dios: “Señor, yo te amo con todas mis fuerzas. No sé si te lo he demostrado lo suficiente, pero Tú sabes lo importante que eres para mí. Y yo sé, Señor, que Tú también me amas, y Tú no vas a permitir que este evento sucio, que este plan orquestado de Satanás para mí, se vaya a salir él con la suya; esto Tú lo vas a usar como testimonio, y va a ser para mi bien”.  Y luego empecé a ungirme con el Aceite de la Unción y a participar cada día de la Santa Cena.

A los tres días, yo ya no me aguantaba el aparato que me pusieron en el pie, porque sentía mucha presión y dolor, así que me lo empecé a quitar. Al octavo día, después del accidente, yo no aguanté más, y pedí una cita con ortopedia para que me hicieran una nueva radiografía, porque yo no recibí el diagnóstico que me dieron, yo no aceptaba que en mi pie había una fractura.

Mientras lloraba oré al Señor con mucho más conocimiento de la Palabra, gracias a todo lo que he aprendido en Iglesia Palabra Pura, y Bendito sea el Señor, que ese viernes, ocho días después del accidente, el ortopedista vio la nueva radiografía, y me dijo: “Señora, usted no tiene nada en su rodilla. ¡Qué pena! O sea, ¿quién le dio a usted el diagnóstico de que tenía una fractura?”. Entonces yo le dije: “Pues mire el historial de las radiografías en donde sale una fractura y ahora ya no hay nada”. Y él, desconcertado, no sabía ni qué decir: “Mmm, ¡qué pena! Nos equivocamos”.

Luego, el médico me pidió que me quitara el aparato de la rodilla y dejara a un lado las muletas para caminar. Así que lo hice, y aunque con mucha dificultad debido al golpe y los morados que tenía en mis pies, logré caminar ¡porque el Señor Dios Todopoderoso me sanó! El Señor curó mi pierna, sanó mi hueso, y no permitió que pasara por una cirugía.

Este testimonio lo quiero compartir porque el Señor es Bueno, maravillosamente Bueno. Y a veces no entendemos qué está pasando en el mundo espiritual. Esos días que estuve inmovilizada, pensaba en cuántas cosas el Señor me ha guardado, porque a veces nosotros creemos que el mundo es esto que vemos solamente, pero no vemos más allá de ese mundo espiritual que he aprendido de parte de mis Pastores, Rafael y Adriana, en donde nos enseña esa batalla impresionante que se juega en el mundo espiritual.

Así que gracias a Dios por el conocimiento que hoy por hoy tengo de la Palabra. Gracias al Señor que me libró de una cirugía, y más grande aún, me libró de la muerte, al ordenar a Sus Ángeles parar el carro que iba a alta velocidad a punto de pasarme por encima. Todo el plan sucio que Satanás tenía contra mí, fue derribado.

Además, quiero contarles que a pesar de que llevaba sólo un mes trabajando, en periodo de prueba, porque ni he firmado el contrato, Dios me dio Gracia y no fui despedida. Mi jefe,  aunque asombrada por lo que le narré, decidió conseguirme un reemplazo y esperarme. El Lunes 27 de Mayo retomé mi trabajo.

Ya estoy totalmente recuperada de mi brazo, mi rostro está perfecto y sin ningún golpe interno. Simplemente fue un morado en mi cara muy grande. Pero el Señor guardó cada hueso de mi cráneo, cada hueso de mi brazo y de mi pierna, porque Dios es Bueno y a los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan para bien.

Estoy muy agradecida con mi Señor, con mi Iglesia, con mis Pastores y con todos los que hacen parte activa de Iglesia Palabra Pura. Toda la Honra y la Gloria sea para el Señor.

8 comments on “TESTIMONIOS

  1. Para el que cree en el Señor Jesucristo todo es posible,gloria a Dios por la vida de mi hermana.Yo también Creo y declaro sanidad en mi cuerpo y que ya en el nombre de Jesús estoy libre de Cáncer de Colon Amén .

  2. Para el que cree en el Señor Jesucristo todo es posible,gloria a Dios por la vida de mi hermana.Yo también Creo y declaro sanidad en mi cuerpo y que ya en el nombre de Jesús estoy libre de Cáncer de Colon Amén .

  3. Eliana ese es tu DIos y mi Dios, bendito se el Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo que no nos bendice y nos cuida desde el anochecer hasta el amanecer. Que la Honrra y la Gloria sean para El. Señor te don gracia por la vida de tu hija Eliana.

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