Iglesia Palabra Pura
  • 15 septiembre, 2025
  • Rafael Lemes
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Continuamos con nuestra serie “Del Libro de los Hechos a las Cartas”. En esta Parte 12 nos detenemos en uno de los momentos más intensos del Ministerio del Apóstol Pablo: sus tres años en Éfeso (Hechos 20:31), el conflicto con el culto a Diana, y el trasfondo de las Cartas a los Corintios.

El libro de los Hechos nos narra cómo Pablo predicó con poder en Éfeso. Allí “todos los que habitaban en Asia, Judíos y Griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús” (Hechos 19:10). Muchos se convirtieron, e incluso los que practicaban la magia quemaron públicamente sus libros:

HECHOS 19:19-20 (RVR) “Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor”

Pero la predicación también tocó intereses económicos. Los artesanos que fabricaban templos y estatuillas de la diosa Diana (Artemisa) vieron su negocio en peligro, y un platero llamado Demetrio levantó una revuelta contra Pablo. La ciudad entera se agitó, llenando el teatro con unas 24.000 personas, que durante dos horas gritaron: “¡Grande es Diana de los efesios!

HECHOS 19:23-31, 34  (RVR) “Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero. Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro… todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!”

Pero ni siquiera esta gran amenaza logró frenar al Apóstol Pablo. Él continuó predicando de Jesucristo y afirmando la fe de los creyentes.

Sin embargo, no solo con los incrédulos experimentaba problemas; con los creyentes enfrentaba también graves problemas de los que tuvo que encargarse con urgencia, como los que presentaba la Iglesia de Corintio:

  • Divisiones y rivalidades Yo soy de Pablo, y yo de Apolos…” (1 Corintios 1:12).
  • Inmoralidad tolerada (1 Corintios 5:1).
  • Pleitos entre creyentes llevados a tribunales (1 Corintios 6:1).
  • Desorden en el culto, especialmente en el uso de los dones espirituales (1 Corintios 12–14).
  • Irrespeto en la Cena del Señor (1 Corintios 11:20-22).
  • Y lo más doloroso: algunos cuestionaban la autoridad Apostólica de Pablo (2 Corintios 10:10).

Por eso durante su estancia en Éfeso Pablo escribió lo que hoy conocemos como la Primera Carta a los Corintios (1 Corintios 16:8). Pero en realidad hubo más cartas:

  1. Una carta previa a los Corintios que se perdió (1 Corintios 5:9).
  2. La que hoy llamamos 1 de Corintios, escrita en Éfeso.
  3. Una “carta severa”, escrita con lágrimas, que tampoco tenemos (2 Corintios. 2:3-4; 7:8).
  4. Finalmente, 2 de Corintios, escrita después desde Macedonia (2 Corintios 7:5-6).

Esto nos muestra que la relación entre Pablo y la Iglesia de Corinto fue compleja y llena de tensiones. Lo impresionante es ver a un hombre que, entre persecuciones externas y conflictos internos de las Iglesias, no perdió de vista su llamado de anunciar a Cristo y edificar a la Iglesia.

Pero la historia no termina aquí. Después de salir de Éfeso, Pablo emprenderá un nuevo recorrido por Macedonia y Grecia. En ese trayecto, enfrentará más retos, seguirá escribiendo Cartas fundamentales para la fe cristiana y continuará su misión con la convicción de que “la palabra de Dios no está presa (2 Timoteo 2:9).

En la Parte 13 veremos qué sucede con Pablo después de Éfeso, cómo avanza hacia Macedonia y Acaya, y qué cartas escribe en ese tiempo crucial de su Ministerio.

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